Tras un recorrido por los hospitales y centros de salud de Cochabamba, la Defensoría del Pueblo descartó este sábado que haya bloqueadores heridos producto de la intervención del bloqueo en Parotani y no confirmó presunto deceso.
"Nosotros desde el día de ayer (viernes) estamos haciendo una revisión en otros hospitales y centros de salud como Sipe Sipe, Quillacollo, el Hospital Viedma; pero de la información que hemos obtenido ayer (viernes) no nos han reportado ninguna persona herida del punto de bloqueo", informó la delegada Defensorial de Cochabamba, Marioly Álvarez.
En conferencia de prensa, explicó que cuatro policías heridos aún permanecen internados en la Unidad de Traumatología y en el Área de Neurocirugía.
"En total, en este momento, existen cuatro efectivos policiales internados producto de las situaciones que se presentaron ayer (viernes) en el sector de Parotani", añadió.
Asimismo, explicó que aún no se confirmó el presunto deceso reportado por Radio Kawsachum Coca e indicó que la Defensoría intentó contactarse con los periodistas de la radio emisora afín a Evo Morales; sin embargo, no obtuvo respuesta y ahora pide al Ministerio Público investigar.
"Ha circulado a través de Radio Kawsachum Coca, medio de comunicación, se hablaba del fallecimiento de una mujer, dicen de tercera edad, desde la Defensoría del Pueblo pedimos al Ministerio Público investigar", precisó.
Señaló que, en caso de confirmarse la existencia de alguna víctima fatal, mediante una autopsia debe corroborarse las causas reales de la muerte.
Asimismo, reveló que cuando la Defensoría intentó llegar al lugar de conflicto fue interceptado por un grupo violento que amenazó con quitarle celulares y pinchar las llantas de su motorizado y por ello tuvo que retroceder y retornar a Vinto.
Hace 200 años y cuatro días tuvo lugar la batalla que definió la liberación de las colonias españolas y cuyas características e impacto tendrían que inspirar en los bolivianos el espíritu de la celebración que merece el bicentenario de nuestra independencia.
GARY A. RODRÍGUEZ
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
JUAN JOSÉ TORO MONTOYA
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.