Un estudio reciente, publicado en Plos Biology, sugiere que una sola noche de mal descanso puede tener efectos en el cerebro hasta por dos semanas. En esta investigación longitudinal, realizada a lo largo de 133 días, se midieron las variaciones en la conectividad cerebral usando tecnología avanzada como smartphones y escáneres. Los hallazgos muestran que los efectos no desaparecen con un par de noches de sueño adecuado, sino que persisten en forma de “olas”: la primera impacta la concentración y la segunda afecta la memoria y la atención sostenida. Estos resultados destacan la compleja relación entre el sueño y el bienestar mental.
Por qué importa: comprender los efectos prolongados de una mala noche de sueño desafía la idea de que el descanso inmediato es suficiente para recuperarse, señalando la importancia de un descanso constante para la salud cerebral.
Efectos prolongados
Es normal experimentar los efectos inmediatos de una mala noche de sueño: fatiga, mal humor, cambios en el apetito, y una sensación general de estar “desconectado”. Se suele pensar que, tras uno o dos días de buen descanso, la persona volverá a sentirse bien. Sin embargo, recientes investigaciones están revelando que los efectos de una noche de mal sueño pueden durar mucho más.
Un estudio longitudinal reciente, publicado en Plos Biology, arroja luz sobre las consecuencias de una noche de mal sueño y su impacto duradero en el cerebro humano. Este estudio se llevó a cabo durante 133 días (algo más de cuatro meses) y utilizó smartphones, dispositivos portátiles y escáneres cerebrales para rastrear el impacto del sueño en la conectividad cerebral de un solo sujeto. Los investigadores se centraron en aspectos como la atención, la memoria, el estado de reposo cerebral y la respuesta a estímulos naturales.
El hallazgo principal es que tanto la falta de sueño como las interrupciones en la calidad del mismo (incluso si su duración total permanece sin cambios) pueden tener efectos duraderos en el enfoque, la memoria y la atención. A diferencia de lo que muchos creen, los efectos no desaparecen con una o dos noches de buen descanso. Según el estudio, pueden extenderse hasta por 15 días después de una mala noche de sueño.