Culminó el evento olímpico en Paris, con pruebas de pista y las dos maratones (femenil y varonil). Terminó asi la presentación de nuestra minúscula delegación de cuatro deportistas.
Sin pena, porque hay que saber valorar el esfuerzo del cuarteto; dos nadadores como Maria José Ribera (50 m. libre) y Esteban Nuñez del Prado (200 m. combinado) y dos atletas: Guadalupe Torres (100 metros) y Héctor Garibay (Maratón).
Sin pena, porque tres tenían la wild card (invitación) por aquello de la universalidad del deporte dando opción a mas presencia de deportistas. Los nadadores y la atleta eran, y aún lo son, lo mejor que tenemos, por marcas, buenas actuaciones intermacionales, dedicación a sus disciplinas, etc. ,por lo que bien merecieron aquella invitación.
Sin nada de pena, porque Héctor Garibay fue por mérito propio, habiendo cumplido la marca exigida por el COI (Comité Olímpico Internacional) pues hizo la marca de 2h. 07m. 44 s. en la Maratón de Sevilla. Coroboró esto con una brillante victoria en el Maraton Internacional de Ciudad de México con 2h. 08m. 23 s.
Sin Gloria, porque la cuarteta olímpica boliviana no supo o no pudo mejorar marcas personales, que además, son records bolivianos. Por tanto el acceso a sitiales de expectativa y privilegio estuvo vedado para Bolivia.
Sin gloria, porque la ansiada primera medalla olímpica (sea de cualquier metal) aún tendrá que esperar y no sabemos que tiempo nos será esquiva.
Soñar no cuesta nada
Aún con la cabeza fría, hacer comparaciones y jugar con los números de los registros maratonianos de Garibay sigue siendo sueño. Pero hagamos el intento.
Si Garibay repetia su tiempo de Sevilla (record boliviano, además) hubiese sido séptimo en el maratón de Paris. Y si repetia su marca de Ciudad de México pudo haberse ubicado noveno. Sencillamente para enloquecer a todo un país.
Y si registraba el tiempo que hizo en Buenos Aires de 2h. 11m. 58s. hubiera alcanzado el puesto 37, superando a la leyenda viviente, el etíope Kenenisa Bekele, que llegó en el puesto 39. Kenenisa Bekele es considerado por muchos como el más grande corredor de fondo de la historia. Pero los tiempos y las circunstancias siempre cambian en el atletismo.
Una carrera nunca será igual a una anterior o a otra posterior. Y esto es tan asi, que la otra leyenda viviente, el keniano Eliud Kipchoge (el más grande maratonista de la historia) abandonó caballerosamente en el kilometro 31 dando fin, con tono agridulce, a su brillante carrera.
El 2h. 15m. 54s. de nuestro representante fue muy frustrante para nosotros y para él mismo, pues no representa el potencial y la jerarquia que Héctor tiene. ¿Qué razones habrán influido para aquello?. En los próximos días habran algunas explicaciones seguramente y ya las comentaremos en otro artículo.
La primera medalla
Somos el único país sudamericano que aún no conoce la medalla olímpica, pero no dejemos de soñar y que nuestra juventud siga intentándolo. Fue frustrante enterarnos que un argentino- boliviano le diera a Argentina una medalla de oro en BMX. Es frustrante que un pentacampeón mundial de bicicross no pudiese darnos la ansiada medalla pues en aquellos años en que brillaba mundialmente el cruceño Paolo Víctor Aguilera, el bicicross no era deporte olímpico.
Es frustrante que el raquet no sea declarado deporte olímpico, cuando tenemos al número uno del mundo en la persona de Conrrado Moscoso. ¿Quizas en Los Angeles 2028?. Aguardemos y sigamos con el sueño.
A la vez, se tendrá que seguir impulsando y apoyando a maratonistas como Joselyn Camargo que pudiera pintarse para Los Angeles 2028, en la huella que ya deja Garibay. Sigamos el ejemplo peruano que llevó tres damas a la maratón olímpica de Paris. Aún hay mucho que hablar, pero por hoy me detengo aquí. Gracias por leerme.
El autor es comunicador social