El molle, uno de los árboles más resistentes de valle de Cochabamba está afectado por el jamillo, una enfermedad que se ha extendido con efectos irreversibles, porque la única forma de sanar a la planta es quitando toda la parte dañada.
El árbol de hojas menudas, resina fuerte y semillas rojizas es resistente a los diferentes tipos de suelo, al frío, al calor y a la sequía. De ahí que se lo encuentre en todas partes: calles, plazas, cerros, torrenteras y ríos.
A pesar del crecimiento urbano, esta especie ha encontrado formas de echar raíces. En el puente Los Andes, que une Cerro Verde con el Cerro San Miguel, los molles brotaron de las rocas, algunos parecen suspendidos en el aire. En otros lugares, como el parque del Teleférico, se conserva una fila de molles. Uno es enorme, frondoso y con bastante sombra.
La proliferación del jamillo que afecta a los molles (Shinus molle) comenzó a llamar la atención de la Unidad Forestal de la Alcaldía de Cochabamba, que analiza las acciones a tomar para proteger al árbol, resguardado por la Ley 1278.
La responsable de la Unidad Forestal, Karen Córdova, señaló que una forma de controlar el jamillo, una planta aérea semiparasitaria, es retirando toda la parte que queda seca. Sin embargo, se cree que los árboles se están enfermando por las sequías que se registran por el cambio climático.
