El vocalista y líder de la banda Octavia conversó con OH! sobre los años de trayectoria musical del grupo, sobre su origen y el compromiso latente de mantenerse como uno de los más representativos de Bolivia.
La primera canción de la banda cumplió 30 años y, con ello, Gonzales revela una vida llena de experiencias y retos continuos.
—¿Cuál es la sensación de tener a este grupo conformado después de tanto tiempo?
—Para nosotros es una alegría celebrar el 30 aniversario de una canción que se ha convertido en la más escuchada, la emblemática de nuestra discografía, y que también le ha permitido a la gente darle el propio significado en cada una de sus vidas, porque esta canción ha sabido tocar y llegar a distintas generaciones de gente que nos sigue, de gente que nos ha escuchado de casualidad, que tal vez no sabía que éramos nosotros, pero que ha gustado de la canción, y esto es uno de los sueños de cualquier músico, que una canción tome alas propias y que siga vigente después de tanto tiempo.
—¿Cómo fue la transición de este éxito desde Coda 3 hasta también la transformación de Octavia?
—Nosotros hemos tenido esta primera etapa de Coda 3 haciendo nuestra lucha dentro del país, dentro de Bolivia, tratando de hacernos conocer y llegar a todos los puntos posibles con nuestra música, porque ése era el sueño nuestro: hacer música propia, grabar nuestros discos y llevar conciertos para tocar solamente nuestra música en un mercado que era muy difícil. A partir de 1996 empezamos a pensar ya en el exterior, porque recibimos la invitación de Sony Music en Bolivia, que abre sus oficinas, somos el primer artista firmado con objetivo internacional, y ahí empezamos a sugerencia de la producción de Sony Internacional, que trabajaba con nosotros para ese disco, empezamos a tomar sugerencias como la que nos decía que “su música tiene ciertos aires que son propios de acá, deberían ponerlos más presentes, más evidentes, tal vez eso sería una insignia que los destaque entre tanta oferta de música que hay”, y nosotros, después de estudiarlo un poco, decidimos adoptar otro lenguaje, otra manera de hacer la música, sin dejar de ser nosotros mismos, sin perder la esencia, y queríamos marcar esa etapa del antes y después. Es por eso que después del octavo año, todo lo que habíamos hecho queríamos que se marque de alguna manera, así que después nació Octavia, y a partir de ahí, venimos haciendo diferentes cambios también en la forma de hacer música.
—¿Incluir instrumentos muy representativos del país se puede considerar parte de esta evolución que ha marcado Octavia?
—Sí, no quiero decir que hemos inventado la pólvora, algo que no se había hecho antes, simplemente nos hemos tomado el cuidado de hacer algo que a nosotros nos parecía que sí hablaba de nosotros y de lo que queríamos decir, y que no le faltaba respeto ni a los instrumentos ni a los géneros de música. Creo que era una cosa que fluía, cuando tú veías que estaba no fluida, rápidamente te convencías de que no era por ahí que teníamos que ir, y hemos hecho bastantes incursiones con y sin instrumentos, con y sin ritmos, y algunas canciones han quedado sin instrumentos nativos porque no son necesarias, no es una cosa que hagamos como una ruta necesariamente, porque siempre hemos intentado cambiar también nuestro transcurso, porque es lo que un artista siempre busca, no repetirse.
—¿Cuál ha sido la esencia que ha caracterizado al grupo desde sus inicios en Coda 3 y que hasta ahora se mantiene?
—Me acuerdo que cuando empezamos a trabajar en los discos, ocupábamos la casa de Ricardo. En la sala ensayábamos, y la casa tenía un nombre porque pertenecía a un barrio y todas las casitas tenían un nombre, y esta casa se llamaba Perseverancia, y como que todos los días y las tardes que íbamos a ensayar la veías ahí, y se nos fue marcando porque siempre hemos sabido que el trabajo que teníamos que poner a la banda no era solamente musical, sino también teníamos que hacer de promotores, de ejecutivos, de diseñadores, de managers, es un trabajo completo y que lo haces porque sabes que tienes que hacerlo. Es mejor, a veces, hacerlo uno que confiar en otros y eso lo aprendes en el camino, y siempre hemos tenido eso claro, y hemos sido perseverantes y con un objetivo. Cuando llegamos a algún objetivo, volvíamos a ponernos otro y a seguir trabajando y a seguir perseverando, creo que eso siempre nos ha mantenido claros y siempre movimiento hacia un objetivo.
—Esto de la perseverancia es lo que los saca de su zona de confort, ¿los llevó a hacer Octavia Sinfonía?
