Este miércoles, en el Teatro Achá, se realizará la presentación del libro “A Bolivia desde el alma”, de la reconocida cantante y activista cultural Zulma Yugar. Publicado por la editorial Kipus, el libro recoge las vivencias, reflexiones y aportes de Yugar al ámbito cultural y social del país. La presentación contará con la participación de los destacados escritores y comentaristas Gonzalo Lema, Rolando Cabrera y Elizabeth Paravicini.
“Quiero dejar un legado destinado a las futuras generaciones para que quede como un fiel testimonio para la historia cultural de nuestra patria”, expresó la artista en una entrevista concedida a Los Tiempos.
El libro aborda la extensa carrera artística de Yugar, que abarca décadas de aportes a la música y cultura bolivianas, y también explora su experiencia en tiempos de convulsión política, especialmente durante las dictaduras que marcaron al país en las décadas de los 60 y 70.
“El desafío más grande que enfrenté fue intentar plasmar mis vivencias no sólo mostrando la parte profesional, sino también mi experiencia dentro de la problemática social y política que nos tocó vivir a todos los bolivianos”, señaló la autora.
Según Yugar, la cultura es una fuerza transformadora, impulsada por artistas y gestores culturales que han liderado una “revolución silenciosa” para mejorar la sociedad. “La cultura boliviana se refleja en el cambio de mentalidad del ser nacional, inspirada en la fuerza de los artistas”, afirmó.
El libro presenta una mezcla de memorias personales y familiares que son testimonio del legado cultural que Yugar heredó y continúa transmitiendo. Entre los pasajes destacados, la autora relata cómo, desde temprana edad, se sumergió en la música gracias a la influencia de su familia. Un ejemplo de su pasión por la música es la anécdota de cómo aprendió a tocar el piano sobre una mesa, dibujando las teclas con una tiza, debido a la falta de un instrumento real.
Yugar destaca el papel fundamental de su padre, quien, además de ser su mentor, fue fundador de la Estudiantina Típica Sajama, donde interpretaba instrumentos de cuerda como la mandolina, el charango y la guitarra.
“Desde mis abuelos hasta mis nietos llevamos en la sangre la vena musical para transmitir en pentagramas, melodías y letras el fuego inextinguible de lo sublime del arte”, recordó. Gracias a su padre, Yugar también aprendió la importancia de conservar un archivo meticuloso de documentos, audios y videos de su carrera artística, que hoy constituyen una parte central de sus memorias.