La mitad del planeta pasa o pasará por la menopausia, su presencia es cada vez más temprana, por lo que la mayoría de las mujeres estarán más de la mitad de su vida en este periodo, a esto se suma que su presencia precoz afecta a 1 de cada 100 mujeres menores de 40 años, incluso hay casos de mujeres de 20 años que ya la tienen. Sin embargo, los avances para tratarla, socializarla y mitigar los síntomas son mínimos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2025, la menopausia alcanzará a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo, de los cuales unos 37 millones vivirán en América Latina y el Caribe.
Dolor muscular, cansancio crónico, dolor de cabeza, depresión, ansiedad, insomnio, sequedad vaginal, sequedad ocular, caída de pelo, arritmia cardiaca, dificultades para concentrarse, sequedad oral, pico en la piel, incontinencia urinaria, mareos, alergias, dolor muscular, irritabilidad, cambios de humor, constantes infecciones urinarias, pérdida de memoria, pérdida de del libido, sofocos y trastornos de pánico, son sólo algunos de los síntomas de la menopausia. A pesar de las enormes molestias, deterioro de salud y mala calidad de vida que las mujeres tienen en esta etapa de su vida no hay mejoras en la atención sanitaria pública de los países de América ni avances en medicina.
Pero una menopausia puede derivar en otros problemas de salud más complejos como las enfermedades cardíacas, que son la causa principal de muerte en mujeres, esto se debe a que cuando los niveles de estrógeno disminuyen, aumenta el riesgo de sufrir infartos.
Cada vez hay más consenso entre los especialistas en que la menopausia también puede ser un factor de riesgo importante para desarrollar demencia en etapas posteriores de la vida.
Según Lisa Mosconi, neurocientífica y directora de la Iniciativa sobre el Cerebro Femenino del Centro Médico Weill Cornell, las mujeres que atraviesan la menopausia a largo plazo, alrededor del 20 por ciento desarrollará demencia en las décadas siguientes.
En mayo de 2023 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó en México el Foro La menopausia: un desafío de política pública; donde expertos discutieron sobre los impactos que esta etapa de la vida de la mujer puede tener en su vida laboral y social.
Para Gabriela Rojas Jiménez, emprendedora social, la menopausia todavía es un tema tabú y una barrera a la participación plena de las mujeres en la fuerza laboral y una limitante al ejercicio pleno del derecho a la salud de las mujeres, por lo que es un desafío de política pública que todos los gobiernos deben resolver.
“La menopausia no se conoce y no se atiende. Se invisibiliza. El silencio, el estigma, la vergüenza y la discriminación de las mujeres en la menopausia impiden que tengamos acceso a conocimiento sobre esta transición hormonal natural y a una atención integral a la salud”, lamenta.
Su estudio sobre la Vivencia, Percepción e Impacto de la Menopausia en Sociedad Mexicana 2022, revela que nueve de cada 10 mujeres reportaron tener síntomas. Una de cada dos mujeres en menopausia con actividad remunerada reportó que la menopausia tenía un efecto negativo en su vida laboral y sólo dos de cada 10 se sintieron cómodas hablando sobre el tema con sus jefes. “Las mujeres somos el 51 por ciento de la población y todas vamos a pasar por la menopausia”, explica.
Rojas señala que las mujeres que enfrentan la menopausia se topan con un muro de “ignorancia y desestimación”, con un sistema de salud “roto”, donde los médicos no cuentan con información ni formación suficiente, donde aún las doctoras carecen de empatía, y donde cada especialista va a su asunto, y trata a su paciente sin una perspectiva integral.
Ese fue el caso de Marlene M., que a sus 40 años dejó de menstruar repentinamente, después de descartar un embarazo y realizar examen de hormonas el ginecólogo le diagnosticó perimenopausia. Pero, las hormonas empiezan a decaer en las mujeres desde los 35 años, sin embargo, el trabajo de los ginecólogos sólo se limita a realizarte un Papanicolaou cada año y no alertan sobre menopausia, sus síntomas, tampoco realizan estudios para determinar si hay déficit hormonal en sus pacientes. En esta etapa de la mujer es muy importante empezar la terapia de reemplazo hormonal, además se recomienda consumir nutracéuticos, tener una alimentación y estilo de vida saludable, para disminuir los síntomas.
