Ademar Rodrigues Meireles bajó la escalera de su casa rentada por unos días en São Paulo completamente vestido como si fuese el presidente argentino, Javier Milei, y, por momentos, su forma de expresarse era idéntica, incluso hablando en otro idioma.
Más conocido como el 'Milei de Floripa', Ademar es aspirante a concejal municipal por el Partido Liberal (PL) del expresidente brasileño Jair Bolsonaro en Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina, en las elecciones del próximo 6 de octubre.
Un lugar de casi 8 millones de habitantes en el sur del país que comparte frontera con la provincia argentina de Misiones y, como el político indicó, “está llena de argentinos”.
La primera vez que vio al economista argentino quedó impactado con su “figura teatral y dramática”, entonces un día decidió vestir su peluca y notó que su imagen causaba furor en las calles y las personas lo frenaban para sacarse fotos.
Fue así que comenzó a asistir a todas las manifestaciones personificado como Javier Milei, sumando una prenda por ocasión: primero su peluca, luego sus características patillas, una motosierra con frases y hasta la banda presidencial con la bandera albiceleste.
Entre risas y con tonada porteña dijo “no hay agua” -haciendo referencia al famoso “no hay plata”- y miró a uno de sus asesores en señal de reclamo. Quiso realizar la entrevista entera en español ya que consideraba que así “transmitía mayor emoción”.
Ademar decidió, antes de jubilarse, lanzarse de lleno a la política. Según él, para defender “las ideas de la libertad” y combatir una “guerra” cultural, social y política que se vive en el mundo.
“Es necesario que tomemos la decisión de estar en todos los lugares como ha hecho la izquierda que durante muchos y muchos años fue tomando la universidad, la cultura, los artistas (...) Una cosa es cierta: quien no está en la política es dominado por quien está", sentenció.
Pero su vestimenta, criticada por muchas personas, esconde un sentido mayor: “En mi vida privada soy Ademar, para mí eso está muy claro. Pero esto es un teatro, un teatro político. Todos los políticos hacen teatro. Los políticos en las elecciones fingen ser pobres pero no lo son”.
Y continuó: “Es una guerra cultural, yo estoy vestido de las ideas y de lo que Milei representa, como un ícono, como un ídolo de la derecha. (...) Vamos a usar la misma arma que la izquierda usa, que es el arte”.
Al igual que su ídolo político, el brasileño es economista y contó que tiene dos perros, aunque solo destacó a su Rottweiler a quién se refirió como “el guardián” de la hacienda.
Con su motosierra al lado, que tiene la inscripción en español 'corte de gastos' en un lateral, el candidato 'cosplayer' afirmó que “los contratos sociales brasileños están rotos” y planteó la necesidad de una nueva constitución “libertadora” en Brasil ya que a la actual “se le ha faltado mucho el respeto”.
El pasado viernes, por una hora, la avenida Paulista, la más importante de São Paulo, colapsó de autos y camionetas ploteadas con su cara en una caravana celebrando su llegada a la ciudad, adonde fue a participar en una manifestación convocada por Bolsonaro un día después.
Algunos transeúntes se rieron al verlo, otros lanzaron un insulto, mientras que muchos lo saludaron con fervor al grito de "viva la libertad, carajo".