El paro nacional de 24 horas, “movilizado y con bloqueos”, convocado por la Confederación Sindical de Choferes de Bolivia, concluyó ayer al final de la tarde luego de una reunión de dirigentes de ese sector con el Ministro de Economía y Finanzas Públicas.
“(Debemos) decir a nuestros compañeros del transporte boliviano de las nueve federaciones del país y a los compañeros que están en las fronteras con países vecinos: se terminan las 24 horas de paro”, afirmó el ejecutivo del transporte federado, Lucio Gómez, a la conclusión de la reunión y en una conferencia de prensa junto al ministro Marcelo Montenegro.
“Hemos abordado varias temáticas que aquejan al transporte nacional (…). Nos han hecho conocer una propuesta técnica de mejora de las políticas del transporte y han puesto a consideración un pliego que vamos a ir atendiendo como Gobierno nacional”, dijo el Ministro de Economía.
El viernes 26 de julio, en un ampliado nacional en Tarija, los choferes determinaron la realización, el jueves 1 de agosto, de un “paro movilizado con bloqueo de carreteras y el cierre de fronteras”, protestando, principalmente, por la escasez de diésel y de dólares.
La protesta se cumplió prácticamente en todo el país. Al mediodía de ayer, Luis Gómez, secretario de Relaciones de la Confederación de Choferes, informó que había “más de 100 bloqueos en todo el territorio boliviano (…), en las carreteras, en las arterias de las ciudades capitales, pero también en las ciudades intermedias”.
En varias ciudades, como La Paz y Sucre, la medida del transporte federado no tuvo un alcance pleno, en la sede de Gobierno, la federación local no se sumó a la protesta, aunque algunos choferes bloquearon algunas vías; en la capital del país, los sindicatos del transporte urbano la aplicaron a medias pues dos días antes habían parado sus actividades y cortado casi al 100 por ciento la circulación vehicular en el municipio de Sucre.
Transporte pesado
La movilización de ayer tuvo lugar el segundo día de otra similar, de carácter indefinida y determinada por un ampliado nacional del transporte pesado, protestando por las mismas razones que los choferes y exigiendo, además, la renuncia de los ministros de Obras Públicas y de Hidrocarburos.
El paro con bloqueos de ese sector paraliza desde el miércoles la vinculación carretera interdepartamental e internacional, y su primer efecto fue la suspensión de salidas de buses de transporte de pasajeros las terminales de las principales ciudades, restricción que se mantiene.
Héctor Mercado, presidente de la Cámara Boliviana del Transporte Pesado Nacional e Internacional, ratificó ayer que mantienen sus exigencias y su movilización, aunque anunció que en los puntos de bloqueo dejarían pasar a las cisternas cargadas de diésel.
Anoche, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, anunció que si el transporte pesado no levanta sus bloqueos la Policía los intervendrá para despejarlos.