16:50. Salgo esperanzado rumbo a la gasolinera porque un funcionario afirmó en la radio que el suministro volvió a la normalidad. Sin embargo, llego a destino y me encuentro con una cola larguísima que llega hasta el parque. Protesto: “¿eso es normalidad para ti, hijo de tu santa madre?”. Me reprocho por haber creído, con ingenuidad de europeo, en la declaración de un empleado del MAS de Luis Arce, mandatario al que imagino con un traje de baño cuadriculado y de siete colores, chapoteando en una mazamorra, con dos flotadores en los brazos que por el momento le salvan la vida: el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y las falsas promesas.
17:08. Entro en la cola con enojo, consciente de las horas de tedio y sopor que tengo por delante. Un Mitsubishi Pajero se acomoda detrás mío, conducido por un cochalo robusto con la polera de la selección del 94. Escucha en bucle la canción “La Bomba”, de Azul Azul, y me bocinea si tardo más de un segundo en arrancar cuando la fila avanza.
17:23. Saco de la guantera el tomo II de El cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durrell. Leo sin concentración, desperdicio una narración maravillosa por culpa del sol, del ruido de la calle, del orate de atrás que golpea su puerta al ritmo del tropipop, y sobre todo del embustero de la radio, a quien vuelvo a mentarle la madre. Aún así, rescato una hermosa frase que me apresuro en subrayar: “Justine describía a su marido como un aburrido llavero psicoanalítico del que cuelgan numerosos complejos oxidados”.
17:54. Navego desde el celular por periódicos locales. Las distintas crisis del país son eclipsadas por noticias sobre el partido de Bolivia, que se juega más tarde. La gente manifiesta su esperanza en las redes, lejos de los pronósticos sensatos o del sentido común. Me alegra haberme alejado del fútbol, de las lesiones y las peleas inútiles, del fanatismo y las emociones desbordadas.
18:06. En el NYT (The New York Times, N. d E.) leo que Trump eligió como secretario de Estado a Marco Rubio, un petizo-bocón que lo insultaba en las primarias. A pesar de que ganó con indiscutible contundencia, Trump me resulta grotesco. Pero aún más grotescos me parecen los nazis-latinos de caricatura que intentan imitarlo. En Bolivia, un par de giles publican TikToks cargados de palabrotas e insultos contra líderes políticos de larga carrera. Unos improvisados que buscan relevancia utilizando el “putazo” como forma y fondo de su discurso.
18:15. Sin embargo, coincido en que el país necesita un giro de timón. Me niego a que la “normalidad” sea hacer largas colas semanales para cargar gasolina, poder sacar del banco sólo 100 dólares al mes (dólares nuestros, producto de nuestro trabajo y esfuerzo) y respirar humo de chaqueo y avasallamiento durante tres meses al año. Por una grata casualidad, hace unos días hablé por teléfono con Tuto Quiroga, quien escuchó mi parecer con amabilidad y paciencia. Creo que él es el precandidato que opina con mayor coherencia y seguridad sobre economía, materia fundamental para salir del pozo de escasez y restricciones en el que estamos atrapados.
18:32. Nuevo bocinazo del cavernícola de atrás. No avanzo para no bloquear el acceso a un pasaje. Le hago señas por el retrovisor pero responde con más bocinazos y ladridos. Considero bajarme, pero el tipo tiene toda la pinta de quien guarda una manopla en la guantera. “Goosfraba”, murmuro, recordando a Jack Nicholson cuando interpretó a un terapeuta. Veo a mi derecha la pizzería Sole Mio, que en su auge estaba en otra locación, administrada por una pareja de italianos y su hijo adoptivo que trabajaba de mesero y te trataba con la punta del zapato.
19:13. Ya estoy en la curva que dobla hacia la Av. América. Guardo mi retrovisor izquierdo para que no me lo vuele ningún transportista-kamikaze. Un parrillero en la acera ofrece sándwiches de vacío. Le pido uno a gritos, pero me indica que debo comprar ficha. La burocracia es una pasión nacional.
19:36. Falta poco. Recuerdo, preocupado, que hace un tiempo llegué hasta la meta y se les cayó el sistema. El troglodita de atrás le ladra a la empleada de Movilidad Urbana que le pidió que se pegara a la acera. Ingreso al surtidor. Delante de mí, una señorita se baja de su peta. El muchacho de la manguera y el policía se miran pícaros cuando ella pide que le llenen el tanque. Aburrido, dispuesto a ser objeto de burla con tal de irme de una vez, les pido que también llenen el mío.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.
En diciembre de 2014, el entonces Ministro Luis Arce, publicó un manifiesto denominado “Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP)” en el que resumió las bases del programa económico que impuso el gobierno en 2006 y que continúa hasta hoy.
En diciembre de 2014, el entonces Ministro Luis Arce, publicó un manifiesto denominado “Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP)” en el que resumió las bases del programa económico que impuso el gobierno en 2006 y que continúa hasta hoy.
