Rachida Dati, la nueva ministra de Cultura y gran estrella de la remodelación del Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, prometió defender la excepción cultural francesa.
"Siempre estaré ahí para defender esa excepción cultural", en la tradición de todos los precedentes ministros de ese departamento que han "conseguido que la cultura no sea un producto como cualquier otro", destacó Dati en el discurso de traspaso de poderes junto a la ministra saliente, Rima Abdul-Malak.
Dati, que dijo estar "muy orgullosa, pero también muy emocionada" por haber sido elegida para este cargo, en la remodelación del Ejecutivo anunciada ayer, e insistió en que dentro del "rearme de Francia" que dijo querer Macron en su discurso de fin de año, "la cultura tiene un papel fundamental".
"Es fundamental -añadió la política conservadora- que sea accesible para todos, y en particular para los jóvenes".
La nueva ministra hizo una mención indirecta a su origen inmigrante (su familia procedía de Marruecos). Dati señaló que eso es algo que comparte con Abdul-Malak (que nació en Líbano y cuya familia se refugió en Francia cuando ella era niña) y subrayó que es consciente de "lo que debo a la cultura francesa".
En concreto, habló de la "libertad de pensar, en particular para las mujeres, la libertad para hablar, en particular para las mujeres, la libertad para crear, en particular para las mujeres, la libertad para divulgar, en particular para las mujeres".
La nueva titular de Cultura avanzó que va a trabajar para insistir en "la importancia de nuestra lengua, de su excepcional proyección en el mundo".
Dati, que tiene 58 años, era hasta ahora la líder de la oposición de derechas en el Ayuntamiento de París (gobernado por la socialista Anne Hidalgo) y desde 2008 alcaldesa del distrito VII de la ciudad.
Ya tuvo una experiencia gubernamental como ministra de Justicia entre 2007 y 2009 durante el mandato del presidente Nicolas Sarkozy y también fue durante dos legislaturas (2009-2019) diputada europea.
La salida de Abdul-Malak se daba por un hecho consumado después de que en una entrevista en televisión de Macron el presidente le soltó un rapapolvo por su iniciativa para lanzar un procedimiento para retirar a Gérard Depardieu la Legión de Honor, la mayor condecoración pública.
Detrás de ese procedimiento paralizado por el jefe del Estado están las nuevas revelaciones sobre el comportamiento denigrante con algunas mujeres (con repetidos comentarios obscenos de carácter sexual) del actor francés, que además está imputado por violación y ha sido objeto en los últimos meses de otras denuncias por agresión sexual.
Hoy, en su discurso de despedida del Ministerio, Abdul-Malak aseguró que en los nueve meses que ha estado en el departamento se había "mantenido libre".