Republicanos y demócratas en Estados Unidos seguían pendientes ayer, seis días después de las elecciones legislativas, del conteo de 18 escaños de la Cámara de Representantes que definirán el control del Congreso para los primeros dos años de presidencia de Donald Trump.
Los republicanos, que se han asegurado ya 214 escaños, acarician la mayoría que está en 218. Los demócratas, con 203, ven cada vez más difícil evitar el control conservador de todos los poderes.
De los 18 escaños que aún quedan sin ganador, los republicanos encabezan el escrutinio en 9, más que suficientes para revalidar la mayoría en la Cámara Baja.
Todos los ojos están puestos en el escrutinio en California, pues 10 de esos 18 escaños pertenecen a ese estado.
El control conservador de la Cámara Baja se sumaría al del Senado, que los republicanos arrebataron a los demócratas la misma noche electoral tras cuatro años en la oposición.
Todavía queda un último escaño en juego, con el demócrata Rubén Gallego aventajando en el escrutinio a la republicana Kari Lake, pero no cambiará el balance en la Cámara Alta.
Los republicanos contarán los próximos dos años con al menos 53 senadores (cuatro más) por 46 de los demócratas.
Los recuentos lentos y la incertidumbre han sido una tónica en las últimas citas electorales en Estados Unidos.
En las elecciones presidenciales de 2020, hubo que esperar cuatro días para conocer al ganador, según el recuento de los últimos comicios.