En los últimos días, las redes sociales creadas para apoyar a controlar los incendios se llenaron de mensajes, pero no de alertas del fuego arrasando parques, bosques, reservas y serranías; sino, de felicitaciones por su entrega y dedicación con motivo del Día Internacional del Voluntariado.
Y, es que en estos casos decir gracias, no es suficiente frente al gran trabajo que realizan.
Me llamó la atención que en nuestro medio alguna gente hable con cierta frecuencia sobre el pobre Franz Kafka, “pobre” porque este personaje superior, fuente inacabada de “fantasías realistas” y destructor idílico del abominable orden público civilizado, jamás iría a pensar que algún día estaría en la lengua de quienes no tienen idea de quién fue y qué escribió. Este maltrato inferido a Kafka es peor que la ingratitud o el olvido.
Me llamó la atención que en nuestro medio alguna gente hable con cierta frecuencia sobre el pobre Franz Kafka, “pobre” porque este personaje superior, fuente inacabada de “fantasías realistas” y destructor idílico del abominable orden público civilizado, jamás iría a pensar que algún día estaría en la lengua de quienes no tienen idea de quién fue y qué escribió. Este maltrato inferido a Kafka es peor que la ingratitud o el olvido.
La oposición, es decir Comunidad Ciudadana, Creemos y organizaciones menores han desaparecido de la política nacional, junto a sus líderes. Es paradójico, pero incluso en la Asamblea Legislativa Plurinacional, que debería ser el escenario natural para exponer las discrepancias con el Gobierno, no se escuchan voces de peso y mucho menos una “narrativa” —el término está de moda— que refleje no sólo la posición actual de los opositores, sino sobre todo algo sobre su visión futura.
La oposición, es decir Comunidad Ciudadana, Creemos y organizaciones menores han desaparecido de la política nacional, junto a sus líderes. Es paradójico, pero incluso en la Asamblea Legislativa Plurinacional, que debería ser el escenario natural para exponer las discrepancias con el Gobierno, no se escuchan voces de peso y mucho menos una “narrativa” —el término está de moda— que refleje no sólo la posición actual de los opositores, sino sobre todo algo sobre su visión futura.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Agustín Laje congregó a más de mil asistentes en su conferencia del pasado sábado en Santa Cruz, dedicada a “la batalla cultural”. El conferencista argentino es coautor de El Libro negro de la nueva izquierda, junto con Nicolás Márquez, y responsable de su mitad más razonada o argumentada.
Agustín Laje congregó a más de mil asistentes en su conferencia del pasado sábado en Santa Cruz, dedicada a “la batalla cultural”. El conferencista argentino es coautor de El Libro negro de la nueva izquierda, junto con Nicolás Márquez, y responsable de su mitad más razonada o argumentada.
La renuncia del ministro de Medio Ambiente, acusado de cobro de coimas a empresas constructoras, además de otros casos que involucran a municipios y gobernaciones, han vuelto a poner en la agenda nacional el grave problema de la corrupción pública, uno de los temas de mayor preocupación de la ciudadanía y la piedra con la que han tropezado todos los gobiernos en los últimos 50 años.
La renuncia del ministro de Medio Ambiente, acusado de cobro de coimas a empresas constructoras, además de otros casos que involucran a municipios y gobernaciones, han vuelto a poner en la agenda nacional el grave problema de la corrupción pública, uno de los temas de mayor preocupación de la ciudadanía y la piedra con la que han tropezado todos los gobiernos en los últimos 50 años.