Las aguas subterráneas que se acumulan debajo de varios edificios en la zona norte de la ciudad son arrojadas a las calles, y el municipio aún no tiene una normativa para aprovecharlas. Sin embargo, la Alcaldía de Cochabamba utiliza parte de este recurso, a través de ductos, para llenar las lagunas Alalay y Coña Coña.
El gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (Semapa), Luis Prudencio, explicó que se usaron las aguas de los edificios, que desembocan a la altura de la avenida Villarroel y la ciclovía, para las dos lagunas. Sin embargo, admitió que falta presupuesto para una renovación del sistema y el reencauce del líquido.
Indicó que, cuando se ejecute el proyecto, las aguas servirán no sólo para llenar lagunas, sino también para regar parques, jardineras y otras zonas. Pero antes, también se debe coordinar con los edificios para realizar estos trabajos, mencionó.
De acuerdo con una inspección que realizó Los Tiempos, en el parque Fidel Anze, se evidenció la existencia de edificios que envían sus aguas subterráneas hacia las redes de desagües pluviales más cercanas.
Según los transeúntes y ciclistas, la humedad en estas zonas es constante. “Hay lugares en la zona sur que están en crisis de agua, debería existir un plan para llevar y no tirar de esta manera. Además, todo el rato hay bacheos por la humedad”, cuestionó Jazmín Coria, una ciudadana.
Otro transeúnte lamentó que la Alcaldía de Cochabamba no cuente con una ley. “Este sector es rico en agua, pero ahora estamos en sequía, no podemos ignorar esta situación”, criticó Omar Espinoza.
¿Existe algún plan?
Los vecinos de la OTB Cala Cala exigieron a la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (Emavra), hace casi dos años, una solución a este problema. El dirigente Julio Jiménez contó que no se avanzó más y consideran que se desperdicia agua todos los días.
La Alcaldía indicó que capta agua de varios edificios, a través de la red de desagües, para llevarla a las torrenteras Pajcha, Pintu Mayu y Taquiña, que llegan a Coña Coña. El jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos, Dennis Rosales, aseguró que la laguna se revitalizó por esta redirección.
Sin embargo, indicó que hay otros edificios que, mediante la red, llevan sus aguas al río Rocha. “No hay manera de desviar a otros lados porque ahí se trabaja mediante la gravedad y no a presión como el agua potable, pero estamos captando la mayor cantidad posible de las aguas de los edificios”, dijo.
A lo largo del parque hay edificios cuyas infraestructuras, al inicio de obra, requieren de perforaciones y excavaciones para establecer las fundaciones; es ahí donde se encuentran las bolsas de agua que deben ser retiradas.
El representante de la Asociación de Ingenieros Eméritos (Asieme) de Cochabamba, Gonzalo Maldonado, consideró que se debe realizar un plan con un mapa de referencia de manera técnica, tomando en cuenta un estudio de suelos para conocer los niveles freáticos que suelen variar dependiendo de la época del año. Señaló que este documento, que complementará una ley municipal, servirá para las nuevas edificaciones, especialmente de los sectores con aguas subterráneas.