Varios analistas mencionan que, salir de la crisis actual, necesitará “otro 21060”. El doctor Juan Antonio Morales, actor directo en el equipo que diseñó e implementó el ya famoso Decreto Supremo 21060, ha compartido lo que fue el proceso de análisis y de reflexión que culminó en la redacción de esa norma. Él considera que superar la actual crisis, que tiende a agudizarse día a día, requerirá de un nuevo proceso de discusión amplia, y alerta que “si bien el país está mejor preparado intelectual y técnicamente que en 1985, hay empero menor voluntad de concertación (…). El obstáculo principal para plasmar ideas en realidades, es político, ya que ellas necesitan un consenso de la población, similar al que se llegó en 1985”.
Por tercera vez, el próximo 15 de diciembre, “a través del voto popular”, elegiremos a las máximas autoridades del Órgano Judicial. Esta novedosa manera de conformar uno de los poderes más importantes del Estado está establecida en el texto Constitucional aprobado en 2009.
El diseño de esta modalidad para conformar el poder Judicial fue concebida en el proceso constituyente por asesores extranjeros como una gran novedad. Bolivia se ponía, en el mundo, a la vanguardia en la elección de máximas autoridades del órgano judicial a través de las urnas.
Antes de este “profundo” cambio, los jueces y magistrados eran designados mediante mecanismos tradicionales, donde los otros poderes públicos insidian notablemente, poniendo siempre en duda la transparencia de las designaciones. Los magistrados eran elegidos en acuerdos y componendas. Luego, sumisos ellos, se sometían inexorablemente al poder político, afectando profundamente el principio de la independencia de poderes.
Desde el poder Legislativo y el poder Ejecutivo siempre se acechó al Órgano Judicial pues, para las elites de turno, cooptarlo es de fundamental importancia.
Con la nueva Constitución —para muchos ya vieja— se pretendió democratizar el proceso, transfiriendo mayor protagonismo a la ciudadanía con la elección de esas autoridades. Mediante este mecanismo, los nuevos magistrados serían “representantes” de la sociedad ejerciendo sus cargos con mayor legitimidad. Así se intentaba despojar a los poderes Ejecutivo y Legislativo del protagonismo central que tenían en la designación de las máximas autoridades del poder Judicial. Sin embargo, el remedio fue peor que la enfermedad.
Esta forma de selección de altas autoridades judiciales es única en América Latina. México también pretende adoptar este procedimiento. A la luz, de las intenciones versus los resultados se ha generado, en el presente, un gran debate
El diseño constitucional boliviano, de esta forma de selección está establecido en los artículos 158, 178, 180 y 182 de la Constitución, que determina la elección de magistrados mediante el voto directo y secreto. Estos artículos se complementan con la Ley 025 del Órgano Judicial y las respectivas leyes de convocatoria a elecciones judiciales que se promulgan para cada elección. A estas disposiciones se integra el Reglamento de Preselección de Candidatos y Candidatas para la Conformación del Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y Consejo de la Magistratura.
Estas leyes y el Reglamento, establecen los procedimientos y las fases de selección y elección. Todos estos cruciales asuntos discurren en dos Comisiones: de Constitución y Justicia Plural.
Estas Comisiones, tienen bajo su control todo el proceso y las fases de selección. Vean el poder que se les asigna. En sus manos está la evaluación, la entrevista y la selección. El pleno de la Asamblea Legislativa, luego, juega un papel de primer orden. Todos los candidatos seleccionados deben contar con la aprobación de al menos dos tercios de la Asamblea.
Si se observa bien, con este procedimiento la selección de candidatos propende, inevitablemente, a un manejo político contaminado en extremo. Precisamente, esto sucedió en las dos elecciones anteriores, de diciembre de 2011 y octubre de 2017.
En ambas ocasiones la selección de candidatos en la Asamblea, fue toda una farsa, un teatro. Como tenían, como nunca ningún partido tuvo, más de dos tercios de los legisladores, Evo Morales, su incondicional bancada y sus aliados corporativos, decidieron absolutamente todo. Con el poder altamente concentrado y libretos de por medio, simularon evaluaciones y calificación de méritos. Hubo también cuoteo corporativo, los “movimientos sociales” aliados impusieron sus candidatos.
Todo este manejo abominable generó gran desconfianza y desprecio en la ciudadanía. Ambos procesos de selección en la Asamblea fueron detestables. Y los candidatos, carentes de méritos académicos y profesionales y experiencia en tribunales.