—Sí, claro que sí, es una de las experiencias que hemos tenido, que ha partido acá en Cochabamba a la invitación de la Orquesta Filarmónica, con la que tuvimos una primera experiencia como orquesta, haciendo música. Esta orquesta tiene la fama de presentar shows diversos y variados, hace incursiones en el rock y en otra música, y en uno de sus shows planeaban hacer sólo una selección de temas de Octavia, y nosotros invitados ahí tocando junto a la orquesta. Esto nos dejó un sabor de boca y pensamos que necesitábamos volverlo a hacer, porque quedamos como extasiados con el primer resultado, y queríamos grabar y hacer un disco, pero con versiones grabadas y controladas, no en un concierto, y así nació el proyecto. Terminamos sacando este disco que era como un gusto aparte, era algo que nos había quedado de buen sabor después de la primera experiencia con la Filarmónica.
—¿Cómo se logra encontrar esta pasión, esta perseverancia para seguir cantando con la misma energía, y conectando también de la misma manera con el público?
—Creo que es el amor a la música lo que tenemos claro desde un principio, pero es también el amor a un trabajo, porque sabemos que es un trabajo que adoramos, es un trabajo que disfrutamos mucho, y sabemos que tenemos que prestarle dedicación, tiempo, y que hay sacrificios, y que hay un montón de cosas que hacer, aparte de subirse a un escenario, aparte de grabar, y la hemos tenido desde el principio. Me acuerdo que, cuando se formó la banda, nosotros estábamos en la sala de ensayos, y dijimos “esto tiene que ser un trabajo de vida, no es un hobby pasajero que lo vamos a dejar de aquí a un tiempo”, y, changuitos como éramos, con 16, 17 años, preguntamos si estábamos seguros, nos miramos y hasta firmamos un papel como compromiso personal y que lo hemos mantenido hasta el día de hoy. Sabemos que somos parte integrante de un todo, que el grupo es mucho más grande que nosotros individualmente, y eso siempre lo hemos tenido claro, que nosotros podemos aportar al todo, y siempre hemos trabajado así, creo que eso es fundamental.
—¿Cuáles serán los próximos proyectos que tiene Octavia?
—Bueno, a raíz del lanzamiento de un reciente disco, que es El origen del caos, hemos tenido la suerte de concretar este año, varias visitas internacionales para presentar este nuevo disco. Hace poco hemos estado en Lima, inaugurando nuestros viajes al exterior, con muy buenos resultados, con shows, con días completos, y ahora vamos a estar visitando Europa, vamos a estar por España e Italia, después vamos a estar yendo a Estados Unidos en dos meses más, y finalmente a fin del año, por octubre o noviembre estaremos visitando Argentina. Esto es gracias a que hay contacto con mucha gente que está interesada en el nuevo material, y en nuestra música, y que conoce la banda, y siempre nos está abriendo puertas o tratando de consolidar nuestra música en otros lugares, y eso es importante para nosotros, mantenerlo siempre ahí, mantener siempre ese contacto, y eso está moviéndonos este año más que nunca, nunca hemos tenido una gira internacional tan extensa.
—¿Cuál es la sensación que les deja el hecho de ser una de las bandas más representativas del país?
—Es una responsabilidad grande, para nosotros es tomar el estandarte y tomar la bandera, pero tú no has pedido tener ni el estandarte ni la bandera, pero sabes que eres un ejemplo a seguir, sabes que eres como la punta de lanza que va a abrir otras puertas en muchos de los casos y en muchas de las oportunidades, y siempre queremos dejar el nombre de Bolivia ahí presente, en alto, que la gente se interese, sobre todo en el exterior, de qué se está haciendo, qué tipo de música se hace en Bolivia, y que hay mucho futuro y mucho talento también entre los grupos bolivianos. Y a los grupos bolivianos nos toca decirles que se trabaje no solamente en música, sino también en producción, en imagen, en show, en luces, en escenografía, es un todo, que hay que competir no a nivel nacional o a nivel local, sino hay que pensar en grande, hay que pensar que estamos compitiendo, a la hora de competir es una palabra odiosa hablando de arte, pero a la hora de presentaciones, tienes que comparar una presentación que ves en cualquier otra parte del mundo y decir cuán lejos estoy de alcanzarla, o qué tan interesante puede ser la mía con respecto a la otra, y eso te sube los niveles de trabajo y te pone presión, y al final es buena para lograr cosas interesantes, que a veces no necesariamente están aliadas de los alcances económicos que puedas tener, porque hay diferencias económicas en producción, pero te mueve la creatividad, te mueve los recursos que tienes.