El Programa Gestión de la Biodiversidad de la Gobernación de Cochabamba, en 2023 y abril de 2024, rescató 330 individuos de fauna silvestre (mamíferos, aves y reptiles), de los cuales sólo cinco pudieron ser liberados en su hábitat natural, se trata de tres cóndores andinos, una boa, un gavilán pollero. Las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 22 de mayo como Día Internacional de la Diversidad Biológica, para informar y concientizar a la población y a los estados sobre las cuestiones relativas a la biodiversidad y su importancia.
Las 325 especies que no pudieron ser reinsertadas a su hábitat natural fueron derivadas a diferentes centros de custodia de fauna silvestre, informa el jefe de Unidad de Biodiversidad y Forestación de la Gobernación, Ramiro López.
López resalta que la liberación de la fauna silvestre únicamente se la realiza en el marco precautorio de proyectar y demostrar que las especies a ser liberadas no afectarán a las poblaciones silvestres de la especie en cuestión, otras especies o el área donde viven, esto debido a la introducción de enfermedades, hibridación no intencionada, perturbación social externa, hacinamiento, competencia por recursos u otros impactos. “Es por esta circunstancia que en la mayoría de los casos donde se tiene la certeza de que los animales han sufrido troquelamiento estas no pueden ser devueltas a su hábitat natural, motivo por el cual se realiza la derivación a diferentes Centros de Custodia de Fauna Silvestre”, dice.
En Bolivia, la Ley No 1333 del Medio Ambiente establece que el Estado y la sociedad deben velar por la protección, conservación y restauración de la fauna y flora silvestres, tanto acuática como terrestre, consideradas patrimonio del Estado, en particular de las especies endémicas, de distribución restringida, amenazadas y en peligro de extinción.
Según el Libro Rojo de la Fauna de Vertebrados de Bolivia del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, publicado en 2009, el departamento con mayor número de especies amenazadas de extinción es La Paz, con 116 especies amenazadas (10 críticamente en peligro, 27 en peligro y 79 vulnerables), seguido por Cochabamba con 87 especies (6 críticamente en peligro, 20 en peligro y 61vulnerables) y Santa Cruz con 70 especies amenazadas (6 críticamente en peligro, 13 en peligro y 51 vulnerables). Estos departamentos contienen una variedad de hábitates muy grande que hace que la riqueza de vertebrados sea también muy alta y, por ende, su fauna amenazada.
Para el director del Centro de Biodiversidad y Genética de la UMSS, Luis Aguirre, el Gobierno hace lo posible, en la medida de su capacidad, para la conservación de la biodiversidad, “pero no es una de sus prioridades”.
“El Gobierno, en la medida de sus posibilidades, ayuda a la conservación de especies con planes de acción. Hay la intención, pero los recursos económicos son mínimos (…) y no existen fondos, se deja eso a instituciones privadas para que puedan conseguir fondos”, asegura.
Jaguar
A inicio de mayo, ambientalistas denunciaron la muerte de un jaguar, en un campamento de una empresa china, en el Chocolatal, camino al trópico de Cochabamba, a 140 kilómetros de la ciudad, mediante un conjunto de fotografías en las que se ve sin vida al felino.
El sector solicitó a la Policía Forestal y de Medio Ambiente (Pofoma) y la Fiscalía investigar la muerte del felino porque se intenta atribuir su deceso a un accidente de tránsito. Las imágenes muestran al jaguar con lesiones, luego descuartizado y su piel en proceso de curtido.
Según el Plan de Acción para la Conservación del Jaguar 2020-2025 en Bolivia, el felino más grande de América se encuentra amenazado, principalmente por la deforestación o destrucción de su hábitat natural que, hasta 2013, alcanzó los 5,7 millones de hectáreas en las tierras bajas y los yungas del país, tierras que fueron transformadas por la agricultura mecanizada, la ganadería y la agricultura a pequeña escala. Sólo en el Chaco, se estima que las áreas núcleo de los jaguares se han contraído en un 30% (82.400 km2) de 1985 al 2013. La otra amenaza es la cacería, ya que el jaguar es considerado un animal potencialmente dañino para el ganado y otras especies domésticas.
Además, se los caza por el valor de sus colmillos, garras, piel y otros que se destinan al tráfico internacional. Desde el 2014, se han registrado incautaciones y reportes del comercio de colmillos para los mercados asiáticos, por lo que hay un resurgimiento del tráfico internacional de partes del jaguar. Además, se ha reportado la solicitud de cuerpos de jaguar y huesos a pobladores locales, para la elaboración de “pasta de jaguar”, la cual podría estar siendo utilizada como una alternativa a la “pasta de tigre” de la medicina tradicional china.
