El Gobierno nacional plantea un “esquema financiero diferente” para impulsar el proyecto de industrialización del litio, donde las empresas extranjeras ponen el capital y la tecnología, y el Estado boliviano se encarga de administrar la producción y comercialización de los productos elaborados en las plantas industriales.
Esta propuesta toma fuerza después de que en días pasados la propia administración gubernamental revelara fallas en el proyecto de industrialización de litio debido a falencias en las piscinas de evaporación construidas en la gestión de Evo Morales; quien, en contrapartida, acusó al Gobierno de Luis Arce de haber descuidado el mantenimiento y continuidad del sistema evaporítico, y que ahora pretende tapar el fracaso del nuevo método de extracción directa de litio (EDL) con falsos argumentos y procesos penales en contra de exfuncionarios, entre ellos el exministro Luis Alberto Echazú.
El ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina, aclara que no están descartadas las piscinas de evaporización para la obtención de la materia prima, más bien se está avanzando con este método y la tecnología EDL, de forma paralela; sin embargo, para esta segunda opción se está aplicando un “esquema financiero diferente”, en el cual las empresas foráneas ponen el capital y la tecnología, y el Estado se encarga de administra el proceso productivo y la comercialización.
“No es que hayamos descartado (el método de evaporación). Con el esquema anterior, estamos produciendo carbonato de litio y cloruro de potasio en capacidades que triplican lo que se producía hace años. Con este nuevo esquema (EDL), estamos haciendo que las empresas, bajo el modelo soberano de litio, inviertan bajo su propio riesgo y apliquen su tecnología; pero la producción y la comercialización está a manos del Estado”, enfatiza.
Molina remarca que las piscinas de evaporización y el sistema EDL “son esquemas tecnológicos y financieros diferentes”.
El experto en minería y expresidente de Comibol Héctor Córdova señala que ese “modelo” resulta “interesante”, siempre y cuando quede claro a quién pertenecen los recursos extraídos. Un esquema similar se aplica en el sector de hidrocarburos, donde las empresas extranjeras entregan su producción a YPFB para su comercialización, pero esto no se ha implementado hasta el momento en el sector minero.
Observa que dicho modelo no puede ser aplicable en la actualidad debido a que la Ley 928 establece que Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) debe controlar el 100 por ciento de la producción y comercialización, y sólo se permitiría una asociación con privados en procesos de industrialización.
El modelo que plantea el Gobierno implicaría una nueva ley de recursos evaporíticos que amplíe las posibilidades de maniobra del Estado para de una vez por todas ingresar en la producción de litio a escala industrial.
Hasta el momento, YLB suscribió “convenios” y no “contratos” con empresas de China y Rusia para estudiar la posibilidad de aplicar el sistema de EDL en el país. El contenido de los convenios no se conoce, pero el Gobierno indicó que una vez que se tengan mayores avances en los estudios para aplicar esta tecnología y un marco normativo nuevo, se firmarán contratos que sí pasarán por la fiscalización del Legislativo.
Mientras tanto, se desconocen los detalles de este “esquema financiero diferente” que plantea el Ejecutivo; aunque en anteriores declaraciones, a fines de 2022, el entonces presidente de YLB, Carlos Ramos, señaló que se planeaba intercambiar tecnología EDL por litio. Así las empresas pondrían el capital y la tecnología, y se asegurarían una fuente segura de provisión de litio para las plantas.
No obstante, aún faltaría mucho para que los anuncios de llegar a 2025 con una producción de 100 mil toneladas de carbonato de litio y una inversión extranjera de 2.800 millones de dólares en la construcción de hasta cuatro plantas industriales de EDL.
Por ahora, el Gobierno comenzó a hablar sólo de plantas de piloto y estudios preliminares como paso inicial para pasar después, si todo va bien, a las plantas industriales.
Aunque Molina indicó que no se abandonó la metodología de la evaporación, en una carta póstuma atribuida al difundo expresidente de YLB Juan Carlos Montenegro se menciona que desde 2021 no se construyeron 64 piscinas que representaban el 40 por ciento de la materia prima que ahora escasea para las plantas de carbonato de litio y cloruro de potasio.
El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) Carlos Arze considera que estas 64 piscinas deberían concluirse y aprovechar la infraestructura disponible considerando que fue con esta con la que se realizó la producción hasta el momento, aunque no haya alcanzado volúmenes importantes.
“No se puede echar a la basura la enorme cantidad de recursos y sobre eso abrirse a la EDL para ver si funciona”, declaró Arze.
Rendimientos
Molina asegura que la administración de Luis Arce alcanzó niveles de producción más altos que en la gestión de Evo Morales, logrando que los ingresos superen a las inversiones realizadas, algo que no se había conseguido entre 2008 y 2020 (ver infografía).
El Ministro afirma que al ritmo en que se producían los recursos evaporíticos no se recuperaría la inversión ni en 50 años. “Yo quiero saber si un inversionista cualquiera espera más de 12 años para comenzar a recibir los ingresos. Creo que eso demuestra cómo se hicieron las cosas”, enfatiza.
¿Qué queda?
Para Arze, la investigación penal por un daño económico de 425 millones de bolivianos en las fallas de las piscinas evaporíticas es “la culminación de un proceso que llevó el Movimiento Al Socialismo (MAS) sin nada de transparencia”, y el impacto es “perder un tren histórico para ser parte de la transición energética” que aprovechan países como Chile, Argentina y Australia, con menos recursos de litio de los que tiene Bolivia.
Además, se pierde una fuente de ingresos fiscales, que en algunos creyeron reemplazaría al gas y no existe certeza de que la industria del litio despegue en los próximos años. “El Gobierno sigue con la misma falta de transparencia que se tuvo en la gestión de Evo Morales”, asevera.
Córdova considera que, pese a que la tecnología de las piscinas evaporíticas es muy lenta (lleva hasta dos años conseguir la materia prima), se podrían construir más piscinas para que, aunque sea en un largo tiempo, ya arranque la producción.
“Las condiciones climáticas en Uyuni nos hacen ineficientes, pero hay que ver si somos eficaces, quizás aumentando la cantidad de piscinas. Es bueno buscar alternativas como el EDL, pero debemos continuar con lo que se tiene para tener materia prima, lo otro es totalmente hipotético”, sostiene.
Bolivia intenta con dos métodos
El método de las piscinas de evaporación, aplicado para la mayoría de las empresas en la producción de litio a nivel mundial, es bastante lento en Bolivia debido a las condiciones climáticas en el salar de Uyuni, departamento de Potosí: mucha lluvia y menor radiación solar. Según expertos, lleva hasta dos años el proceso de obtener la materia prima.
La tecnología EDL es mucho más rápida, pues el proceso se reduce a horas; sin embargo, es un sistema aún nuevo.