Los bloqueos organizados por sectores afines al expresidente Evo Morales están sumiendo a Cochabamba en una profunda crisis económica y social. La paralización de las principales vías de comunicación genera pérdidas millonarias diarias, afectando gravemente el libre tránsito de personas y mercancías. Las demandas de los manifestantes han desencadenado una serie de consecuencias negativas que impactan tanto la economía regional como la nacional.
Cochabamba, centro logístico de Bolivia, es un nodo clave para las exportaciones hacia el Atlántico y el Pacífico. Sin embargo, los continuos bloqueos han transformado esta ventaja en una seria desventaja. Amilkar Rocha, presidente de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM), reportó que las pérdidas en las principales rutas del departamento alcanzan niveles alarmantes. “Sólo en la carretera Cochabamba-Santa Cruz, las pérdidas diarias se estiman en 10 millones de dólares. En la ruta Cochabamba-La Paz, la cifra oscila entre 4 y 5 millones de dólares al día”, precisó Rocha, quien agregó que el total diario asciende a unos 18 millones de dólares.
El impacto económico de los bloqueos no sólo afecta a Cochabamba, sino a todo el país. Empresas de diversos sectores enfrentan la posibilidad de paralizar sus operaciones, ya sea por la imposibilidad de transportar sus productos o por las sanciones internacionales que podrían derivarse del incumplimiento en los plazos de entrega. “Estamos ante una situación insostenible”, advirtió Rocha, haciendo un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas.
Impacto social y cotidiano
El efecto de los bloqueos no se limita al ámbito empresarial. Los ciudadanos de a pie también enfrentan serias dificultades en su vida cotidiana. Juan Pablo Demeure, presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), expresó su preocupación por la creciente escasez de productos y combustibles debido a la interrupción de las rutas. “Desde que se anunciaron los bloqueos, se formaron largas filas en los surtidores, exacerbando la falta de combustible. Lo mismo ocurrió en los mercados, donde la gente comenzó a acaparar productos, lo que ha disparado los precios”, señaló.
El aumento de precios y la inflación son dos de las principales consecuencias para los ciudadanos. Los bloqueos impiden que los productos lleguen a los mercados, lo que presiona al alza los precios de bienes esenciales. Demeure advirtió que la situación está generando un panorama inflacionario cada vez más grave, afectando de manera transversal a toda la población.
Por otro lado, el sector del transporte es uno de los más afectados por la crisis. José Orellana, secretario ejecutivo de la Federación Sindical del Autotransporte de Cochabamba, expresó su frustración por la falta de acciones para resolver la situación. “El encarecimiento de la canasta básica, la subida del dólar y el desabastecimiento de diésel son problemas que se agravan con los bloqueos. Los más perjudicados son el transporte pesado y el interdepartamental, además de la población en general”, subrayó.
Orellana también criticó que los bloqueos no están resolviendo los problemas, sino profundizando la crisis. “Si alguien cree que los bloqueos son la solución, no compartimos esa idea. Estos sólo agravan nuestra situación y las desgracias que estamos enfrentando”, sentenció.
Medidas urgentes
Frente a este escenario desalentador, los sectores afectados exigen una intervención inmediata del Gobierno. Rocha, desde la ICAM, reiteró la necesidad de una ley antibloqueos que permita el derecho a la protesta sin perjudicar la economía. “Hemos presentado una propuesta para crear una ley antibloqueos. Es crucial que la Asamblea Legislativa actúe, porque cuando Cochabamba se paraliza, se paraliza la economía de todo el país”, afirmó.
En la misma línea, Orellana instó al Gobierno a aplicar las leyes vigentes para garantizar la libre circulación. “El Gobierno tiene las herramientas necesarias para detener esto, y debe usarlas”, declaró, advirtiendo que el sector del transporte no puede soportar más pérdidas.
El consenso entre el sector privado y las autoridades parece ser la única vía para detener esta crisis. Demeure subrayó la importancia del diálogo para encontrar soluciones a los problemas estructurales de la economía boliviana. “Este año hemos vivido un número sin precedentes de bloqueos y conflictos sociales, lo que ha tenido un impacto directo en el aparato productivo. No podemos permitir que esta situación siga deteriorando la economía”, concluyó.