No tener horarios determinantes para ingerir los alimentos diarios perjudica al funcionamiento de un buen metabolismo.
Cada vez más, los especialistas afirman que no solo importa lo que comemos sino en que horario lo hacemos. un estudio liderado por Nina Vujovic del Brigham and Women’s Hospital, el segundo hospital universitario más grande de la Facultad de Medicina de Harvard, afirma que cenar tarde hay más probabilidad de padecer obesidad.
Ingerir alimentos muy cerca antes de acostarse a dormir afecta al metabolismo, porque no le damos tiempo para a la digestión y eso permite la acumulación de grasa. Por otro lado, el retrasar las comidas, provoca tener más hambre, lo que hace que se tenga elecciones incorrectas, alimentos poco saludables, como recurrir a opciones de comida rápida o snacks altos en azúcar y grasa.
Horario recomendado para ingerir los alimentos principales
El ritmo de millones de personas, por compromisos laborales y personales, ocasiona no tener un horario fijo para poder alimentarse en el momento correcto. Según recomienda la nutricionista Julia Zumpano en una columna para Health Essentials, el portal de salud de la prestigiosa Clínica Cleveland, lo ideal es que cada persona ajuste su horario de comidas de acuerdo con sus necesidades y objetivos de salud. No obstante, facilita una guía:
- Desayuno: si decides desayunar, hay que hacerlo dentro de la primera hora o hora y media después de despertarte. Se recomienda un desayuno rico en proteínas y fibra, como claras de huevo con salchicha de pavo o yogur griego con bayas.
- Almuerzo: debe haber un espacio de entre cuatro y seis horas después del desayuno y estar centrado en proteínas y fibra para evitar bajones de energía a media tarde. Por ejemplo, una ensalada con pollo a la parrilla o una sopa de verduras y frijoles es ideal.
- Cena: lo ideal es cenar al menos tres horas antes de acostarse. De este modo, se permite que el cuerpo digiera correctamente la comida antes de dormir, lo que mejora tanto la digestión como la calidad del sueño.
Consecuencias de tener patrones irregulares de alimentación
No mantener horarios regulares para alimentarse puede ocasionar un impacto negativo a la salud, los cambios imprevistos en el horario de comida, por motivos profesionales y personales son los factores determinantes, que hace que se salten el almuerzo por asistir a una reunión o asistir a eventos que coinciden en el momento de la cena, esto conlleva a una ruptura en el ciclo alimenticio. Todas estas alteraciones y otras, explican los expertos, conducen a comer más de lo debido y/o elegir alimentos con alto contenido calórico, esta conducta alimenticia desordenada trae consecuencias a largo plazo a la salud, incrementa el desarrollo de problemas metabólicos, padecimiento de obesidad y la resistencia a la insulina.
Beneficios de mantener un horario regular alimenticio
Uno de los consejos más reiterados por los expertos, señalan que se debe cenar por lo menos tres horas antes de acostarse a dormir, de esta manera le damos tiempo al cuerpo para procesar los alimentos, esto contribuye a mantener estabilizado los niveles de azúcar en la sangre y a no irnos a la cama con el estómago lleno. Según Zumpano, las personas que cenan temprano suelen tener una mejor calidad de sueño y menos problemas digestivos durante la noche.
Opciones saludables para cenar
Cuando no es posible cenar temprano, es importante elegir alimentos saludables para minimizar los efectos negativos de comer tarde, lo recomendable es optar por patos ligeros bajos en calorías, como a la parrilla p un guiso de verduras, la clave está en centrar en proteínas y vegetales para facilitar la digestión y así ayudar a tener una buena salud.
Ayuno intermitente y sus beneficios
Durante los últimos años se ha vuelto popular el concepto de ayuno intermitente y sus posibles beneficios a la salud metabólica, Zumpano indica, el ayuno intermitente o la alimentación con tiempo restringido consiste en limitar la ventana de ingesta diaria a entre 8 y 12 horas, dejando ese tiempo para que el cuerpo descanse de la digestión. Aunque esto no es un enfoque universal, muchas personas afirmaron que encuentran beneficios en esta práctica, como una mayor eficiencia metabólica y una mejora en la regulación del azúcar en la sangre.