Es momento que nuestro sistema empresarial pueda evolucionar. Tenemos varios casos de éxitos de empresas bolivianas que han dado un paso hacia adelante dirigiendo su estrategia hacia el exterior. A esto es lo que se llama encadenamiento productivo e involucra a las actividades económicas que se realizan en torno a la cadena de producción de un insumo que puede ser comprado por un cliente en cualquier parte del mundo.
La quinua, la chía, el sésamo y la soya son ejemplos de éxito de Bolivia en términos de encadenamiento productivo. Bolivia es uno de los principales productores y exportadores de quinua a nivel mundial. El encadenamiento productivo de la quinua involucra a pequeños productores, cooperativas agrícolas, procesadores y exportadores. De la misma manera, los otros sectores mencionados involucran a pequeños, medianos y grandes productores que brindan sus productos a la agroindustria para darle valor agregado e incorporar, en el proceso, a los servicios logísticos, dinamizando así la economía nacional.
La economía globalizada de hoy exige una profunda reflexión sobre la importancia de las cadenas productivas y la internacionalización de las empresas, especialmente en países en desarrollo, como Bolivia. En un contexto donde la competitividad y la integración en mercados internacionales son cruciales, fortalecer las cadenas productivas internas y promover la internacionalización de las empresas bolivianas no es solo una opción, sino una necesidad relevante para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible del país.
Las cadenas productivas representan la interconexión de distintos sectores económicos que, al trabajar en sinergia, optimizan la producción de bienes y servicios. En Bolivia, esta integración es fundamental para superar barreras estructurales y fomentar el desarrollo industrial. La agroindustria, la minería y el turismo son sectores estratégicos que, si se integran adecuadamente en cadenas productivas eficientes, pueden generar valor agregado, empleo y mejoras en la calidad de vida de la población.
El éxito en la creación de cadenas productivas robustas y la internacionalización de las empresas requiere un esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector privado. El gobierno tiene la responsabilidad de crear un entorno favorable mediante políticas económicas estables, incentivos fiscales y apoyo a la exportación. Por su parte, el sector privado debe asumir el reto de innovar, invertir en tecnología y capacitar a su fuerza laboral.
La cooperación internacional también juega un rol crucial. A través de tratados de libre comercio y acuerdos bilaterales, Bolivia puede abrir nuevas puertas para sus productos y servicios. Es fundamental que el país participe activamente en organismos internacionales y foros económicos donde pueda defender sus intereses y buscar oportunidades de colaboración.
Las empresas, por su parte, deben fortalecer sus vínculos y sinergia a través de espacios como Expologística Bolivia y otras ferias especializadas del sector, y generar propuestas y nuevos caminos ante la realidad desafiante que enfrenta el país actualmente. Estas plataformas se constituyen en un laboratorio de ideas altamente útiles para comenzar a viabilizar la internacionalización y encadenamiento productivo.
Bolivia enfrenta el desafío de integrarse de manera efectiva en la economía global. La consolidación de cadenas productivas fuertes y la internacionalización de sus empresas son pilares fundamentales para lograr un desarrollo económico sostenible. Este camino, aunque lleno de retos, ofrece la oportunidad de transformar la estructura económica del país, generar empleo, y mejorar la calidad de vida de los bolivianos. Es el momento de que tanto el Estado como el sector privado trabajen juntos para construir un futuro más próspero y competitivo en el escenario global.