Lorena Issa es la protagonista de un nuevo episodio del pódcast de la revista OH! La bella empresaria cochabambina revela cómo se desempeña en el mundo de la importación de muebles, pero también cómo gestiona su tiempo siendo esposa y mamá de tres niñas.
Issa comenta sobre los momentos más importantes de su vida, la que divide entre su empresa y su familia.
—¿Cómo te encuentras?
—Siento que he podido cumplir mi éxito familiar, que es lo más importante en mi vida, mi éxito empresarial, y, bueno, con la bendición de Dios, siento que los pasos que he ido siguiendo se han ido de la manera correcta.
—Empezaste en el modelaje desde muy joven, ¿qué te incentivó a hacerlo?, ¿lo viste como un hobby o como una carrera a seguir?
—El mundo del modelaje, la verdad, siempre me gustó. Me abrió muchas puertas y la verdad es que tenía pensado hacerlo más tiempo. Yo me casé muy joven, me casé a mis 23 años, fui mamá, entonces también las prioridades de vida fueron cambiando.
—El mundo del modelaje es muy bonito, pero también tiene sus pros y contras. ¿Cuál ha sido tu experiencia?
—Las personas que no me suman, no les doy esa importancia que podría ser. Entonces, podría recomendar a toda la gente joven que está pasando esta etapa, hay mamás, ahora me gusta mucho cómo ha cambiado incluso el Miss Bolivia. Había muchas restricciones, pero ahora ya dejan que seas mamá, que tengas hijos, ha cambiado el tema de la edad también, que me parece perfecto.
Pienso que una mujer es linda, una mujer es modelo de persona, ser modelo no sólo refleja tu estado físico, sino cómo eres interiormente, una mujer con valores, una mujer que cree en Dios. Entonces pienso que el modelaje va mucho más allá de la belleza, pienso que eso es algo positivo para alguien que está haciendo eso actualmente.
—¿Crees que este tipo de vivencias vayan cambiando con el tiempo? ¿Y qué consecuencias crees que tendría a largo plazo?
—Pienso que está afectando actualmente, y no sólo a niños, porque cada persona madura en diferente etapa. Pienso que tenemos que aprender a que la gente no sube las cosas malas. Tener esa reflexión de que todos tenemos problemas, estoy segura de que todos tenemos un problema, y la idea es poder vivir tu vida. Ese punto también creo que es muy importante, no compararte con los demás.
Los padres, desde pequeños, tenemos que dar valores a los hijos, porque si tú le das un valor a tu hijo de que lo importante no es lo físico, probablemente cuando vea la historia de esa modelo no le va a llamar la atención que es perfecta. Esa persona va a ir más allá.
—Rafaela, Catalina y Antonella son tus pequeñas hijas, ¿cómo estás llevando lo de ser madre y a la vez emprendedora y que también tu esposo esté en este emprendimiento?
—El tema de madre, empresaria y todo es difícil. No te voy a decir que es fácil, es complicado, porque tengo tres hijas, tres es un número fuerte y a todas les quiero dar el mismo tiempo, estar con ellas, pero una clave que podría dar es dar tiempo de calidad.
Empecé a equilibrar mi vida y equilibrar dando tiempo de calidad. Entonces, el momento que estoy con mis hijas, es el tiempo que tenga que ser, doy el verdadero tiempo y equilibro entre el trabajo, entre ser mamá, me organizo.
—Sobre la crianza por parte de tus padres, ¿hay algunas que las estás implementando con tus pequeñas?
—Mis padres han sido unas personas muy buenas, yo agradezco a la vida que me han dado los padres que he tenido, ellos siempre me han enseñado a valorar. Cuando tenía 14 años, hice la primera importación porque ellos necesitaban ayuda. Esa época, por ejemplo, los padres no entendían mucho de internet, entonces empezó el tema del internet y demás, y yo aprendí a importar gracias a ellos a mis 14 años sin saber nada. Entonces sí, me han enseñado el trabajo desde joven, a impulsarme, me han enseñado la mejor herencia, que es Dios, tener valores, y eso me ha forjado como persona.
—¿Cuál crees que ha sido tu evento canónico?
—Ha marcado mucho en mi vida, podríamos decir que hubo un antes y un después, y me ha enseñado mucho también. Lo que pasa es que nosotros, mi esposo sobre todo quería dos hijos. Yo no estaba tan cerrada, incluso a los 18, soñaba con estar en una familia grande, con ser mamá de cinco hijos, hasta que tuve a mi primera hija, y obviamente la responsabilidad del trabajo y todo, me cambiaron la perspectiva. Dijimos que vamos a tener dos hijos, entonces luego de nuestras dos hijas, mi esposo entró a una intervención, se hizo una vasectomía. Mi segunda hijita nació el 27 de junio, mi esposo entró a cirugía en agosto y obviamente el médico le dio de alta, estaba tranquilo, pero hicieron una vasectomía mala, hasta el día de hoy mi esposo está totalmente fértil. No hubo una explicación del doctor, la verdad, nunca nos dio una explicación certera, pero pasó el tiempo, mi hijita tenía cuatro meses y, por todo lo que había pasado, pensé que tenía anemia, porque me daba sueño, pero cuando me hice una prueba de embarazo salió positiva. Cuando me enteré, llamé a mi ginecólogo, y me dijo, que era imposible y que, si estaba embarazada, mi vida corría riesgo.
Empecé a pensar en todo, eso es uno de los enfoques más importantes que te decía Dios. Dije: “Ahorita, tengo que apoyarme en Dios, porque si no, voy a pensar mil cosas”.
Hablé con mi esposo, pensamos que estábamos en un sueño, que estábamos soñando, y que teníamos que despertar, porque era un sueño, entonces, al final dije: “Tengo que empezar a tener un antes y un después, y tengo que tomarlo de la mejor manera”.
—¿Te afecta el qué dirán?
—La verdad, no; antes sí me afectaba, pero ahora no. Si es una persona que no me va a sumar ni me va a restar, no me afecta, y pienso que en este mundo estamos para apoyar a la gente, para dar lo mejor de ti.
A las personas que no se fijen en los demás o que no les llegue a afectar, porque al final estás entrando al mismo juego. Entonces, paz y amor. Pienso que mientras no hagas caso y esa persona no te sume, no te reste, no tendría por qué afectarte.