Es una colección que honra las raíces de los pueblos mexicanos”, dice la diseñadora Regina Dondé tras finalizar la presentación de su desfile en Casa de México, donde en maniquí, en formato “fashionfilm” y mediante dos modelos que paseaban entre el público ha dado a conocer su colección crucero.
Aunque “el público de París y España sí es diferente”, para la diseñadora el mexicano y el español son más similares a la hora de vestirse y apostar por prendas con volumen y coloridas, como las que presenta en esta colección, que desgrana en cuatro grandes bloques de tendencias.
Sin miedo a mezclar estampados
Si hace años combinar diferentes tipos de estampados era algo casi impensable en moda, en las últimas temporadas es una tendencia al alza vista sobre pasarela y por prescriptores de estilo. La firma Regina Dondé ha presentado esta técnica en prácticamente todas las prendas que componen esta colección crucero.
Líneas, circunferencias, motivos orgánicos, pájaros y flores han salpicado vestidos, faldas y blusas de la colección.
“Cada prenda lleva el nombre de una flor seleccionada en idioma zapoteco y otomí, que honran a la herencia cultural de las bordadoras”, explica sobre el nombre de estas flores y también de sus vestidos, “’Xuhue’, ‘Xui’ku’ y ‘Xa’mi’, entre otros.
El estampado es protagonista
De la propuesta presentada por la mexicana, el hilo conductor son las mangas abullonadas y las figuras ceñidas a la cintura en vestidos. El resto de prendas, mantienen esta estructura en conjuntos de dos piezas; blusas hasta la cintura y faldas de talle alto, generalmente de corte midi o largo y rematadas por volantes de caída natural.
Técnicas ancestrales de bordado
Sobre algodones de Nepal, Asia o India, la diseñadora se ha servido de técnicas ancestrales para estampar y bordar los vestidos de la colección. Los bordados están hechos a mano con fibras naturales y técnicas ancestrales, como el “batik”, técnica tailandesa con la que se derrama cera caliente sobre el tejido de forma previa a teñirlo.
Artistas de Zapotecas y Otomís han realizado a mano los intrincados bordados de las piezas, exhibidas en 11 maniquís y lucidas al mismo tiempo por dos modelos, acercando así los detalles de las piezas al público de estos delicados bordados.
También utiliza, sobre otras prendas, la técnica para realizar estampados del “block print”, originaria de la India para plasmar motivos en las prendas, una forma de generar estampados a través de sellos de madera que ejercen presión sobre el textil para marcar sobre estos diferentes motivos en varios colores.
Del color absoluto al blanco y negro
Mientras que en unos vestidos aparecen entremezclados colores como fucsias, verdes y turquesas además de paletas cromáticas rescatadas de la propia naturaleza, otras piezas mantienen como hilo conductor una gran cantidad de estampados, pero permanecen en blanco y negro, con un toque más próximo a la sobriedad.
Pensada como atemporal en México y presentada como línea crucero en España y París, “lugares en los que existe una gran diferencia de clima y, por lo tanto, usan estos vestidos de cara al verano o las vacaciones”, ha acompañado la propuesta estilística con la firma de calzado mexicana “Cuadra”, en botas de estética “cowboy”.
En la puesta en escena, aparecen también los “penachos” -coronas de flores, peinetas y flores- diseñados por la artista plástica Betsabeé Romero, en piezas que alternan grandes flores rojas con nudos o plumas negras y blancas, con la intención de “representar una arquitectura de guerreras y la audacia de las mujeres indígenas”.