Los trastornos mentales son cada vez más una preocupación global, con la depresión liderando la carga de enfermedad y discapacidad. A medida que el Día Mundial de la Salud Mental se acerca (13 de enero), es imperativo no solo destacar la magnitud de este desafío, sino también entender la necesidad crítica de brindar apoyo y comprensión a quienes atraviesan este desafío.
La depresión no distingue entre edades ni circunstancias, afectando a una vasta proporción de la población mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor del 3.8% de las personas en el mundo padecen depresión, abarcando al 5% de los adultos y al 5.7% de los mayores de 60 años, lo que se traduce en 280 millones de individuos. Además, más del 10% de las mujeres embarazadas y recién paridas enfrentan esta lucha silenciosa.
El estigma y la falta de entendimiento pueden convertir el proceso de ayuda en una tarea abrumadora. La psicóloga clínica Laura Villegas resalta la importancia de comprender que la depresión no es simplemente tristeza, sino un trastorno complejo que demanda atención y cuidado especializado.
“A menudo, quienes rodean a alguien con depresión pueden sentirse impotentes al no encontrar la manera de aliviar el sufrimiento de su ser querido”, señala Villegas y enfatiza que la comprensión y la validación de los sentimientos del paciente son fundamentales, superando la tentación de utilizar frases hechas para dar ánimo, ya que cada pequeño logro, incluso levantarse de la cama, es un paso significativo.
La importancia de buscar ayuda profesional y comprender la no linealidad del proceso de recuperación también se destaca en el abordaje de la depresión. Villegas destaca que, aunque el tratamiento adecuado puede conducir a la recuperación total en dos de cada tres personas, el camino es gradual y puede experimentar retrocesos.
Asimismo, resalta la necesidad de establecer pequeños logros y no imponer presiones innecesarias en la recuperación. “Actividades aparentemente simples, como tomar un poco de sol o dar un paseo, pueden ser hitos significativos en la ruta hacia la mejoría”.
Las personas deprimidas, señala la experta, suelen sentir cierta impotencia ante la situación y pensar que son más débiles o menos competentes por sufrir este trastorno. En muchas ocasiones, la situación también afecta a familiares y amigos del paciente que no saben cómo afrontar la situación y ayudar a una persona con depresión.
“Es importante intentar no mirar para otro lado. Lo mejor es intentar escucharlos, ver realmente qué es lo que pasa e intentar hablar con la persona para decirle que estamos ahí, que podemos ayudarle y en ese caso pues intentar pedir ayuda”, asegura.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN?
La depresión no se manifiesta de la misma manera en todas las personas, por lo que sus síntomas varían en tipo y gravedad. Aunque la tristeza persistente y la pérdida de interés en actividades previamente placenteras son señales prominentes de este trastorno, hay otros indicadores importantes que la Confederación Salud Mental España señala como cruciales y que no deben subestimarse. estos incluyen irritabilidad, ansiedad, ganas de llorar sin un motivo aparente, pérdida de energía o cansancio, problemas de sueño, cambios en el apetito, dificultad para concentrarse o problemas de memoria, sentimientos de inutilidad o culpa, pensamientos negativos, excesivas críticas hacia uno mismo, deseos de muerte o ideas de suicidio, sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
Sin embargo, también se pueden producir otros síntomas fisiológicos como dolor en diferentes partes del cuerpo, palpitaciones o presión en el pecho e incluso molestias abdominales o problemas digestivos.
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON DEPRESIÓN
Tener a un ser querido atravesando depresión puede ser increíblemente desafiante. Villegas explica que es común sentirse abrumado o desorientado ante esta situación. Sin embargo, educarse sobre esta condición mental y reconocer los síntomas que presenta pueden marcar la diferencia. Ayudar a la persona afectada a encontrar formas de reducir el estrés y pasar tiempo juntos haciendo actividades que disfruten puede ser crucial para su recuperación.
Es probable que quienes sufren de depresión no reconozcan su situación o se muestren renuentes a admitirla. En ocasiones, desconocen los síntomas y creen que lo que sienten es normal.
Es esencial tomar en serio cualquier indicio de pensamientos suicidas y estar dispuesto a hablar abiertamente sobre este tema. Reconocer sus logros, especialmente al principio, aunque sean pequeños, y apoyarlos en mantener sus compromisos es crucial.
