La mañana de este domingo 15 de diciembre, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Oscar Hassenteufel, inauguró la jornada de votación de las elecciones judiciales 2024, manifestando una "profunda pena" por la realización de unas elecciones parciales debido a la Sentencia Constitucional 0770/2024, que fraccionó el proceso electoral.
En presencia de observadores internacionales e invitados, explicó que esta elección parcial es inédita, ya que la mencionada sentencia, emitida en pleno desarrollo del proceso, declaró desierta la preselección de candidatos a magistrados del Tribunal Constitucional en los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba y Santa Cruz.
Hassenteufel dijo que esta sentencia incurre en una flagrante violación del principio de preclusión, establecido en la Ley 026 y la Ley Transitoria 1549, subrayando que la preclusión es un principio fundamental. Además, señaló que el fallo del Tribunal Constitucional sentaba un funesto precedente y ponía en riesgo cualquier proceso electoral futuro.
Expresó su preocupación por el hecho de que este domingo los bolivianos solo elijan a 19 de las 26 autoridades de los siguientes tribunales: Tribunal Agroambiental, Consejo de la Magistratura, Tribunal Supremo de Justicia y Tribunal Constitucional Plurinacional. Este último solo será elegido en los departamentos de La Paz, Chuquisaca, Oruro y Potosí.
Asimismo, hizo un llamado a la ciudadanía a ejercer su derecho al voto, instándolos a acudir a las urnas para elegir a las autoridades y evitar el voto nulo o en blanco, ya que, según señaló, el día de mañana no tendrán derecho a reclamar por el funcionamiento de la administración de justicia.
Los recintos electorales estarán abiertos durante ocho horas y luego comenzará el cómputo departamental a cargo de los tribunales departamentales electorales, con la presencia de veedores nacionales e internacionales. Este cómputo deberá concluir en un plazo de siete días.
Posteriormente, el Tribunal Supremo Electoral se encargará del cómputo nacional, que consistirá en sumar los datos extraídos de las actas de los cómputos departamentales. Las actas de todas las mesas estarán disponibles para cualquier ciudadano en la página web del TSE, precisó.
Más de 7.334.000 bolivianos estamos habilitados para votar hoy en las terceras elecciones judiciales de nuestra historia. Son comicios en los que, como lo admite el presidente del Órgano Electoral Plurinacional, “a los ciudadanos y ciudadanas, no les gusta este sistema de elección de jueces”.
Ese disgusto permite pensar que, igual que en 2011 y 2017, una mayoría de los sufragios —más del 50%— no serán válidos.
Por suerte no vivimos en Suiza. Porque si viviéramos allí, las mujeres recién hubiéramos obtenido el voto en 1971, dieciocho años después de que mi madre lo obtuvo en Bolivia, en 1953.
Por suerte no vivimos en Suiza. Porque si viviéramos allí, las mujeres recién hubiéramos obtenido el voto en 1971, dieciocho años después de que mi madre lo obtuvo en Bolivia, en 1953.
Un nuevo 8 de marzo. Seguramente escucharemos discursos, loas a las mujeres, muchas quejas: violencia, abusos, obstáculos. Prohibido enviar flores. Ni asuetos ni tarde libre. Mujeres de espíritu libre, mujeres felices, mujeres con autoestima, abstenerse de aparecer.
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Las elecciones primarias en Bolivia se realizaron por primera vez de forma oficial (antes hubo consultas internas informales) el 27 de enero de 2019.
De los más de 7 millones de electores potenciales, participaron sólo 1.700.000 personas. La ley establece que la elección estaba restringida a los militantes de los partidos, no a la gente en general.
Para todos, salvo para el binomio del MAS, aquel ejercicio fue un despilfarro de tiempo y dinero.
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Para todos, salvo para el binomio del MAS, aquel ejercicio fue un despilfarro de tiempo y dinero.
Es 8 de marzo y el telón se alza para revelar una escena vivida cada año: cientos de mujeres defensoras acérrimas del feminismo desempolvan el pañuelo verde y morado y se despliegan por las calles. Algunas adoptan una postura pacífica, otras sostienen carteles cargados de frases prefabricadas: “mi cuerpo, mi decisión”, “no somos hijas de Dios, somos hijas de las mochas”, “el violador eres tú”, “legalización del aborto”, o “el feminismo es revolución”.
Es 8 de marzo y el telón se alza para revelar una escena vivida cada año: cientos de mujeres defensoras acérrimas del feminismo desempolvan el pañuelo verde y morado y se despliegan por las calles. Algunas adoptan una postura pacífica, otras sostienen carteles cargados de frases prefabricadas: “mi cuerpo, mi decisión”, “no somos hijas de Dios, somos hijas de las mochas”, “el violador eres tú”, “legalización del aborto”, o “el feminismo es revolución”.