En esta etapa no sólo se deja de ovular, también se deja de generar las hormonas (estrógeno, progesterona y testosterona), que regulan miles de funciones en el cuerpo de la mujer. Dejar de producir estas hormonas representa tener un envejecimiento acelerado.
El médico Julián Castillo, especialista en rejuvenecimiento hormonal, señala que cada vez mujeres más jóvenes ingresan a la menopausia, por lo que buscar mitigar los síntomas y lograr una mejor calidad de vida es muy importante. “Mi paciente más joven con reemplazo hormonal, propio de la menopausia, tiene 33 años. Antes la vieja escuela de medicina enseñaba que cuando la mujer entra en menopausia no había que darles nada, que era un ocaso de vida, pero no debe ser así, no se debe vivir con dolor, constante irritación, depresión o ansiedad”, dice.
Las hormonas intervienen en todos los sistemas y funciones del cuerpo humano, el déficit de estas puede causar problemas mentales como: depresión, ansiedad, incluso tendencias suicidas, explica el médico.
En el área cardiovascular comienza a haber más propensión a infartos. “Los bochornos en esta etapa son muy molestos y se debe a que el sistema cardiovascular hace un espasmo total; que afecta al corazón venas, arterias, entonces el sistema simpático empieza a generar su sudor para elevar la temperatura del cuerpo”, indica Castillo.
En Bolivia en remplazo hormonal para esta etapa de la mujer se hace regularmente sólo con estrógenos conjugados, que son hormonas sintéticas, que se encuentra en los anticonceptivos.
En otros países se receta hormonas bioidénticas, que son similares a las que genera el cuerpo y que se formulan de acuerdo a las necesidades del paciente, muchas mujeres que la han usado reportan mejoras considerables, sin embargo, esto es poco conocido en Bolivia.
En 2023 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la primera combinación de terapia con hormonas bioidénticas (se las denomina de este modo, ya que son similares al producido por la mujer) de estradiol y progesterona 1 para los síntomas vasomotores moderados a severos asociados con la menopausia.
OMS
La OMS considera que muchos gobiernos carecen de políticas sanitarias y de financiación para incluir el diagnóstico, asesoramiento y tratamiento relacionados con la menopausia en los servicios que ofrecen de manera sistemática.
Es posible que los dispensadores de servicios de salud no estén formados para reconocer los síntomas de la perimenopausia y la posmenopausia, o bien para asesorar a las pacientes sobre las opciones de tratamiento y acerca de cómo preservar su salud después de la transición menopáusica, señala la OMS en su página web institucional.
Además, señala que en muchos países se pasa por alto el bienestar sexual de las mujeres menopáusicas.
Demencia
El cerebro femenino es rico en receptores de estrógeno, en especial en regiones que controlan la memoria, el estado de ánimo, el sueño y la temperatura corporal, todo lo cual “funciona de maravilla cuando el estrógeno es alto y constante”, dijo Mosconi. El estrógeno también es vital para la capacidad del cerebro de defenderse del envejecimiento y los daños.
El descenso característico del estrógeno durante la menopausia no sólo altera el funcionamiento de algunas regiones cerebrales, sino que también modifica la estructura del cerebro; las imágenes muestran un volumen reducido en los cerebros menopáusicos en comparación con los cerebros masculinos de la misma edad y con los de las mujeres premenopáusicas.
Estos cambios neurológicos pueden ser responsables de algunos síntomas de la menopausia, incluidos los bochornos, los cambios de humor y un declive menor, casi siempre temporal, en la memoria y la cognición.
También se parecen a los cambios cerebrales que preceden a la demencia, según Mosconi. “Algunas de las regiones cerebrales afectadas por la menopausia coinciden con algunas de las afectadas por la enfermedad de Alzhéimer”, afirmó, pero todavía no entendemos del todo la relación entre ambas.