En el plan se ha verificado 35 casos de tráfico del jaguar, la incautación de 723 colmillos, cráneos y pieles provenientes de Bolivia, que representaron la muerte de al menos 200 jaguares. De los 35 casos, 22 de ellos estaban directamente relacionados con los mercados asiáticos: el 92% de los colmillos incautados tenía como destino China. El análisis del tráfico online en Bolivia reveló 27 eventos adicionales del comercio de jaguar, sobre todo, a través de las redes sociales, específicamente Facebook, desde las tierras bajas del país. En este documento se sitúa a Bolivia en el tercer lugar en Latinoamérica, después de México y Brasil, en los casos del comercio online de las partes corporales del jaguar. Además de colmillos, se ha registrado el comercio de garras, cráneos, pieles, huesos, grasa y bigotes, posiblemente con fines ornamentales, como símbolos de estatus o por creencias medicinales y supersticiosas.
Jucumari
En enero de 2024, el director de la Policía Forestal Medioambiental de Cochabamba, Henry Torrico, presentó una denuncia de oficio a la Fiscalía contra el transportista Luis Eduardo V., por la captura, tenencia, transporte y liberación de un osezno jucumari.
En su cuenta de Tiktok, el transportista mostró la liberación del jucumari, aparentemente en una localidad de Cochabamba. Sin embargo, en la misma cuenta, el joven compartió días antes un video en el que muestra al ejemplar correr por un cerro de manera libre, y luego se ve al mismo animal al interior del camión del conductor.
En julio de 2023, en El Palmar, en el municipio de Presto, Chuquisaca un oso jucumari adulto fue cazado y sacrificado, supuestamente porque mató a un ternero, cuyos propietarios reaccionaron, según informó Correo Del Sur
La especie está en la categoría de vulnerable en el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia y protegido por la Ley 1333 del Medio Ambiente. Asimismo, la Ley 071 de los Derechos de la Madre Tierra establece que “son amenazas la pérdida de hábitat y la cacería, el cambio climático también influye en la pérdida de esta especie”.
El incremento de la demanda de recursos naturales, la fragmentación y la perdida de hábitats, tanto por la expansión de la frontera agrícola y pecuaria, actividad minera, como por el desarrollo de obras de infraestructura, han dado lugar a la reducción considerable del hábitat del oso andino, en todo el rango de su distribución, en el continente. De acuerdo a los datos proporcionados por el Sernap (2013), la región del bosque boliviano-tucumano es la zona con más actividad humana relacionadas con la agricultura y el pastoreo, y es la que cuenta con menos áreas protegidas dentro de la zona de distribución del oso andino.
Cóndor
En febrero de este año, el cóndor Wiñaypaq (‘para siempre’ en quechua) fue liberado en el municipio de Vacas, en el mismo lugar donde, el pasado 17 de diciembre de 2023, fue rescatado por los pobladores. Tenía signos de decaimiento, posiblemente a causa de una bacteria, según Medio Ambiente de la Gobernación.
En Bolivia, de acuerdo con los datos más recientes, se estima una población de 1.388 cóndores, lo que representa el 20% de la población global, según el Plan de Acción para la Conservación del Cóndor Andino, vigente hasta 2030.
En el plan identifica el envenenamiento como “una amenaza que da lugar a una preocupación mayor, ya que un solo evento de envenenamiento puede ocasionar muchas bajas en sus poblaciones”.
En julio de 2023, se encontraron a cinco cóndores sin vida en orillas del río Pilcomayo, tras ser envenenados. En 2022, Jach’a, como lo bautizaron, se salvó de milagro en Cochabamba, tras comer alimento con sustancias dañinas, y en 2021, 34 cóndores y siete aves rapaces fueron hallados muertos en Tarija.
Bufeos
A mediados de abril, una pareja de bufeos, una madre y su cría, fueron arrastrados por una riada del río Isiboro a un arroyo, en Villa Tunari. A la fecha, se espera su traslado a su hábitat natural.
El experto y director de Faunagua, Paul van Damme, calcula que en el país existen entre 3 mil a 5 mil bufeos y el departamento de Cochabamba alberga sólo a unos 400 individuos.
Para el experto, la principal amenaza para la especie es el cambio climático, temperaturas bajas o muy altas, canalización de ríos y deforestación.
Resalta que, gracias a trabajos de concientización el municipio de Puerto Villarroel, se aprobó la ley para la protección del bufeo boliviano en el río Ichilo, y ahora los pescadores han dejado de usarlo como carnada y lo protegen para atraer turistas al afluente.
Para su conservación, WWF trabaja con socios estratégicos, entre ellos Faunagua, ONG que realiza estudios y proyectos sobre aprovechamiento sostenible de recursos naturales, manejo integral de agua, manejo de áreas protegidas, entre otros. Además, es parte de la Iniciativa Sudamericana de Delfines de Río, una red de trabajo con diferentes organizaciones ambientales y especialistas de los países que son el hábitat natural de estos delfines de río, cuyas acciones están orientadas a implementar proyectos de investigación científica, promover el conocimiento, identificar amenazas para la especie y dar a conocer la importancia de la especie.