La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 con un grafiti que decía: “Te llegó el turno, doctor”. Terminó con la intervención de tropas rusas (al principio los hombres de Wagner) y la feroz participación de las milicias de Hezbollah, dejando al país dividido.
La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 con un grafiti que decía: “Te llegó el turno, doctor”. Terminó con la intervención de tropas rusas (al principio los hombres de Wagner) y la feroz participación de las milicias de Hezbollah, dejando al país dividido.
A pocos días de las elecciones judiciales, la inmensa mayoría de la población boliviana desconoce a los candidatos, no tiene las más mínimas condiciones de elegir informadamente y tampoco entiende porqué en la mayor parte de los departamentos del país debe participar en unas elecciones mutiladas, en las que en algunas partes podrán votar por todas las opciones y en otras, particularmente el oriente boliviano, los ciudadanos no podremos elegir a nuestros representantes al Tribunal Constitucional, y en Be
A pocos días de las elecciones judiciales, la inmensa mayoría de la población boliviana desconoce a los candidatos, no tiene las más mínimas condiciones de elegir informadamente y tampoco entiende porqué en la mayor parte de los departamentos del país debe participar en unas elecciones mutiladas, en las que en algunas partes podrán votar por todas las opciones y en otras, particularmente el oriente boliviano, los ciudadanos no podremos elegir a nuestros representantes al Tribunal Constitucional, y en Be
En materia de las relaciones con el gobierno del depuesto líder sirio, Bachar al Asad, la diplomacia del MAS estuvo alineada siempre con la posición promovida por el gobierno de Rusia y secundada, obviamente, por regímenes como los de Nicaragua, Cuba, Venezuela e Irán.
En materia de las relaciones con el gobierno del depuesto líder sirio, Bachar al Asad, la diplomacia del MAS estuvo alineada siempre con la posición promovida por el gobierno de Rusia y secundada, obviamente, por regímenes como los de Nicaragua, Cuba, Venezuela e Irán.
ENRIQUE VELAZCO RECKLING
La idea respecto a qué determina el crecimiento, orienta las políticas económicas lo que, a su vez, define los efectos sociales, políticos y ambientales del crecimiento. Para el capitalismo industrial, que consideraba que la producción definía el crecimiento, el nivel de empleo era un indicador fundamental, tanto por su vínculo y aporte directo a los procesos productivos, como por la capacidad de consumo que los salarios otorgan a los hogares (“la causa del desempleo es la falta de demanda”).
La idea respecto a qué determina el crecimiento, orienta las políticas económicas lo que, a su vez, define los efectos sociales, políticos y ambientales del crecimiento. Para el capitalismo industrial, que consideraba que la producción definía el crecimiento, el nivel de empleo era un indicador fundamental, tanto por su vínculo y aporte directo a los procesos productivos, como por la capacidad de consumo que los salarios otorgan a los hogares (“la causa del desempleo es la falta de demanda”).
En un contexto económico marcado por la escasez de dólares y su impacto en distintos sectores productivos, la frase “las exportaciones son el sueldo de Bolivia”, pronunciada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), cobra una relevancia crucial. A pesar de la importancia de las divisas para sectores como la industria, la minería y los productores agropecuarios, el ingreso de dólares provenientes de exportaciones al sistema financiero boliviano es mínimo.
En un contexto económico marcado por la escasez de dólares y su impacto en distintos sectores productivos, la frase “las exportaciones son el sueldo de Bolivia”, pronunciada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), cobra una relevancia crucial. A pesar de la importancia de las divisas para sectores como la industria, la minería y los productores agropecuarios, el ingreso de dólares provenientes de exportaciones al sistema financiero boliviano es mínimo.
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
Varios analistas mencionan que, salir de la crisis actual, necesitará “otro 21060”. El doctor Juan Antonio Morales, actor directo en el equipo que diseñó e implementó el ya famoso Decreto Supremo 21060, ha compartido lo que fue el proceso de análisis y de reflexión que culminó en la redacción de esa norma.
Varios analistas mencionan que, salir de la crisis actual, necesitará “otro 21060”. El doctor Juan Antonio Morales, actor directo en el equipo que diseñó e implementó el ya famoso Decreto Supremo 21060, ha compartido lo que fue el proceso de análisis y de reflexión que culminó en la redacción de esa norma.
En Bolivia, quizás por fuerza de las circunstancias, existen algunas palabras que son mágicas: basta decir Evo Morales o, incluso ,Luis Arce e inmediatamente se despierta el interés. Muchos vuelcan su atención sobre lo que hacen o no hacen los nombrados, actualizándolos consciente o inconscientemente en su imaginario. Hay otras formas de denunciar lo inaceptable.
En Bolivia, quizás por fuerza de las circunstancias, existen algunas palabras que son mágicas: basta decir Evo Morales o, incluso ,Luis Arce e inmediatamente se despierta el interés. Muchos vuelcan su atención sobre lo que hacen o no hacen los nombrados, actualizándolos consciente o inconscientemente en su imaginario. Hay otras formas de denunciar lo inaceptable.