El jefe del MAS, Evo Morales, ratificó la tarde de este sábado su solicitud de dialogar con el presidente Luis Arce en el lugar donde se encuentra la marcha, y advirtió que si este domingo, en la concentración convocada por el gobierno, se producen muertos o heridos, la responsabilidad recaerá en Arce y el vicepresidente David Choquehuanca.
Durante una conferencia de prensa, Morales, junto a los dirigentes autodenominados "Estado Mayor del Pueblo", oficializó su carta de invitación al diálogo. En ella, pidió al presidente que ordene el retiro de los 3.000 policías desplegados y desconcentre a los grupos de funcionarios públicos y personas traídas desde Santa Cruz que, supuestamente, están convocadas para incitar a la confrontación.
Morales criticó la convocatoria realizada el viernes en el Ministerio de Educación, calificándola de discriminatoria porque solo se le invitó a él, lo que interpretó como una insinuación de que podría ser detenido. Este hecho, según él, pone en duda la seguridad personal que le ofrece el gobierno en sus propuestas de diálogo.
El exmandatario también afirmó que desconocía que un funcionario del Ministerio de la Presidencia lo buscó el día anterior para entregarle una carta de invitación de Arce. Sin embargo, aseguró que hasta el momento no ha recibido ninguna comunicación oficial.
Morales calificó de "grave" la situación actual, alegando que el gobierno ha traído grupos violentos desde Santa Cruz, a quienes les estaría pagando 150 bolivianos.
Asimismo, denunció que se está obligando a los funcionarios públicos a asistir a la concentración del domingo, bajo la amenaza de perder sus empleos si no lo hacen. Según se informó, en el Ministerio de Gobierno, específicamente en la Secretaría de Migración, se les advirtió a los funcionarios que, si no asistían, serían retirados de sus cargos el lunes. El punto de concentración, explicó, sería comunicado horas antes para que los participantes se trasladen a El Alto.
"Quiero decirlo claramente, mañana tienen sus actos, y si hay algún herido o muerto, será responsabilidad del presidente Lucho Arce o de David Choquehuanca", declaró Morales, recordando que en marchas anteriores, durante otros gobiernos, se llegó sin problemas hasta la plaza San Francisco de La Paz.
Denunció también que el gobierno, con el apoyo de los medios de comunicación, ha calificado la movilización como una "marcha de la muerte", lo cual, según él, es un intento de humillar al pueblo que marcha de manera pacífica.
Al ser consultado sobre la oferta del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, de escoger un lugar neutral para el diálogo, Morales la calificó de burla, argumentando que la marcha no puede movilizarse a Tarija o Cochabamba solo para establecer conversaciones con el gobierno.
"La marcha no se va a ningún lado. ¿Quieren diálogo después de llamarnos golpistas, narcotraficantes, asesinos? ¿Quieren que diga la verdad? El único ministro narco que tenemos es el ministro de Gobierno. Yo tengo dignidad, no tengo ninguna reunión con un narco ni con un corrupto. Quiero que lo sepan", concluyó.
El próximo año marcará una fecha significativa en la historia de las relaciones internacionales, cuando Bolivia y China celebren 40 años de relaciones diplomáticas. Esta efeméride llega en un momento oportuno, ya que también se conmemoran los 75 años de la fundación de la República Popular China, una potencia mundial que ha transformado el orden global desde su creación en 1949.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Hace unos 20 años me contaron una anécdota respeto a Evo; en ese tiempo quien hizo el relato estaba haciendo trabajo político en el Chapare y tenía a su disposición una vagoneta donada por alguna ONG. En esta viajaba de vez en cuando con Evo y en una oportunidad, al salir de una de las comunidades, vieron a una persona haciendo dedo. Mi amigo, solidario por naturaleza, paró el coche para que subiera esa persona, pero Evo lo increpó y le ordenó que siguiera (ante la sorpresa del circunstancial chofer).
Hace unos 20 años me contaron una anécdota respeto a Evo; en ese tiempo quien hizo el relato estaba haciendo trabajo político en el Chapare y tenía a su disposición una vagoneta donada por alguna ONG. En esta viajaba de vez en cuando con Evo y en una oportunidad, al salir de una de las comunidades, vieron a una persona haciendo dedo. Mi amigo, solidario por naturaleza, paró el coche para que subiera esa persona, pero Evo lo increpó y le ordenó que siguiera (ante la sorpresa del circunstancial chofer).
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
Las escenas que nos llegan a través de las redes y los medios de comunicación de lo que acontece en Santa Cruz, en la Chiquitanía, o en Bajo Paraguá de las llamas avanzando por doquier, arrasando todo lo que encuentran a su paso, entristece y una especie de desolación nos invade.
Las escenas que nos llegan a través de las redes y los medios de comunicación de lo que acontece en Santa Cruz, en la Chiquitanía, o en Bajo Paraguá de las llamas avanzando por doquier, arrasando todo lo que encuentran a su paso, entristece y una especie de desolación nos invade.
IGNACIO VERA DE RADA
Según el más reciente informe de la Economist Intelligence Unit (EIU, del grupo The Economist), correspondiente al año 2023, hoy menos del 8 por ciento de la población mundial vive en democracias plenas, mientras que el 39.4 vive en regímenes autoritarios. Es una cifra alarmante, tomando en cuenta que hoy el mundo tiene un gigantesco poderío técnico y, por ende, que la razón instrumental puede ser utilizada para destruir.
Según el más reciente informe de la Economist Intelligence Unit (EIU, del grupo The Economist), correspondiente al año 2023, hoy menos del 8 por ciento de la población mundial vive en democracias plenas, mientras que el 39.4 vive en regímenes autoritarios. Es una cifra alarmante, tomando en cuenta que hoy el mundo tiene un gigantesco poderío técnico y, por ende, que la razón instrumental puede ser utilizada para destruir.