Todos saben que las denominaciones de izquierda y derecha provienen de la Revolución Francesa en la que en la Asamblea Constitucional se ubicaron al lado derecho los girondinos que buscaban la mantención del absolutismo y al lado izquierdo los jacobinos que perseguían el cambio de ese sistema, tiempo desde el que quedaron dichos apelativos.
En el siglo XX existieron intentos de instauración del socialismo, como los de la Unión Soviética o China, ambos frustrados por las dictaduras de Stalin y Mao Tse-tung. Hoy no existe un solo Estado socialista en el mundo, pero con fines confusionistas a algunos países o tendencias se los llama “izquierdistas” o “socialistas”.
Actualmente existen dos bloques mundiales contrapuestos, de una parte EEUU con la OTAN y la Unión Europea, contiguos al G7 a los que siguiendo la nomenclatura actual se tendría que decir que son de “derecha”; y, el otro bloque, los BRICS, acrónimo que responde a los países que inicialmente lo conformaron: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, organización a la que se le considera erróneamente de “izquierda”, países todos estos de economía capitalista. El nuevo orden mundial (NOM) liderizado por los mil millonarios, tiene la ductilidad de estar presente en ambos bloques contrapuestos. El resto de los Estados del mundo se insertan en uno u otro bloque.
En cuanto a la América Latina resulta un ridículo hablar de países con regímenes izquierdistas o socialistas. Los que así se autotitulan son países atrasados, con economías capitalistas dependientes de intereses mundiales que nada tienen que ver con el socialismo o el izquierdismo, insertos dentro del embaucador socialismo del siglo XXI. Aquí la izquierda tiene por nombre “socialista” y por economía “capitalista”, “socialistas que no son socialistas”, sus gobiernos están compuestos por burócratas convertidos en adinerados impuestos por fuerzas extranacionales, están asentados en un “populismo asexuado” políticamente. Un humorista define a estas “izquierdas” como la “izquierda travesti”, dirigida encubiertamente por mil millonarios y especuladores financieros como George Soros, presente en Bolivia especialmente en la minería.
El reciente fraude electoral en Venezuela brinda elementos de mejor apreciación del “travestismo izquierdista”. Los más esclarecidos “izquierdistas” le dan la espalda al tirano “socialista” Maduro, como los “izquierdistas” Lula de Brasil, Boric de Chile, Petro de Colombia y hasta López Obrador de México con su zigzagueante hibridismo, mientras que el “izquierdista” Luis Arce de Bolivia le brinda su apoyo al dictador Maduro, porque Rusia así lo dispone, ya que Venezuela vive de la cooperación de Rusia al igual que Bolivia que recibe migajas como país pordiosero.
Por su lado la “derecha” mundial está donde debe estar, con plena economía capitalista y sus monstruosidades en su espalda. El fracasado modelo económico “social, comunitario, productivo” de Bolivia es capitalista no es socialista.
En Bolivia, como en el mundo, no existe “izquierdismo” ni “socialismo”, sólo existen algunas individuales dispersas que miran con impotencia un pasado izquierdista y observan con ira contenida un presente político simulador y depravado.