Tottenham Hotspur no decepcionó a su afición. En el partido que ningún aficionado Spurs quería ganar, el Manchester City se impuso, con un doblete de Erling Haaland tras 51 minutos de tensión y un paradón de Stefan Ortega a Heung-min Sone en los minutos finales 0-2; y la cuarta Premier League seguida para los de Pep Guardiola está a un triunfo de distancia.
Pocas veces, por no decir ninguna, un aficionado del Tottenham celebraría un gol en contra de su equipo, pero eso es lo que ocurrió ayer en el norte de Londres. Cuando Haaland desabrochó el 0-0 en la segunda parte (6’ ST), la tensión del estadio se diluyó, tanto la de la afición del City, que veía la liga alejarse, como la del Tottenham, que no quería ayudar ni un ápice al máximo rival, el Arsenal, que confiaba en un milagro para llegar con muchas más opciones de ganar la Premier este domingo.
El último aliento de esperanza del Arsenal, de quien no apagara el televisor con el tanto de Haaland, se marchó en ese disparo del surcoreano, al que siguió un penalti sobre Doku que convirtió Halaand (46’ ST) para sellar una derrota dulce para la afición del Tottenham y acerca al City a la corona.
Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
JORGE PATIÑO SARCINELLI
¿Cómo metes cuatro elefantes en una peta?, pregunta una vieja adivinanza, cuya respuesta sencilla es dos adelante y dos atrás. Además de graciosa, ésta encierra una importante lección para quien hace planes: una secuencia de pasos, por detallados que sean, no bastan para hacer posible lo inalcanzable.
¿Cómo metes cuatro elefantes en una peta?, pregunta una vieja adivinanza, cuya respuesta sencilla es dos adelante y dos atrás. Además de graciosa, ésta encierra una importante lección para quien hace planes: una secuencia de pasos, por detallados que sean, no bastan para hacer posible lo inalcanzable.
DANIELA MURIALDO LÓPEZ
No me animo a hacer análisis sobre la guerra en Gaza. No porque no tenga una posición o porque no resienta las atrocidades que desde el 7 de octubre se vienen produciendo. Es sólo que para dar una opinión prudente debería tener un mejor conocimiento de la historia milenaria y la geopolítica ratzeliana (“la lucha por el espacio vital”).
No me animo a hacer análisis sobre la guerra en Gaza. No porque no tenga una posición o porque no resienta las atrocidades que desde el 7 de octubre se vienen produciendo. Es sólo que para dar una opinión prudente debería tener un mejor conocimiento de la historia milenaria y la geopolítica ratzeliana (“la lucha por el espacio vital”).
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
¿Qué se celebra cada 1º de Mayo? En el mundo entero se recuerda el “Día Internacional de los Trabajadores”, en Bolivia y en otros países, el “Día del Trabajador”. Pero, si tal festejo está dedicado solamente a los obreros, oficinistas y burócratas —empleados, todos— y se excluye a quienes son los que generan las fuentes de empleo, surgen dos preguntas adicionales: Los empresarios ¿no trabajan?
¿Qué se celebra cada 1º de Mayo? En el mundo entero se recuerda el “Día Internacional de los Trabajadores”, en Bolivia y en otros países, el “Día del Trabajador”. Pero, si tal festejo está dedicado solamente a los obreros, oficinistas y burócratas —empleados, todos— y se excluye a quienes son los que generan las fuentes de empleo, surgen dos preguntas adicionales: Los empresarios ¿no trabajan?
La vida nos da esos regalos. Un padre que no gastaba su salario en latitas de cerveza sino en libros mensuales para cada uno de sus 10 hijos, ayudándolos a viajar por el mundo aferrados a los personajes reales o ficticios, desde Alejandro el Grande hasta la Maga de Rayuela. Los libreros de La Paz lo conocían y aconsejaban.
La vida nos da esos regalos. Un padre que no gastaba su salario en latitas de cerveza sino en libros mensuales para cada uno de sus 10 hijos, ayudándolos a viajar por el mundo aferrados a los personajes reales o ficticios, desde Alejandro el Grande hasta la Maga de Rayuela. Los libreros de La Paz lo conocían y aconsejaban.