Zulma Yugar, nombrada como la mejor vocalista de Bolivia y reina del folklore, es un símbolo de la cultura boliviana. Yugar cuenta a la Revista OH! cómo comenzó su apasionante trayectoria a los cuatro años, cuando sus padres la subían sobre una silla para alcanzar el micrófono. Su amor por el arte y la música se forjó en pequeños escenarios, donde comenzó a declamar y cantar, incluso antes de aprender a leer y escribir.
“El pueblo boliviano y mis padres han sido mis mayores inspiraciones”, afirma la cantante. Con el apoyo incondicional de su familia, a los 11 años, realizó una gira por todo el país, donde tuvo la oportunidad de conocer diversas culturas y paisajes impresionantes.“Ahí empecé a conocer a mi país, me empecé a enamorar”, recuerda la cantautora.
A lo largo de su carrera, experimentó una notable evolución artística. Su primera gran experiencia fue actuar en Loma Alta, un cálido pueblo en el departamento de Santa Cruz. Bajo la luz de las velas y sobre escenarios de adobe, descubrió la sencillez y humildad de la gente. Esta vivencia se convirtió en un punto importante para su compromiso con el folklore. Con el tiempo, llevó su música a países como Japón, China, Suecia, Francia, Australia y varias naciones europeas. “He tenido el orgullo de representar a mi país en festivales internacionales y ocupar primeros lugares”, dice con satisfacción. Cada presentación le brindó experiencias que han enriquecido su arte y su conexión con el público.
DESAFÍOS EN EL CAMINO
A pesar de sus éxitos, Yugar también ha enfrentado desafíos significativos. Recuerda cómo sus inicios en Loma Alta fueron difíciles pero gratificantes. “Actuar sin sonido ni luz me enseñó a valorar cada momento en el escenario”, reflexiona. Su trayectoria estuvo marcada por encuentros con artistas consagrados, como Nino Bravo y Vicente Fernández, quienes le han dejado huellas imborrables.
Uno de los momentos más impactantes fue cuando la nombraron ministra de Culturas, en 2010. Aunque admite que los artistas no están preparados para la política, utilizó esta plataforma para promover proyectos culturales que beneficiaran a los artistas bolivianos. “Fue un sueño poder hacer algo por los trabajadores del arte y la cultura”, señala. A pesar de las limitaciones presupuestarias históricas en el Ministerio de Cultura, comenta que logró implementar festivales itinerantes y trabajar en la declaratoria del Carnaval de Oruro como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Yugar también ha sido parte fundamental del resurgimiento del orgullo por la cultura boliviana. “Antes había un estigma sobre bailar folklore; ahora los jóvenes lo celebran con entusiasmo”, sostiene.
Este cambio de mentalidad se atribuye no solo a su trabajo como artista, sino también al esfuerzo colectivo de muchos otros músicos bolivianos que apuestan por elevar la autoestima cultural del país.
La música no solo es un arte para la artista, es un vehículo para transmitir mensajes profundos sobre la identidad y pertenencia. “El folklore es nuestro legado”, señala con firmeza. Su compromiso con la música va más allá del entretenimiento, por lo que busca inspirar a las nuevas generaciones a valorar sus raíces.
EL YOGA EN SU VIDA
Además de su amor por la música, encontró en el yoga una herramienta vital para mantener su equilibrio emocional y físico. “El yoga me salvó durante la pandemia”, confiesa. La práctica le ha permitido enfrentar momentos difíciles y mantener la serenidad ante los desafíos que ha enfrentado en su carrera.
Sin embargo, tras sufrir una inflamación en las cuerdas vocales debido al Covid-19, tuvo que tomarse un tiempo para recuperarse. “Mis cuerdas vocales están intactas, pero inflamadas”, explica. Aunque no sabe cuándo podrá regresar plenamente a los escenarios, mantiene una actitud positiva y agradecida por las oportunidades que ha tenido.
UN NUEVO PROYECTO
En medio de este proceso de recuperación, Yugar está trabajando en un nuevo proyecto: un libro que recopila sus vivencias artísticas y personales. “Quiero dejar un legado para las futuras generaciones”, comparte emocionada. La motivación detrás del libro proviene de una profunda pérdida personal: el fallecimiento de su nieto hace nueve meses. “Decidí utilizar mi dolor como inspiración para escribir”, afirma con tristeza. El libro no solo incluirá sus éxitos artísticos, sino también reflexiones sobre su vida y su compromiso social con Bolivia. “Es un testimonio que espero inspire a otros a amar su país; es un sueño cumplido que voy a estar presentando”, concluye.
Yugar es más que una artista, es un ícono cultural que dedica su vida a promover el folklore boliviano. Su historia es un testimonio del poder transformador del arte y la importancia de las raíces culturales. A medida que se prepara para presentar su libro y espera regresar a los escenarios, invita al público a acompañarla en esta nueva etapa.
“Estoy muy agradecida por todo el apoyo que he recibido”, expresa. “Espero seguir contribuyendo a la cultura boliviana y dejar un legado que inspire a las futuras generaciones”, añade. Con esa pasión inquebrantable por su arte y su país, Zulma Yugar continúa siendo una voz poderosa en el panorama musical boliviano.