No hay nada más natural que el amor de una madre a sus hijos, pero ¿qué pasa cuando una progenitora lastima, desvaloriza, minimiza el logro de sus hijos, compite con ellos, los manipula, crea conflicto y rivalidad entre hermanos, tiene una marcada preferencia por un hijo, es controladora, no se hace responsable de sus actos ni reconoce errores? Estos son comportamientos de una madre narcisista y pueden causar una serie de efectos negativos y trastornos en los hijos.
“He sufrido 31 años con una madre narcisista malvada e indolente, quien se alimenta de mi dolor y sufrimiento, de mis desaciertos y de cualquier situación negativa que me pueda ocurrir, le fascina humillarme constantemente. Cada mañana tiene el firme propósito de sabotear mi existencia, haciendo ruidos para despertarme, me esconde y raciona la comida, pero idolatra a mi hermano”, ese es el testimonio de Ale en el canal de Youtube de Raisa Falcao.
Tradicionalmente se concibe a la madre como una guía vital para sus hijos, les ayuda a ser independientes y les transmite amor y respeto, entre otros valores. Las progenitoras son el símbolo más importante de autoridad e identidad de la familia porque la relación afectiva entre mamás e hijos es la base para una familia en la que los niños crecerán con seguridad emocional.
Por todo ello la salud mental de las madres es fundamental para el bienestar y buen desarrollo de sus hijos. Cuando esto no está presente se puede dañar emocionalmente a los hijos.
Narcisismo materno
Una madre narcisista muestra rasgos característicos del trastorno de personalidad narcisista cuando ve a sus hijos como una extensión de sí misma. Lamentablemente, el narcisismo materno puede impedir la formación de un vínculo saludable entre madre e hijo, dejando insatisfechas las necesidades del niño.
Por eso las madres narcisistas suelen usar a sus hijos como herramientas para satisfacer sus propias necesidades. Son extremadamente sensibles a las críticas, manipulan a sus hijos y se victimizan constantemente. Son incapaces de brindar la atención y cariño, priorizan sus propios deseos sobre los de sus hijos.
Identificar a una madre con un trastorno narcisista puede ser difícil, especialmente porque el narcisismo puede manifestarse de diferentes maneras y en diferentes grados de intensidad. Sin embargo, hay ciertas características y comportamientos que son comunes en las madres de tipo narcisista, que pueden ayudarnos a identificarlas.
Víctimas
La psicoterapeuta Martha Susana señala que para las víctimas es difícil identificar y entender por qué sus madres les hacen daño pues en la mayoría de estos casos esas actitudes se justifican porque se trata de la progenitora, que busca su bienestar.
“Se trata de una relación anómala, poco conocida porque siempre se cree que hay un halo de amor y entrega total de la madre, quién va a dudar del amor de una madre o que esta sea mala y haga daño a su descendencia. Todo eso le impide a la víctima entender que es lo que está pasando y se convierte en un adulto roto”, dice.
Pero cuando la víctima identifica lo que está pasando y señala a su progenitora como la causante del daño, la sociedad no le cree a la víctima y justifica a la agresora. Pero los psicoterapeutas recomiendan acudir a terapia y si la situación no mejora se debe acudir al contacto cero. “Los árboles genealógicos también se podan”, aseguran.
La creadora de contenido Raisa Falcao hija de una madre narcisista señala que los hijos víctimas no deben dejar pasar estos abusos o restarles importancia, poniendo sus sentimientos en segundo plano.
Ella recomienda hablar con este tipo de madres, ofrecerle ayuda y si la situación continúa aconseja desvincularse por mucho que duela.
“Yo decidí desvincularme, poner punto final y seguir con mi vida, lo hice por mí, por mi nueva familia, y no me arrepiento para nada, dolió mucho en su momento, duele pasar un embarazo sin tu madre, pero me puse a pensar que realmente nunca la tuve y tener a esa persona cerca de mí seguramente me haría más daño”, cuenta.
