Aleluya! El BCB presenta los datos de las reservas internacionales. ¡No tan rápido, cara pálida! Los datos son a abril de este año. Entonces, esta información es de hace dos meses. El banco presentaba estos datos todas las semanas del Señor.
Mucha agua corrió bajo el puente en mayo y junio, por ejemplo, se aprobó la Ley del Oro. Esta información no nos dice si ya se vendieron las reservas de oro. Sí nos dicen que entre enero y abril nos gastamos 488,9 millones de dólares de derechos especiales de giro (DEG) del FMI.
El total de las reservas internacionales bajó de la segunda semana de febrero de 3.538 millones de dólares a 3.158 millones a fines de abril. O sea, 380 millones de verdes menos. Y el BCB nos habla de estabilidad.
En la línea discursiva del pasado, se insiste en que la escasez de dólares fue resultado de un proceso especulativo, alimentado por analistas y voceros políticos. El cojo echa la culpa al empedrado. Ni una sola palabra sobre los errores de política económica y los problemas estructurales, que cambiaron las expectativas de los agentes económicos sobre la situación de los dólares en los últimos meses. A saber:
Corto plazo:
a) Obligar a empresas estatales a traer sus dólares a Bolivia.
b) Bono Remesas para los bolivianos que viven afuera.
c) Venta de dólares por parte del BCB a la gente.
d) Tipo de cambio preferencial para exportadores.
Largo plazo:
e) Caída estrepitosa de la renta gasífera.
f) Nueve años de déficit público financiado por pérdida de reservas internacionales.
g) En 2014 las reservas internacionales llegaban a 15 mil millones de dólares. La gestión de Evo y Arce Catacora gastaron más de 12 mil millones y la culpa la tienen los analistas.
Una vez más el BCB confirma que las estadísticas son como el bikini: muestran todo, pero esconden lo principal.