Lo primero que llamó mi atención de los dos cuentos ganadores del Concurso Crispín Portugal organizado por Yerba Mala Editorial, es que el autor, Luis Paz, es un típico Virgo como yo -aunque se niegue a aceptarlo- y que su primer cuento sucede en Barcelona, en la noche de Sant Joan, como se titula. Si hay un lugar en el que me enamoré definitiva e irremediablemente de la literatura, fue precisamente en Barcelona. Leerlo ha significado entonces, un viaje de nostalgia a una ciudad tan querida y única. Sant Joan suele ser un gran y hermoso caos, una fiesta interminable, un desorden de deseos.
Retratar un momento en el tiempo, un lugar, un sentimiento, de la manera en que el autor consigue hacerlo, al punto en que casi sientas que estás ahí, no es cosa fácil de lograr. Como mi primera madrugada en Barcelona, de un color violentamente azul, exactamente igual a las que leía describir a Roberto Bolaño en Los Detectives Salvajes, muchos años antes de siquiera imaginar que yo algún día estaría mirándola con mis propios ojos.
Luis Paz hace algo bastante parecido con este cuento. Creo que quienes lo lean, podrán transportarse por un rato, no sólo a una ciudad, a una noche, a un instante, sino, sobre todo, al sentimiento que los rodea. Al sentimiento que envuelve toda nuestra existencia; la alegría, el dolor, la decepción, el abismo. Pijamas -su segundo cuento- consigue precisamente eso; evocar la síntesis de lo que conlleva vivir, conmoviéndote en lo más profundo.
Toparme a continuación con El Suceso, de José Luis Durán, ha sido una muy grata sorpresa, no sólo porque es un cuento genial, pero sobre todo, porque hubo una vez hace muchos años en que este escritor fue mi alumno. De todas las vueltas que siempre da la vida, esta es sin duda, una de mis favoritas. El cuento está escrito de una manera fina y pulcra, revelando de un modo muy dulce las atroces realidades que nos cuenta, con un final que logra que te salte un poquito el corazón. Así fue el final por acá, sigue un tono parecido y una estructura bastante original, que logra llevarte por el cuento de la manera en que el autor lo pretendía; pasito a pasito.
Isabel Antelo nos entrega Cuatro plagas y Visita en Navidad, dos cuentos que juegan con la imaginación del lector y bordean el límite entre el cuento de terror y el realismo mágico, con una voz particularmente única que consigue además mantenerte atenta y alerta de principio a fin, sin poder adivinar del todo la trama y mucho menos el desenlace, incluso hasta después de haber llegado al punto final.
Finalmente, Jorge León es el autor de La sinfonía del puerco y Perspectiva cinematográfica, los cuales considero relatos cargados de imágenes y sonidos, traducidos en un lenguaje coloquial que describe detalladamente la geografía cochabambina, consiguiendo darle una voz realmente auténtica y cercana. Creo que las referencias a la cultura popular logran que ambos cuentos tengan una intertextualidad que los hace bastante únicos.
Ha sido un lindo viaje leer este libro, un viaje que me hizo recordar las distintas versiones que me construyeron; la Valery estudiante viviendo en Barcelona, la Valery profesora de Universidad, la Valery que escribe esta reseña, emocionada y melancólica. Y es que desde siempre he creído que eso es justamente la literatura; una forma de viajar. Espero que este libro sea para ustedes, lo que fue para mí; un hermoso viaje.
* Valery Gismondi es licenciada en Ciencias Políticas y máster en Literatura Comparada