La Gran Final que se jugará este domingo (17:00) entre San Antonio de Bulo Bulo y Bolívar, en duelo programado en el estadio Félix Capriles, ya tiene la escala de precios definida, de acuerdo a la versión de Israel Claros, director deportivo del cuadro tropical, en declaraciones al programa OD Más Qué Fútbol.
“Se han fijado precios de entradas, se ha coordinado la logística que realizará la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y esperamos ansiosos el día del partido”, declaró Claros.
El cuadro valluno hizo un propuesta sobre la escala de precios, pero al final se quedó en la propuesta de Bolívar: preferencia costará 200 bolivianos; general, 150 bolivianos, y curvas, 60 bolivianos. Las localidades serán comercializadas desde mañana.
“Ellos (la FBF) están encargados de la logística y definirán los lugares de la venta de las entradas”, agregó el directivo.
Sobre la recaudación, la misma será compartida entre San Antonio, Bolívar y la FBF a partes iguales (33,3 por ciento), deduciendo impuestos y alquileres. La curva norte será para San Antonio.
Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
Margaret Satterthwaite, Relatora Especial de las Naciones Unidas para la independencia de magistrados y abogados, desde octubre de 2022, ha exteriorizado su preocupación por la autoprórroga de las principales autoridades judiciales y sus consecuencias. El anterior relator, Diego García-Sayan, visitó Bolivia (en febrero de 2022) y presentó un demoledor informe sobre el deplorable estado de la justicia boliviana.
Margaret Satterthwaite, Relatora Especial de las Naciones Unidas para la independencia de magistrados y abogados, desde octubre de 2022, ha exteriorizado su preocupación por la autoprórroga de las principales autoridades judiciales y sus consecuencias. El anterior relator, Diego García-Sayan, visitó Bolivia (en febrero de 2022) y presentó un demoledor informe sobre el deplorable estado de la justicia boliviana.
VERÓNICA ORMACHEA
El sobreseimiento de los cargos de conspiración y sedición a la expresidenta Jeanine Áñez y a sus exministros no ha sido más que una farsa del Estado boliviano para dar buena imagen ante los bolivianos y la comunidad internacional que presionan por la liberación de los detenidos políticos.
El sobreseimiento de los cargos de conspiración y sedición a la expresidenta Jeanine Áñez y a sus exministros no ha sido más que una farsa del Estado boliviano para dar buena imagen ante los bolivianos y la comunidad internacional que presionan por la liberación de los detenidos políticos.
No es fácil que el bloqueo se levante muy rápido, porque Evo Morales no puede irse con las manos vacías y Luis Arce no puede mostrar debilidad frente a su principal adversario. Como se trata en realidad de una pulseta más por la candidatura de 2025 y no un conflicto por temas judiciales o de autoprórroga de tribunos, las salidas son mucho más complejas.
No es fácil que el bloqueo se levante muy rápido, porque Evo Morales no puede irse con las manos vacías y Luis Arce no puede mostrar debilidad frente a su principal adversario. Como se trata en realidad de una pulseta más por la candidatura de 2025 y no un conflicto por temas judiciales o de autoprórroga de tribunos, las salidas son mucho más complejas.
JAVIER VISCARRA
Resulta desconcertante lo expresado por el presidente Luis Arce el pasado 22 de enero cuando afirmó que “mantiene las decisiones soberanas sobre nuestros recursos naturales y la política exterior”.
Al escucharlo, muchos habrán pensado de inmediato en las aguas del Silala y el sorprendente silencio que ha caracterizado al Gobierno en general y a la Cancillería en particular respecto a este recurso natural, después del juicio en La Haya.
Resulta desconcertante lo expresado por el presidente Luis Arce el pasado 22 de enero cuando afirmó que “mantiene las decisiones soberanas sobre nuestros recursos naturales y la política exterior”.
Al escucharlo, muchos habrán pensado de inmediato en las aguas del Silala y el sorprendente silencio que ha caracterizado al Gobierno en general y a la Cancillería en particular respecto a este recurso natural, después del juicio en La Haya.