El asunto conflictivo sobre los límites entre Cochabamba y Sacaba por el dominio territorial pleno sobre la zona de Pacata, por el momento se ha estancado en los escritorios de las autoridades municipales. Desde Sacaba se han escuchado algunas amenazas de movilizaciones violentas para mantener la hegemonía sobre cada milímetro de Pacata y otros reclamos sobre el incumplimiento de ciertas formalidades judiciales que tienen distraídos a los funcionarios subalternos de las dos alcaldías, sin que exista alguna posibilidad de solucionar esta discordia muy vieja. Nadie aún la tocado el punto crítico que está en la vida diaria de los habitantes de ese poblado.
Que si el municipio de Sacaba fue notificado con la sentencia que define los límites o que si Cochabamba tiene plena jurisdicción y competencia sobre Pacata son temas formales que pueden ser fácilmente subsanados. Lo que en realidad preocupa es el gran problema que soportan ambas ciudades para conciliar con los habitantes de Pacata los pagos efectivos y documentados de los impuestos a la propiedad inmueble que ingresaron en las dos arcas municipales de forma anárquica. La realidad ha demostrado que durante varias décadas los propietarios de inmuebles de la zona de Pacata han recibido beneficios y servicios por “doble partida”; por ejemplo, el registro catastral, el pavimentado de vías, la construcción de parques, el recojo de basura, entre otros.
En el ámbito general de las autonomías, la ausencia de un pacto fiscal que defina en un 100% las competencias administrativas y tributarias de los entes autónomos territoriales complica aún más este problema. Hasta ahora, el municipio de Cochabamba está impedido materialmente de cumplir una sentencia emitida a su favor y tampoco puede reclamar los recursos económicos públicos que ha invertido en las obras y prestación de servicios que benefician a todos los vecinos de Pacata. Entre tanto, Sacaba ha negado la existencia de una resolución expresa en su contra, continúa alardeando su plena competencia y agitando a los habitantes.
Poco o nada ha servido el mensaje de la Alcaldía de Cochabamba para garantizar a los contribuyentes que son propietarios de inmuebles en Pacata, que la administración tributaria aplicará la regla sencilla del “borrón y cuenta nueva” y de ese modo extinguir las deudas tributarias incluso de los morosos que nunca pagaron impuestos ni en Sacaba y menos en Cochabamba. Tampoco se quiere hablar, entre otras cosas, de los archivos documentales de propiedad y planos de los vecinos de Pacata que se encuentran en poder de Sacaba, además de los códigos catastrales que ya fueron asignados y las matrículas de los registros en Derechos Reales que tienen que cambiar para definir el dominio territorial de Cochabamba.
Lo que parece urgente es entrar en una conciliación o una transacción amigable entre las máximas autoridades de ambos municipios que sería lo óptimo que ocurra los próximos días y meses. De lo contrario, se requerirán muchas más décadas para salir de esta trampa de la judicialización del proceso de límites. La intervención de la gobernación en este proceso conciliatorio es clave, pero lastimosamente el Gobernador Sánchez tiene un conflicto de intereses que le resta objetividad en el problema, porque fue alcalde de Sacaba durante varios años y conoce muy bien los entretelones oscuros del asunto. Pero la opción más prometedora no solo para resolver el conflicto sino también para fomentar la colaboración entre municipios, sin precedentes, es la participación de la ciudadanía, la verdadera poseedora del territorio de Pacata.
Se reconoce a leguas que las tensiones están concentradas en los centros políticos administrativos y no en la población. Entonces, también una buena opción es promover un cabildo o una asamblea que permita concentrar la decisión en el voto de los verdaderos actores que son los contribuyentes que pagan impuestos para recibir los beneficios de la infraestructura y el desarrollo urbano que satisface las necesidades de la comunidad. De lo que se trata es de encontrar soluciones innovadoras que privilegien la aportación ciudadana de manera activa. Entonces, la pregunta al cabildo o la asamblea es: ¿Como vecino de Pacata a qué municipio quiere pertenecer: Sacaba o Cochabamba? La respuesta mayoritaria de la población asignará el dominio territorial al gobierno municipal que corresponda. Punto. Aquí juega el concepto constitucional de “democracia directa y participativa” en cada milímetro cuadrado de Pacata. Sólo basta esperar.