Estados Unidos y Argentina sacaron adelante ayer una declaración conjunta, a la que se sumó una treintena de delegaciones internacionales, entre ellas España y Chile, para resolver la crisis política venezolana y conseguir una transición de poder democrática, después de que Nicolás Maduro fuera proclamado ganador de los comicios de julio por el ente electoral, que aún no publica las actas electorales.
Sin embargo, el documento cuenta con grandes ausencias y su influencia será realmente limitada. Brasil, Colombia o México optaron por no formar parte de una iniciativa que no incorpora a Francia entre las potencias europeas, ni ningún país asiático ni tampoco africano.
España, que había mantenido en secreto si se adhería, finalmente accedió a integrar esta declaración conjunta.
“Es el momento para que los líderes venezolanos comiencen unas discusiones constructivas e inclusivas de cara a una transición con garantías para ambas partes y solucionar así este impasse político y restablecer pacíficamente las instituciones democráticas”, concluye el último párrafo del documento.
Concretamente, las 32 delegaciones que lo integran son: Argentina, Australia, Austria, Bosnia-Herzegovina, Canadá, Costa Rica, Croacia, Chile, Dinamarca, República Dominicana, Estonia, la Unión Europea, Alemania, Guatemala, Guyana, Hungría, Irlanda, Italia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Panamá, Perú, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos.
En esta declaración, refrendada en un encuentro de alto nivel en Nueva York en los márgenes de la semana de Alto Nivel de Naciones Unidas, también se pide al chavismo el “fin del uso excesivo de la fuerza, de la violencia política y del acoso contra la oposición y la sociedad civil”.
“Seguimos muy preocupados por la generalizada y vigente represión, así como por las violaciones de derechos humanos, abusos y agresiones tras las elecciones”, puede leerse en el texto firmado ayer.
En éste, se detallan los supuestos abusos del régimen de Maduro y se menciona específicamente “detenciones arbitrarias (incluidas las de niños), muertes, negación de juicios con garantías, tácticas de intimidación, represión contra miembros de la oposición”.
En ese “contexto de violencia”, el texto se refiere al candidato opositor Edmundo González Urrutia, ahora exiliado en España, como la persona que ganó “la mayoría de votos” de acuerdo a “las actas electorales disponibles públicamente”.
El encuentro de ayer iba a estar comandado en un principio por Chile y Uruguay, pero días atrás esta opción se desbarató.
El cariz ideológico del Ejecutivo argentino, liderado por el presidente Javier Milei (muy escorado hacia una postura anti-Maduro), como coorganizador del foro contribuyó a que México, Colombia o Brasil decidieran no integrarse.
Pero ha resultado llamativo que tampoco otros países de la región, como Paraguay, Uruguay o Ecuador, se adhirieran.
Gobierno de Maduro rechaza declaración
Venezuela rechazó la declaración impulsada ayer por EEUU y Argentina, a la que se sumó una treintena de delegaciones internacionales, que llama a una resolución de la crisis que vive el país caribeño tras los comicios de julio, en los que la oposición mayoritaria se reivindica el triunfo pese a que el presidente Nicolás Maduro fue proclamado ganador por el ente electoral.
Según el Ejecutivo venezolano, pretenden “invocar la defensa de los derechos humanos del pueblo venezolano mientras lo agreden”.