Y sucedió lo insólito: en ambas elecciones, los votos inválidos fueron abrumadoramente superiores a los válidos. Los nulos y blancos superaron el 60% de todos los votos emitidos. Algunos magistrados fueron elegidos con porcentajes sumamente bajos, con votaciones que apenas alcanzaban el 5%. Otros candidatos suplentes apenas alcanzaron el 2%.
En términos de resultados, estas dos experiencias, han configurado un Órgano Judicial disfuncional, corrupto e incapaz de asegurar el cumplimiento de la ley y de proveer justicia a los bolivianos. Tenemos, como consecuencia de ese manejo y sin exagerar, un sistema judicial abyecto. Hay una brutal desconfianza en la justicia. Pocos bolivianos creen en ella. En los dos gobiernos del régimen masista, la justicia ha estado absolutamente sometida.
Ahora, claro, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) fue la instancia más sometida a los designios y discrecionalidades del régimen masista. Su accionar fue y es deplorable.
Quien inicio la perversión del TCP, guardián de la Constitución, fue Evo Morales. Él tiene una enorme responsabilidad.
Después del fallo inconstitucional que lo habilitó para que sea candidato presidencial en 2019 a pesar de los resultados del referendo del 21F, el TCP nunca más fue el guardián de la Constitución. Es, más bien, la mano derecha del régimen. Es despreciable la actitud de Morales cuando cuestiona el accionar de esta instancia, cuando fue el, él quien la “prostituyo”.
Esta tercera experiencia de elegir a las máximas autoridades en las urnas, no cambiará absolutamente en nada el espantoso estado de la administración de justicia. Aunque con algunas diferencias de forma respecto de las anteriores, pues estas elecciones serán parciales, todo el proceso de selección y evaluación de candidatos estuvo igualmente contaminado.
Sólo que ahora, en complicidad con los parlamentarios de la oposición, que complementaron los dos tercios, elegiremos a magistrados “arcistas” y “evistas”. Por tercera vez, se repetirá el desastre. Otra vez, los votos nulos y blancos serán abrumadores.
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
Se había dicho que el año 2024 iba a ser complicado para el país en lo económico, político y social, pero ¿alguien se imaginó por todo lo que íbamos a pasar? Como dije alguna vez, “el largo plazo en Bolivia no existe”, ya que vivimos casi con el Jesús en la boca, sin saber lo que pasará mañana. ¿Es o no es así?
Se había dicho que el año 2024 iba a ser complicado para el país en lo económico, político y social, pero ¿alguien se imaginó por todo lo que íbamos a pasar? Como dije alguna vez, “el largo plazo en Bolivia no existe”, ya que vivimos casi con el Jesús en la boca, sin saber lo que pasará mañana. ¿Es o no es así?
Hace algunos años, en círculos de activistas, intelectuales, escritores, influencers y así, se suscitó un extendido debate sobre el dictamen, realizado por Silvia Rivera, acerca de que Evo Morales no era indígena. El dictamen formulado por la conocida socióloga en una universidad mexicana versaba más o menos así:
Hace algunos años, en círculos de activistas, intelectuales, escritores, influencers y así, se suscitó un extendido debate sobre el dictamen, realizado por Silvia Rivera, acerca de que Evo Morales no era indígena. El dictamen formulado por la conocida socióloga en una universidad mexicana versaba más o menos así:
El lunes se recordó el 183 aniversario de la Batalla de Ingavi, un episodio histórico que fue motivo para la creación del Himno Nacional de Bolivia.
Con el poco estudio que se hace del pasado, la manera de conmemorar ese capítulo de la historia es más bien simplista, aunque son varias las voces que señalan que con esa batalla se consolidó la independencia de Bolivia.
El lunes se recordó el 183 aniversario de la Batalla de Ingavi, un episodio histórico que fue motivo para la creación del Himno Nacional de Bolivia.
Con el poco estudio que se hace del pasado, la manera de conmemorar ese capítulo de la historia es más bien simplista, aunque son varias las voces que señalan que con esa batalla se consolidó la independencia de Bolivia.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
Cruza todos los sectores, actividades, credos, ideologías, grupos etarios, clases sociales y áreas geográficas. El no saber qué pasará con la economía, la política y la vida en sociedad a corto plazo tiene a muchos sin poder dormir, desde quienes tienen a su cargo la economía familiar hasta quienes tienen bajo su responsabilidad grandes inversiones privadas o decisiones institucionales cruciales para el futuro inmediato del país. La incertidumbre está carcomiendo a los bolivianos.
Cruza todos los sectores, actividades, credos, ideologías, grupos etarios, clases sociales y áreas geográficas. El no saber qué pasará con la economía, la política y la vida en sociedad a corto plazo tiene a muchos sin poder dormir, desde quienes tienen a su cargo la economía familiar hasta quienes tienen bajo su responsabilidad grandes inversiones privadas o decisiones institucionales cruciales para el futuro inmediato del país. La incertidumbre está carcomiendo a los bolivianos.