A menudo, las personas con depresión pueden sentir vergüenza y pensar erróneamente que deben superar esto por sí mismos. Sin embargo, la depresión rara vez mejora sin tratamiento y, en algunos casos, puede empeorar. Con el tratamiento adecuado, es posible lograr mejoras significativas.
La psicóloga destaca que es importante cuestionarse qué significa ayudar: ¿es hacer que la otra persona se sienta bien, dejar de ver sufrir o simplemente comprender y acompañar en su experiencia? Es fundamental diferenciar entre nuestras necesidades y lo que realmente necesita nuestro ser querido. Preguntar directamente, “¿qué necesitas?” o “¿cómo puedo ayudarte?” puede ser de gran utilidad.
“No siempre es necesario tener la respuesta perfecta o intentar animar forzadamente al otro; a veces, un abrazo, una mano extendida o simplemente estar en silencio a su lado es suficiente. Facilitar un espacio para que se exprese y desahogue es vital. Evitar juicios o consejos simplistas también lo es. No minimices su sufrimiento y, en caso de tratamiento, ayuda a recordar citas y medicación”, aconseja Villegas.
RECOMENDACIONES PARA HABLAR DEL TEMA
Abordar la depresión en familiares o amigos puede resultar un desafío considerable. Villegas recomienda que el primer paso es iniciar una conversación franca y empática con la persona afectada. Animar el diálogo sobre lo que se ha notado y expresar las preocupaciones de manera genuina puede ser un punto de partida fundamental para el apoyo emocional.
Uno de los aspectos más esenciales a transmitir es que la depresión no es un defecto ni una debilidad personal, sino una enfermedad. Es crucial desterrar los estigmas asociados y subrayar que, con el tratamiento adecuado, se pueden lograr mejoras significativas en la condición.
La búsqueda de ayuda profesional es otra piedra angular en este proceso. Se destaca la importancia de orientar hacia un proveedor de atención médica como primer paso, brindando la posibilidad de considerar también la consulta con profesionales de la salud mental, como psicólogos o consejeros licenciados.
Además, señala la utilidad de ofrecer apoyo práctico. Esto puede incluir ayudar a la persona a preparar una lista de preguntas pertinentes que podrían ser planteadas durante la primera consulta con el proveedor de atención médica o de salud mental, una manera tangible de respaldar su proceso de búsqueda de ayuda.
Si deseas brindar apoyo, considera estas acciones:
- Habla con la persona sobre lo que notas de ella y por qué te preocupa.
- Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto o una debilidad personal, y que suele mejorar con tratamiento.
- Aconséjale que busque ayuda profesional.
- Ofrece tu ayuda para preparar una lista de preguntas para hacer durante la primera cita con el profesional de salud.
- Expresa tu predisposición para ayudarle al programar citas, acompañarlo a ellas y si es el caso, asistir a sesiones de terapia familiar.
- Alienta a la persona a seguir el tratamiento.
- Hazle saber que te interesa cómo se siente.
- Ayuda a reducir el estrés en su vida.
- Alienta a la persona a tomar medidas de cuidado personal. Esto incluye comer sano, dormir las horas apropiadas y hacer actividad física.
Día Mundial De La Salud Mental: cada vez más necesario
Se viene detectando desde hace tiempo que cada vez más adolescentes y jóvenes presentan problemas de salud mental, algo que resulta especialmente preocupante. El volumen de búsquedas en internet de información relacionada con el estrés, la depresión y, sobre todo, la ansiedad no ha dejado de aumentar en los últimos años. Según la OMS, en el mundo, una de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental y la depresión se perfila como la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes.
Síntomas de depresión:
- Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos poco importantes.
- Pérdida de interés o placer por la mayoría o todas las actividades habituales como las relaciones sexuales, los pasatiempos y los deportes.
- Dormir demasiado o muy poco.
- Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren mucho esfuerzo.
- Falta de apetito y pérdida de peso, o aumento del apetito y de peso.
- Problemas físicos sin causa aparente, como dolor de espalda o de cabeza.
- Ansiedad, inquietud o nerviosismo.
- Lentitud al razonar, hablar o mover el cuerpo.
- Sentimientos de inutilidad o culpa, insistencia en fracasos anteriores o sentimiento de culpabilidad por situaciones de las que no eres responsable.
- Problemas para pensar, concentrarte, tomar decisiones y recordar cosas.
- Hablar frecuentemente sobre no querer vivir, pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidio.