Israel está acumulando efectivos militares en su frontera norte y llevando a cabo pequeñas incursiones en suelo libanés mientras prepara una ofensiva terrestre en el país vecino, según han apuntado altos cargos estadounidenses.
La operación tiene por objetivo dañar las infraestructuras de la guerrilla chií Hezbolá en la zona por un tiempo “limitado”. En una reunión con alcaldes de las localidades fronterizas del norte de Israel, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha manifestado que “la próxima fase de la guerra contra Hezbolá comenzará pronto”.
La respuesta, casi simultánea, ha llegado en la primera declaración de un mando de Hezbolá desde el asesinato el viernes de su líder, Hasan Nasralá, en un ataque israelí. El número dos de la organización, Naim Qasem, ha asegurado que están “preparados por si los israelíes deciden entrar por tierra”. Y ha añadido que nombrarán “lo antes posible” al sustituto de Nasralá. Durante la madrugada, un bombardeo israelí en el centro de Beirut, ha causado al menos cuatro muertos. Es el primer ataque del Estado judío contra el corazón de la capital libanesa desde 2006.
El Ejército de Israel declaró este lunes “zona militar cerrada” a varias comunidades localizadas a escasos kilómetros de la divisoria con el Líbano, prohibiendo la entrada a cualquier persona en ellas, según un comunicado castrense. “Las Fuerzas Armadas aclaran que entrar en estas zonas está estrictamente prohibido”, dice la nota.