El Museo de Historia de la Medicina Francisco Viedma, ubicado en Cochabamba, es una institución única en su tipo y de gran relevancia en Latinoamérica. Fue fundado en 1996 por Luis Edgar Quiroga, un médico especialista en medicina familiar y geriatría, con la colaboración de la Academia Boliviana de la Medicina y la Alcaldía Municipal de Cochabamba. En sus 28 años de existencia, este museo ha desempeñado un papel crucial en la preservación y divulgación de la historia médica no sólo del departamento, sino también de Bolivia.
El museo abrió sus puertas, por primera vez, el 14 de septiembre de 1996 en los ambientes de la Casona Santiváñez. Este primer periodo de funcionamiento se extendió hasta 2000, cuando el museo se vio obligado a cerrar, debido a la falta de instalaciones adecuadas. Sin embargo, Quiroga, junto con el decidido apoyo de la Alcaldía y la Academia Boliviana de Historia de la Medicina, continuó luchando por su reapertura. Gracias a estos esfuerzos, en septiembre de 2007, el museo fue reabierto en los ambientes del antiguo Hospital Viedma, específicamente en el pabellón de cirugía del doctor Cleomedes Blanco, ubicado la avenida Venezuela y Oquendo.
El Museo de Historia de la Medicina Francisco Viedma ocupa un espacio de 228 metros cuadrados y alberga alrededor de 1.000 objetos patrimoniales distribuidos en diez ambientes. Cada uno de estos está dedicado a diferentes aspectos de la medicina, proporcionando así a los visitantes una visión de la evolución de esta disciplina científica a lo largo del tiempo. Entre las áreas están el de la historia universal de medicina, donde se exhiben imágenes e instrumentos médicos desde los tiempos egipcios hasta la era moderna, y la de radiología, que contiene equipos de rayos X que datan de la década de 1950.
Otra de las atracciones del museo es la Galería de los Médicos Notables de Cochabamba. En esta se observan fotografías y biografías de profesionales que dejaron una huella significativa en la medicina local. Además, la botica o farmacia antigua exhibe objetos de la primera farmacia de Cochabamba que data de 1810. Así se ofrece a los visitantes una fascinante mirada al pasado farmacéutico de la ciudad. Los visitantes también pueden explorar la sala de laboratorio, que contiene aparatos de laboratorio de antaño, y la de cirugía, donde se muestran instrumentos quirúrgicos de gran antigüedad.
El patrimonio inicial del museo consistía en 57 equipos traídos de los diferentes depósitos del antiguo hospital Viedma, incluyendo litografías, instrumental quirúrgico y 12 libros antiguos donados por el Servicio Cooperativo Interamericano de Salud, que datan de las décadas de 1930, 1940 y 1960. Con el tiempo, la colección del museo creció, gracias a donaciones de familias particulares y del propio hospital, convirtiéndose en el más grande de su tipo en Latinoamérica.
Además de sus exposiciones permanentes, el Museo de Historia de la Medicina Francisco Viedma ofrece una colección bibliográfica impresionante. Cuenta con más de 1.000 libros sobre temas diversos, como la historia de la medicina, antropología, medicina tradicional, cultura incaica, medicina interna, cirugía, pediatría, ginecología y obstetricia, y medicina familiar. Estas obras están a disposición del público para consulta, haciendo del museo un importante centro de investigación y conocimiento.
El museo también posee una serie de cuadros, entre los que destaca un retrato de Francisco de Viedma, pintado por el Quiroga, así como estatuillas de yeso de figuras históricas de la medicina, como Hipócrates y un médico francés. Estas piezas no sólo embellecen el lugar, sino que también sirven como homenaje a las personalidades que contribuyeron en el avance de la medicina a lo largo de los siglos.
Quiroga, fundador del museo, ha sido una figura central en su desarrollo y éxito. Su visión permitió que este espacio no sólo preserve la historia de la medicina en Cochabamba, sino que también eduque e inspire a las futuras generaciones de médicos y científicos. Bajo su liderazgo, el museo publicó trabajos de investigación y contribuye de forma constante y valiosa en el conocimiento del patrimonio médico boliviano y en el desarrollo del país.
La ubicación del museo en el Complejo Hospitalario Viedma es esencial. Este antiguo hospital es uno de los más importantes de la región y fue testigo de numerosos avances médicos. En sus años de trabajo, desempeñó un papel fundamental en la atención sanitaria de Cochabamba y es uno de los puntos más reconocibles por la población valluna. Al situarse en este emblemático lugar, el museo no sólo honra la historia del hospital, sino que también asegura que el legado médico de la ciudad sea accesible para todos.
Hoy en día, el Museo de Historia de la Medicina Francisco Viedma es un destino turístico esencial para quienes visitan Cochabamba, pero a menudo desconocido u opacado por otros puntos. Sin embargo, ofrece una rica experiencia educativa y cultural, permitiendo a los visitantes comprender la evolución de la medicina y apreciar los avances tecnológicos y científicos que mejoraron la salud y el bienestar de la humanidad. Además, es un puente entre el pasado y el presente, mostrando cómo las prácticas médicas cambiaron a lo largo del tiempo y destacando la importancia de la innovación continua en el campo de la salud.
Su historia también refleja la importancia de la colaboración entre diferentes instituciones y la comunidad. La Academia Boliviana de Historia de la Medicina y la Alcaldía de Cochabamba jugaron roles cruciales en su establecimiento y sostenimiento, demostrando que el trabajo conjunto puede lograr grandes cosas en beneficio del patrimonio cultural y educativo de una ciudad.