El otrora destacado artista cochabambino Gonzalo Ribero falleció hoy dejando un gran legado en la pintura nacional.
Ribero fundó la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos (ABAP) en 1967 y llevó su arte por el mundo, desde Sao Paulo hasta París, donde expuso en el prestigioso Musée d’Art Moderne en 1973. Cada pincelada, cada trazo, lo conectaba con la tierra que lo vio nacer, pero también con los países que lo acogieron como Brasil, Italia, y Estados Unidos.
A lo largo de su carrera, Ribero vivió en Suiza, expuso en Ghana, fue invitado a Roma y vendió una de sus obras al expresidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer. No obstante, a pesar de su éxito internacional, su mayor anhelo es ser recordado por las personas que aprecian y conservan su obra. “Me siento honrado de que tengan mis cuadros, uno pinta pensando en la posteridad, no solo en el presente”, señaló el extinto artista semanas atrás en una entrevista con Los Tiempos.
Gonzalo Ribero ha sido merecedor de varias condecoraciones y premios otorgados por la Municipalidad de Cochabamba y de La Paz y es representado en el Museo de arte moderno de Washington y de Medellín, además de la Casona Santivañez de Cochabamba, el Museo Franciscano de Tarija y el Museo Nacional de Arte de La Paz.
También conocido como el “cantero de los sueños”, Gonzalo Ribero ha explorado a través de su obra las texturas de piedras y licores que han resistido los efectos del tiempo. Sus temas van desde piedras en el paisaje, piedras dentro de la tierra, hasta piedras labradas por los ancestrales pueblos precolombinos que habitaron América. En sus exploraciones para interpretar texturas, utilizó enfoques de medios mixtos en diferentes medios con una variedad de materiales como polvo de mármol, pastas para pisos y métodos de capas tomados del batik. Su obra, única en carácter, estilo y temática, incorporó elementos de Antoni Tapies, Alejandro Obregón y Fernando de Szyszlo.