En Bolivia se ha podido observar filas largas durante casi una semana para comprar diésel. Muchos lo contabilizan como una pérdida de dinero a la economía y tienen mucha razón. No obstante, yo quiero enfocar mi atención a la pérdida de salud.
1. Alimenticias. Cuando las personas hacen fila no comen bien o comen comida chatarra. En cada fila se vende comida chatarra a bajos precios. Esta comida no tiene control sanitario del tipo de carne o aceites. O el tipo de agua utilizada para la preparación de los alimentos.
2. Sanitarias. Las personas no beben suficiente líquido para evitar ir al baño reiteradas ocasiones. La carencia de disponibilidad de baño hace que las personas aguanten o eviten ir al baño, lo que genera disfunciones o infecciones. Una infección no detectada a tiempo puede originar daños renales.
3. Salud mental. La falta de familia y una vida normal tiene consecuencias en la salud mental. El estrés por la espera, la ansiedad por la incertidumbre, puede llevar a problemas de depresión. Por supuesto, no en unas horas, sino en la exposición continua a diferentes problemas o visualización de una economía en desmejora puede generar depresiones o expresiones alternativas como reacciones violentas o incluso para la salud física.
4. Sedentarismo. La falta de movimiento por esperar en el puesto de la fila hace que exista un sedentarismo obligatorio por horas. El hecho de no poder moverse genera muchos problemas de salud relacionados con cardiovasculares, musculoesqueléticos, metabólicos, de obesidad, etc. Mientras más dure el sedentarismo en el largo plazo, mayor el riesgo de enfermedades.
5. Riesgo de muerte. Si bien el riesgo de muerte en fila es muy pequeño, la probabilidad hace que se tomen prevenciones para cambiar las normativas que eviten las filas.
Pueden existir muchas explicaciones para las filas, pero no justifican las pérdidas enormes en la economía o salud. Si calculásemos las pérdidas en salud ocasionadas por las filas, encontraríamos seguramente números grandes calculados en dólares americanos. Es urgente encontrar nuevos mecanismos administrativos que utilicen la nueva tecnología que eviten las filas humanas. Para los gobiernos, la existencia de filas humanas es una muestra visible de la ineficiencia gubernamental.