Raisa recomienda dejar de lado las creencias bíblicas acerca de los padres y aceptar que hay progenitores que hacen daño a sus hijos.
“Me siento fuerte y valiente por hablarlo. Si pasas por lo mismo te digo que de todo se sale, yo salí, estoy mejor ahora, pensé que no iba a conseguir nada en mi vida, pero he conseguido mucho más de lo que me imaginaba. Los lazos familiares están bien mantenerlos si te hacen bien, sino tenemos que soltar, hay que soltar lo que te hace daño”, recomienda.
Si se decide cortar el contacto con la madre se recomienda acudir a un profesional con experiencia en esta problemática, ya que, lo más probable es que las víctimas tengan afectados las áreas que componen la salud mental: el autoconcepto, la concepción de las relaciones, la personalidad, la visión del mundo, la gestión de las emociones.
Cuando los hijos deciden, a pesar del daño provocado, continuar teniendo contacto con su madre, es importante acudir a un psicólogo que pueda guiarlos en la relación con una madre narcisista. En este caso se debe trabajar en el autoconcepto, el establecimiento de límites, la gestión de las emociones derivadas del contacto con esta persona, es muy importante para disminuir el impacto psicológico derivado de esta relación.
Las consecuencias de tener una madre narcisista son: baja autoestima, dependencia en las relaciones, repetición de los patrones aprendidos en sus relaciones, inseguridad y problemas de confianza, ansiedad, despersonalización y desrealización, indefensión aprendida, depresión, problemas de adaptación, perfeccionismo elevado, dificultad en la regulación de las emociones, dificultad para generar una identidad propia, y tendencia a entrar en relaciones abusivas.
Causas
La mayoría de las mamás narcisistas no se dan cuenta que le están haciendo daño a sus hijos, incluso creen que son las mejores madres y cuando alguien les hace notar la situación, se sienten atacadas.
En casos graves de narcisismo materno, conduce al abandono infantil, al maltrato físico, al nulo cuidado básico. Incluso, en casos más leves, los hijos crecen sintiéndose vacíos y desposeídos y tienden a la depresión, a la ansiedad y también al narcisismo.
Sin embargo, “sí es posible rehabilitar a una madre narcisista, con una terapia individual y familiar se va ayudando a mejorar la relación. Además, hay que tener claro que la madre narcisista no es que no quiera a sus hijos sino que tiene un trastorno de la personalidad y es incapaz de modificarlo sin la ayuda profesional”, indica la psicóloga Pamela Luna.
La psicoterapeuta Martha Susana indica que las madres con esta patología tienen una huella de abandono muy marcada. Son personas inseguras y lo disfrazan controlando y decidiendo todo.
Daño
La mamá es la figura principal de apego con los hijos, la psicóloga estadounidense y autora McBride, indica que una mamá con estas características no crea un vínculo sólido y amoroso con sus hijos.
Los estudios que se han realizado indican que la crianza narcisista puede tener una serie de efectos negativos en los niños.
Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology encontró que los hijos de padres narcisistas tienen una autoestima más baja y son más propensos a la ansiedad y la depresión. Además, son más predispuestos a desarrollar rasgos narcisistas ellos mismos, así como a experimentar dificultades en las relaciones con los demás.
Ese tipo de progenitoras a menudo crean un ambiente familiar inestable, impredecible y lleno de tensión. Los niños, adolescentes y adultos que conviven en ese entorno familiar pueden sentirse inseguros, ansiosos, ya que nunca saben cuándo está persona puede cambiar de estado de ánimo o de comportamiento.
Los hijos también pueden sentirse confundidos y desorientados, ya que su madre puede distorsionar la realidad para adaptarla según su interés.
Además, a menudo ponen sus propias necesidades y deseos por encima de los de sus hijos, lo que puede hacer que los niños se sientan ignorados, desvalorizados, no queridos o no deseados por sus madres. Esto puede llevar a problemas de autoestima y autoimagen, ya que las víctimas pueden acabar internalizando el mensaje de que no son dignos de amor y atención.