“La Cantata de Santa María de Iquique” es la obra teatral que pondrá en escena, el viernes (19:00), el elenco cochabambino El Punto. La Casa de la Juventud será escenario del espectáculo internacional, adonde los asistentes podrán asistir sin pagar entrada.
El experimentado director y actor boliviano Javier Terán dirige la obra grupal de canto, teatro, expresión corporal y danza.
La obra refleja una de las masacres más crueles y masivas de Latinoamérica, en la que murieron 3.600 obreros del salitre junto a sus esposas e hijos, el 21 de diciembre de 1907.
La “Cantata Santa María de Iquique” fue compuesta por Luis Advis, a fines de 1969. El texto se basa en el libro Reseña histórica de Tarapacá, del cual extrajo la mayoría de los datos históricos. Musicalmente, la obra sigue la estructura de las antiguas cantatas populares, pero sustituye el motivo religioso tradicional por un tema social. Es música de tradición europea que incluye elementos de raíz americana.
“Nuestra intención es reflejar la historia que nadie quiere recordar”, señaló Terán, quien advirtió que la obra se lleva a efecto en el marco del Bicentenario de Bolivia, puesto que muchos bolivianos trabajaron en las minas de salitre de Iquique y fueron explotados al máximo, a “tal punto de canjear fichas por comida”.
“Ellos han dado en Latinoamérica el impulso para nuestras conquistas”, comentó el experimentado director de teatro y señaló que llega al país en dos ocasiones cada gestión procedente de Washington.
Terán explicó que “La Cantata de Santa María de Iquique” fue interpretada por cuatro generaciones de actores nacionales, quienes, a su tiempo, exhibieron sus dotes en los escenarios.
“Es una obra hecha por el grupo chileno Quilapayún, a partir de esa cantata nosotros la teatralizamos. Es una obra que refleja la masacre más cruel de Latinoamérica”, puntualizó Terán. Además, anunció que la segunda presentación será el jueves 14 de este mes en el coliseo del Instituto Americano.
Los perjuicios ocasionados en estas más de tres semanas de bloqueos de carreteras y actos de violencia ejecutados por organizaciones afines al ala evista del Movimiento al Socialismo (MAS) no solo agravan la situación económica que atravesamos.
La celebración de Halloween en Bolivia ha suscitado un debate impostergable sobre la influencia de las corrientes culturales extranjeras y la preservación de nuestras idiosincráticas tradiciones autóctonas. El antagonismo entre esa festividad y la de Todos los Santos, una celebración ancestral impregnada de una espiritualidad profunda, revela un dilema existencial sobre la identidad cultural boliviana.
La celebración de Halloween en Bolivia ha suscitado un debate impostergable sobre la influencia de las corrientes culturales extranjeras y la preservación de nuestras idiosincráticas tradiciones autóctonas. El antagonismo entre esa festividad y la de Todos los Santos, una celebración ancestral impregnada de una espiritualidad profunda, revela un dilema existencial sobre la identidad cultural boliviana.
CARLOS DERPIC SALAZAR
Hace ya varios años, se publicó el libro Evadas, cien frases de Evo Morales Aima para la historia, recopilación a cargo del periodista y poeta Alfredo Rodríguez, por entonces presidente de la Asociación Cruceña de Escritores. El autor aclaró que no incluyó análisis semiológicos ni lingüísticos, ni juicios de valor, sino frases “que no salen de la boca de cualquier ciudadano, sino de un líder que ha sido nombrado diez veces doctor honoris causa por universidades de todo el globo”.
Hace ya varios años, se publicó el libro Evadas, cien frases de Evo Morales Aima para la historia, recopilación a cargo del periodista y poeta Alfredo Rodríguez, por entonces presidente de la Asociación Cruceña de Escritores. El autor aclaró que no incluyó análisis semiológicos ni lingüísticos, ni juicios de valor, sino frases “que no salen de la boca de cualquier ciudadano, sino de un líder que ha sido nombrado diez veces doctor honoris causa por universidades de todo el globo”.
La tragedia se cuenta sola: en un país fisurado, con un incesante y doloroso torrente de abusos sexuales, un expresidente acumula múltiples denuncias por trata y estupro. No hay denuncia más grave para la sociedad.
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EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Evo Morales viene perdiendo batalla tras batalla desde febrero de 2016, cuando amplios sectores del país, sobre todo jóvenes de clase media, se articularon de una manera flexible y descentralizada a través de las plataformas ciudadanas, haciendo sinergia en redes y calles para decir NO a la reelección indefinida. De allí vendría su segunda derrota, en 2019, con una repulsa colectiva al fraude electoral.
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