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Más de 7.334.000 bolivianos estamos habilitados para votar hoy en las terceras elecciones judiciales de nuestra historia. Son comicios en los que, como lo admite el presidente del Órgano Electoral Plurinacional, “a los ciudadanos y ciudadanas, no les gusta este sistema de elección de jueces”.
Ese disgusto permite pensar que, igual que en 2011 y 2017, una mayoría de los sufragios —más del 50%— no serán válidos.
El ministro de Gobierno dice que la marcha que encabezó el cocalero Morales fue la “marcha de la muerte”, pero el desenlace que se produjo confirmó que, de veras, se trató de una marcha fúnebre.
En noviembre de 2019, cuando el dictador renunció y luego huyó del país perdiendo los calzoncillos, se murió el MAS.
Algo así había ocurrido el 4 de noviembre de 1964, cuando Víctor Paz Estenssoro renunció y partió, muy a prisa, a Lima.
El ministro de Gobierno dice que la marcha que encabezó el cocalero Morales fue la “marcha de la muerte”, pero el desenlace que se produjo confirmó que, de veras, se trató de una marcha fúnebre.
En noviembre de 2019, cuando el dictador renunció y luego huyó del país perdiendo los calzoncillos, se murió el MAS.
Algo así había ocurrido el 4 de noviembre de 1964, cuando Víctor Paz Estenssoro renunció y partió, muy a prisa, a Lima.
A raíz de lo que viene aconteciendo en Bolivia en materia social, económica y energética, tomare varios párrafos de una entrega de 2023, donde vuelvo a reafirmar mi posición de que el Estado empresario no funciona y que si empobrece. Para el efecto comparo a Venezuela con Perú. Espero sirva para reflexionar.
A raíz de lo que viene aconteciendo en Bolivia en materia social, económica y energética, tomare varios párrafos de una entrega de 2023, donde vuelvo a reafirmar mi posición de que el Estado empresario no funciona y que si empobrece. Para el efecto comparo a Venezuela con Perú. Espero sirva para reflexionar.
El acceso a la función pública en Bolivia está viciado con la exigencia de una serie de requisitos documentales, entre los cuales destacan diversos certificados que supuestamente garantizan la idoneidad de los postulantes. Estos documentos buscan demostrar que el candidato a un escritorio en el aparato estatal no tiene antecedentes penales, no ha cometido delitos contra la mujer, tiene competencia lingüística en idiomas originarios, no tiene deudas con el Estado o goza de buena conducta.
El acceso a la función pública en Bolivia está viciado con la exigencia de una serie de requisitos documentales, entre los cuales destacan diversos certificados que supuestamente garantizan la idoneidad de los postulantes. Estos documentos buscan demostrar que el candidato a un escritorio en el aparato estatal no tiene antecedentes penales, no ha cometido delitos contra la mujer, tiene competencia lingüística en idiomas originarios, no tiene deudas con el Estado o goza de buena conducta.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.
En América Latina, persiste esta pregunta: ¿por qué los dirigentes políticos no utilizan su poder sobre la burocracia para promover el interés común? A menudo, los funcionarios que abusan de sus cargos no son sancionados adecuadamente. ¿A quién se ha de culpar por esto? A los políticos, por cómplices y, acto seguido, a la ciudadanía, por elegirlos. Sin embargo, la raíz del problema es más compleja.