La primera vez que supe de Michael Moore fue en 2001, cuando publicó su ensayo que da título a esta columna, “Estúpidos hombres blancos”. Una crítica profunda al sistema político estadounidense, donde los ricos se vuelven más ricos, mientras la sociedad de clase media vive en constante temor a los resultados económicos. Moore, mete el dedo en la llaga de la hipocresía de una sociedad descarnada.
La primera vez que supe de Michael Moore fue en 2001, cuando publicó su ensayo que da título a esta columna, “Estúpidos hombres blancos”. Una crítica profunda al sistema político estadounidense, donde los ricos se vuelven más ricos, mientras la sociedad de clase media vive en constante temor a los resultados económicos. Moore, mete el dedo en la llaga de la hipocresía de una sociedad descarnada.
Donald Trump es el epítome de la imagen descrita en el libro The Ugly American (El estadounidense feo), escrito en 1958 por Eugene Burdick y William Lederer, una de las novelas políticas norteamericanas más influyentes y que describe los fracasos del cuerpo diplomático de EEUU en el sudeste asiático.
Donald Trump es el epítome de la imagen descrita en el libro The Ugly American (El estadounidense feo), escrito en 1958 por Eugene Burdick y William Lederer, una de las novelas políticas norteamericanas más influyentes y que describe los fracasos del cuerpo diplomático de EEUU en el sudeste asiático.
CARLOS DERPIC SALAZAR
El 11 de noviembre de 1924, durante el pontificado de Pio XI, mediante la bula Praedecessoribus Nostris, se erigió la diócesis de Potosí, obteniendo su territorio de la arquidiócesis de La Plata, que a su vez asumió el nombre de arquidiócesis de Sucre.
El 11 de noviembre de 1924, durante el pontificado de Pio XI, mediante la bula Praedecessoribus Nostris, se erigió la diócesis de Potosí, obteniendo su territorio de la arquidiócesis de La Plata, que a su vez asumió el nombre de arquidiócesis de Sucre.
Muy poca gente cree hoy que el mentado “proceso de cambio” del que se ufana Evo Morales y al que apela desesperadamente Arce Catacora mostrará visos de ser un proyecto exitoso.
La percepción generalizada es que fue un intento frustrado que bien pudo ser el verdadero punto de inflexión entre dos momentos de la historia nacional: el del Estado nacionalista que inauguró el MNR en 1952 y el que intentó construir el MAS.
Muy poca gente cree hoy que el mentado “proceso de cambio” del que se ufana Evo Morales y al que apela desesperadamente Arce Catacora mostrará visos de ser un proyecto exitoso.
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EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
El exministro de la presidencia y otrora “hombre fuerte” del régimen de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, dijo que “no será un blanco fácil” y que no se pondrá frente a ninguna “mira telescópica”, en alusión a sus conflictos con la facción gobernante del MAS y a las indagaciones de las que es objeto por la organización del reciente ciclo de bloqueos, donde se detectó armamento y lo que se podría calificar como una incipiente estructura preguerrillera.
El exministro de la presidencia y otrora “hombre fuerte” del régimen de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, dijo que “no será un blanco fácil” y que no se pondrá frente a ninguna “mira telescópica”, en alusión a sus conflictos con la facción gobernante del MAS y a las indagaciones de las que es objeto por la organización del reciente ciclo de bloqueos, donde se detectó armamento y lo que se podría calificar como una incipiente estructura preguerrillera.
Después del triunfo acaso lógico, quizás esperado o tal vez natural, pero también sorprendente del MAS de Evo Morales en 2006, incluido un récord significativo de votación (53,72%) que algunos atribuyeron al embajador de EEUU de aquel entonces, de quien Evo decía que era su mejor “jefe de campaña”, el país ingresó en otra etapa de su historia.
Nunca antes un partido, aparentemente socialista y nunca antes un hombre sin títulos y aparentemente indígena genuino había llegado a la presidencia.
Después del triunfo acaso lógico, quizás esperado o tal vez natural, pero también sorprendente del MAS de Evo Morales en 2006, incluido un récord significativo de votación (53,72%) que algunos atribuyeron al embajador de EEUU de aquel entonces, de quien Evo decía que era su mejor “jefe de campaña”, el país ingresó en otra etapa de su historia.
Nunca antes un partido, aparentemente socialista y nunca antes un hombre sin títulos y aparentemente indígena genuino había llegado a la presidencia.