Después de varios días de marcha del evismo y el frustrado diálogo con el Gobierno, la expresidenta Jeanine Áñez se pronunció a través de su cuenta de X y se dirigió al presidente Luis Arce, para hacerle ver cómo percibe a Evo Morales, y cómo las acciones del cocalero y expresidente, terminaron con ella -que defiende su inocencia- en la cárcel y Morales libre.
“¿Ahora se da cuenta Luis Arce lo que ha sufrido el pueblo boliviano desde hace 20 años? Evo Morales no es un boliviano de diálogo, al contrario, él mismo le ha repetido a través de los medios de comunicación su forma de actuar: Planifica y ejecuta acciones utilizando al pueblo, le miente descaradamente, como hizo con la nacionalización, con la Constitución, con la democracia, con todo donde ha metido mano y cizaña para mantener el poder público como si fuera propiedad privada”, inicia un largo post de Áñez.
La expresidenta no se guardó nada, y aprovechó para hablar de lo sucedido en Senkata y Sacaba, por lo que ahora se la juzga en la justicia ordinaria.
“¿Ahora ve lo que es enfrentar a un cobarde que incita a la violencia, que no le importa inmolar a sus partidarios, como en Senkata y Sacaba, con tal de desconocer la democracia que protestó contra el fraude de 2019?”
Con la crisis de 2019 fresca, Áñez continúa su arremetida: “El cobarde quiso escapar hace dos días de su propia marcha violenta como huyó del país tras su renuncia en noviembre de 2019 para no afrontar la Justicia, pero le dijeron que no lo hiciera, que no los volviera a abandonar si quiere volver a ser presidente”.
Pero luego vuelve a dirigirse a Arce, a quien le reclama por los procesos judiciales en su contra, nueve en total, y le muestra que no sucedió lo mismo con Morales.
“Ud. ha montado 9 juicios en mi contra, hasta acusándome de terrorista y genocida, cuando sabe que soy inocente y ahora debe estar preguntándose por qué no es Evo Morales el que está preso y condenado por todos los delitos que el masismo le perdona”.
Después, con la autoridad de haber sido la primera mandataria, le expresa a Arce: “Ahora sabe lo que es tener que tomar decisiones para proteger al pueblo boliviano de los bloqueos violentos, de los grupos armados irregulares, del dictador que quiere imponerse a cualquier precio con total impunidad”.
Áñez cierra su publicación con dos preguntas a Arce, le cuestiona sobre la justicia y sobre su situación jurídica, siempre entorno a la figura de Morales.
“¿Le parecería justo que por toda esa violencia generada por Evo Morales sea usted el que esté preso en el futuro? ¿Le parece justo tenerme presa desde hace 3 años por culpa de Evo Morales?”
El próximo año marcará una fecha significativa en la historia de las relaciones internacionales, cuando Bolivia y China celebren 40 años de relaciones diplomáticas. Esta efeméride llega en un momento oportuno, ya que también se conmemoran los 75 años de la fundación de la República Popular China, una potencia mundial que ha transformado el orden global desde su creación en 1949.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Hace unos 20 años me contaron una anécdota respeto a Evo; en ese tiempo quien hizo el relato estaba haciendo trabajo político en el Chapare y tenía a su disposición una vagoneta donada por alguna ONG. En esta viajaba de vez en cuando con Evo y en una oportunidad, al salir de una de las comunidades, vieron a una persona haciendo dedo. Mi amigo, solidario por naturaleza, paró el coche para que subiera esa persona, pero Evo lo increpó y le ordenó que siguiera (ante la sorpresa del circunstancial chofer).
Hace unos 20 años me contaron una anécdota respeto a Evo; en ese tiempo quien hizo el relato estaba haciendo trabajo político en el Chapare y tenía a su disposición una vagoneta donada por alguna ONG. En esta viajaba de vez en cuando con Evo y en una oportunidad, al salir de una de las comunidades, vieron a una persona haciendo dedo. Mi amigo, solidario por naturaleza, paró el coche para que subiera esa persona, pero Evo lo increpó y le ordenó que siguiera (ante la sorpresa del circunstancial chofer).
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
Las escenas que nos llegan a través de las redes y los medios de comunicación de lo que acontece en Santa Cruz, en la Chiquitanía, o en Bajo Paraguá de las llamas avanzando por doquier, arrasando todo lo que encuentran a su paso, entristece y una especie de desolación nos invade.
Las escenas que nos llegan a través de las redes y los medios de comunicación de lo que acontece en Santa Cruz, en la Chiquitanía, o en Bajo Paraguá de las llamas avanzando por doquier, arrasando todo lo que encuentran a su paso, entristece y una especie de desolación nos invade.
IGNACIO VERA DE RADA
Según el más reciente informe de la Economist Intelligence Unit (EIU, del grupo The Economist), correspondiente al año 2023, hoy menos del 8 por ciento de la población mundial vive en democracias plenas, mientras que el 39.4 vive en regímenes autoritarios. Es una cifra alarmante, tomando en cuenta que hoy el mundo tiene un gigantesco poderío técnico y, por ende, que la razón instrumental puede ser utilizada para destruir.
Según el más reciente informe de la Economist Intelligence Unit (EIU, del grupo The Economist), correspondiente al año 2023, hoy menos del 8 por ciento de la población mundial vive en democracias plenas, mientras que el 39.4 vive en regímenes autoritarios. Es una cifra alarmante, tomando en cuenta que hoy el mundo tiene un gigantesco poderío técnico y, por ende, que la razón instrumental puede ser utilizada para destruir.