El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, se abstuvo hoy de anunciar cambios en su frente de batalla con Israel, e incluso abrió la puerta a futuras negociaciones fronterizas tras la guerra de Gaza, si bien prometió responder con firmeza al ataque del martes en Beirut.
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Los temores a una nueva escalada con el Estado judío se incrementaron esta semana, después de que un bombardeo atribuido a Israel acabara con la vida del 'número dos' del movimiento islamista palestino Hamás, Saleh al Arouri, y otras seis personas en un bastión de Hizbulá a las afueras de Beirut.
Durante su segundo discurso en tan solo dos días, Nasrala insistió en que el asesinato de su "hermano y amigo" de Hamás "no pasará sin respuesta", y advirtió de que "definitivamente se acercan" represalias por el primer ataque israelí en los suburbios capitalinos en casi 17 años.
"No guardaremos silencio ante una violación de este nivel, porque eso significaría que todo el Líbano quedaría expuesto. Todas las ciudades, los pueblos, las figuras estarían expuestos", indicó el clérigo chií.
A punto de cumplirse tres meses de fuego cruzado entre Hizbulá e Israel, el bombardeo contra Al Arouri ha llevado a nuevos países a pedir a sus ciudadanos que abandonen el Líbano y ha generado una nueva ola de contactos diplomáticos para tratar de contener una potencial escalada.
Sin embargo, por el momento el frente libanés se mantiene a grandes rasgos dentro de una envergadura que ya hace tiempo que se convirtió en la nueva normalidad.
Durante la intervención de Nasrala de hoy, Hizbulá disparó fuego de artillería contra un puesto militar del norte de Israel y misiles de alto calibre del tipo Burkan contra un grupo de soldados cerca de otra posición, mientras que un dron israelí hacía su habitual ronda de reconocimiento sobre Beirut.
Desde el comienzo de las hostilidades, el pasado 8 de octubre, Hizbulá ha efectuado más de 670 operaciones contra el Estado judío, teniendo repetidamente como objetivo 48 puestos militares diferentes y al menos 17 asentamientos distintos, según dijo hoy el líder del grupo armado.
Futuras negociaciones
Nasrala volvió a analizar la coyuntura en los mismos términos que lo había hecho hasta ahora, enfatizando cómo la intervención de su formación ayuda a quitar presión a la Franja de Gaza y promueve el desvío de recursos militares israelíes a la frontera con el Líbano.
Pese a sus promesas de vengar al número dos de Hamás, tampoco ha cambiado su retórica con respecto a una potencial guerra abierta con el Estado judío, y sigue hablando en condicional.
Según el clérigo, uno de los objetivos más importantes de la batalla es "fijar la balanza de disuasión" y cambiar los equilibrios de poder, lo que podría dejar al Líbano en una posición fuerte para eventualmente negociar sus disputadas fronteras terrestres con Israel.
"Estamos ante una oportunidad histórica para la liberación total de cada pulgada de nuestra tierra libanesa, y ante una verdadera oportunidad para fijar una nueva ecuación que impida al enemigo israelí violar nuestros cielos, aguas y la soberanía de nuestro país", sentenció.
Las dos naciones enemigas, separadas por una suerte de divisoria de facto temporal establecida por la ONU en 2000, a la salida de las tropas israelíes del sur del Líbano, estaban tanteando un supuesto diálogo fronterizo antes de que estallara la guerra de Gaza.
El líder de Hizbulá, que en su momento había prometido cooperar con el Estado libanés a ese respecto, abrió hoy la puerta a que esas conversaciones sean retomadas en el futuro, si bien lo condicionó al previo final de la guerra de Gaza.
"Ninguna conversación sobre este tema, ningún diálogo o negociación existirá ni tendrá ningún resultado sin la detención de la agresión contra Gaza", concluyó.
Se espera que el mediador estadounidense Amos Hochstein visite pronto el Líbano, tras haber viajado a Israel en los últimos días, con la misión de rebajar la tensión creada por el bombardeo del martes en Beirut, y mientras la región es golpeada por nuevos incidentes derivados de la situación en la Franja de Gaza.
Entretanto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, inicia hoy un viaje de tres días al Líbano, donde permanecerá hasta el domingo, para discutir con las autoridades locales "todos los aspectos de la situación en Gaza y sus alrededores".