La deuda pública de Bolivia ha experimentado un notable crecimiento en el último año, aumentando un 10% del Producto Interno Bruto (PIB), equivalente a aproximadamente 5.400 millones de dólares, según un reciente informe de la Fundación Milenio. El principal financiador de esta deuda ha sido el Banco Central de Bolivia (BCB), que ha aportado el 75% de los recursos destinados al sector público.
En 2023, la deuda del sector público con el BCB incrementó de 10.462 millones de dólares en 2022 a 14.525 millones, lo que representa un aumento del 39%. Este crecimiento supera cualquier otra fuente de financiamiento y sobrepasa incluso el total de la deuda externa del país. A pesar de los intentos de este medio por confirmar estos datos con el BCB y el Ministerio de Economía, no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.
El informe de la Fundación Milenio señala que, debido a las restricciones del Gobierno para acceder a fuentes de financiamiento externo, el mayor crecimiento del stock de deuda ha provenido de fuentes internas, especialmente de la deuda con el BCB.
El déficit fiscal de 2023 no ha sido divulgado oficialmente. No obstante, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, indicó que estaría cercano al 11% del PIB. La Fundación Milenio estima que el déficit podría ser igual o mayor al de 2021, que fue del 9,3%. Según Luis Carlos Jemio, economista e investigador responsable del estudio, el déficit fiscal de 2023, que superaría los 5 mil millones de dólares, ha sido financiado principalmente mediante el incremento de la deuda pública interna, que aumentó en 5.146 millones de dólares, mientras que la deuda externa sólo subió en 288 millones.
Henry Oporto, director de la Fundación Milenio, concluyó que este panorama macroeconómico refleja una economía en declive, con un mercado laboral precario, una disminución del poder adquisitivo y la ausencia de soluciones estructurales por parte del Gobierno. Además, las exportaciones están en descenso, hay escasez de divisas, problemas con el suministro de combustible y un acceso restringido al crédito. Estas condiciones han provocado una escasez de dólares y una devaluación del boliviano en el mercado paralelo, alcanzando un 40%.
Oporto también destacó que la inestabilidad política y la falta de gobernabilidad están afectando negativamente la economía del país. Señaló que el Estado ha perdido autoridad, las demandas se resuelven en las calles, los mecanismos de solución de controversias no funcionan y hay una sensación de crisis y desconfianza entre los inversionistas. “Sin solución política no hay solución económica”, afirmó.
Propuestas para nivelar finanzas
El informe de la Fundación Milenio propone adoptar medidas como: sanear las cuentas públicas y recortar el déficit público, racionalizar el subsidio a los combustibles, reducir el empleo público y eliminar empresas públicas deficitarias
Asimismo, plantea restituir la independencia y “profesionalismo” del BCB, revertir la declinación de exportaciones, realizar reformas en el sector hidrocarburífero (algo que también se impulsa desde el Gobierno), y generar atractivos para la inversión privada nacional y extranjera.