La acción policial-militar que el viernes recién pasado desbloqueó la vía fundamental que une Cochabamba con el occidente del país tendría que ser el principio del fin de la escalada de agresiones perpetradas por la facción del Movimiento al Socialismo (MAS) leal al expresidente Morales, cuyas consecuencias se traducen en perjuicios que afectan a toda la ciudadanía, agravando la situación de la economía nacional.
No hay un solo sector productivo libre de los efectos negativos de los bloqueos iniciados hace tres semanas y que se fueron agravando con el paso de los días.
Ese perjuicio castiga también a las familias cuyos ingresos dependen de los salarios percibidos por quienes las sustentan, lo mismo que a aquellas que viven del comercio minorista o de la prestación de servicios no tecnológicos.
Exportadores, industriales, avicultores, productores de frutas y hortalizas, artesanos, e incluso el mismo aparato del Estado sufren daños económicos que hasta hace dos días sumaban ya 540 millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones de pérdidas pecuniarias denunciadas por entidades empresariales y el Ministerio de Obras Públicas.
Y no solo se trata de perjuicios contabilizables en millones de dólares, sino del impacto a mediano y largo plazo que resulta de la paralización de parte del aparato productivo debido al corte de suministro de insumos y la descomposición de productos agrícolas o la muerte de aves de crianza para la alimentación, lo que se traduce ya en un alza de precios al consumidor.
La alerta hecha pública por los pequeños, medianos y grandes avicultores en sentido de que el prolongado bloqueo vial pone en riesgo la seguridad alimentaria, es una clara advertencia del nefasto impacto de esas obstrucciones.
Esas medidas de presión, ejecutadas con el pretexto de protestar contra la precaria situación económica del país, la agravan. Su localización geográfica: el trópico de Cochabamba —núcleo del evismo—, y otras regiones de este departamento accesibles a los movilizados, es una evidencia del carácter político y de interés personal que motiva las acciones de los allegados a Morales.
Son acciones que desestabilizan el país, como denunció la Cancillería ante la comunidad internacional. ¿Qué otro calificativo puede aplicarse a la paralización organizada y duradera de las principales vías camineras de Bolivia, la toma de cuarteles y rehenes militares en el Chapare y las declaraciones de líderes evistas que alientan actitudes de violencia?
El operativo aplicado en Parotani por el Gobierno, en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales, ha sido ejecutado de manera impecable y con un mínimo razonable de efectos colaterales. Es de esperar que esa actitud responsable se mantenga y prolongue hasta devolver la paz social al país y a los bolivianos.