Actualidad
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ratificó su postura sobre la reelección indefinida
Tras la renuncia del ahora exministro de Justicia, Iván Lima Magne
El Pacto de Unidad “evista” del Movimiento Al Socialismo (MAS) determinó este jueves suspender
Cuatro postulantes lograron revocar su inhabilitación, con lo que sube de 39 a 43 hasta el momento
Los incendios forestales en Bolivia arrasaron a la fecha más de 5 millones de hectáreas
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado un “aviso” nuclear a Occidente para que no autorice a Ucrania el empleo de misiles de largo alcance
Opinión

Las recientes agresiones contra periodistas en Bolivia, en las localidades de Parotani, Bulo Bulo y Mairana, exigen nuestra más rotunda condena. Los bloqueadores afines al expresidente Evo Morales han traspasado límites inadmisibles, llegando al extremo de retener a reporteros, golpearlos y hasta amenazar con quemarlos vivos. Estos actos son una violación no sólo a los derechos de los periodistas, sino de toda la ciudadanía a ser informada de manera imparcial y veraz.

Puntos de Vista

¿Declarar el 6 de marzo, aniversario de El Alto, feriado nacional? ¿Por qué no?

No estoy en contra a priori. Sólo digo que sería abrir la puerta a una infinidad de reivindicaciones similares.

Bajo esa lógica estrecha y provinciana, tendríamos que declarar feriado el 20 de julio por ejemplo, día de la llegada del hombre a la Luna. Esto, considerando que los políticos de nuestro país, sobre todo en la oposición, viven en dicho astro.

¿Declarar el 6 de marzo, aniversario de El Alto, feriado nacional? ¿Por qué no?

No estoy en contra a priori. Sólo digo que sería abrir la puerta a una infinidad de reivindicaciones similares.

Bajo esa lógica estrecha y provinciana, tendríamos que declarar feriado el 20 de julio por ejemplo, día de la llegada del hombre a la Luna. Esto, considerando que los políticos de nuestro país, sobre todo en la oposición, viven en dicho astro.

“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.

“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.

La política populista es el arte de poner a buen recaudo lo que le corresponde por derecho al ciudadano, una vez en el poder, esos derechos son suministrados a cuenta gotas, entonces el gobierno se convierte en proveedor y buen tipo que ‘soluciona’, sistemáticamente, las necesidades sociales de acuerdo al temple y decisiones que le plazcan tomar al mandamás.

La política populista es el arte de poner a buen recaudo lo que le corresponde por derecho al ciudadano, una vez en el poder, esos derechos son suministrados a cuenta gotas, entonces el gobierno se convierte en proveedor y buen tipo que ‘soluciona’, sistemáticamente, las necesidades sociales de acuerdo al temple y decisiones que le plazcan tomar al mandamás.

Eso de que Bolivia es un país mendigo sentado en un trono de oro hace referencia a la paradoja de la abundancia: los países ricos en recursos naturales, que incluso pueden tener importantes ingresos financieros, no han logrado establecer las bases para su desarrollo y siguen siendo pobres.

Pareciera que el hecho de poseer cuantiosos recursos naturales es una maldición que condena al país a la pobreza.

Eso de que Bolivia es un país mendigo sentado en un trono de oro hace referencia a la paradoja de la abundancia: los países ricos en recursos naturales, que incluso pueden tener importantes ingresos financieros, no han logrado establecer las bases para su desarrollo y siguen siendo pobres.

Pareciera que el hecho de poseer cuantiosos recursos naturales es una maldición que condena al país a la pobreza.