El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, aseguró ayer, al inaugurar la “Primera conferencia ministerial para poner fin a la violencia contra la niñez”, que el mundo debe unirse para enfrentar ese problema del cual han sido víctima más de mil millones de niños, niñas y adolescentes.
“Es momento de unir nuestras voces y recursos para proteger a nuestra niñez, nuestras infancias, asegurarles un mundo de paz y justicia social (...) Juntos podemos hacerlo realidad, les invito a que hagamos de esta conferencia, la primera en el mundo, un escenario de compromiso y acción donde garanticemos un entorno de dignidad humana para cada niño y niña”, expresó Murillo.
El Canciller instaló así esta conferencia ministerial en la que participa un centenar de ministros y representantes de todo el mundo para hablar de temas como el acoso escolar, la violencia digital, el castigo corporal, el reclutamiento o los abusos.
En ese sentido, Murillo afirmó que la situación de violencia es “devastadora porque impide a estos niños y niñas vivir en condiciones de normalidad”.
“Trabajamos incansablemente por la paz, por la vida. Proteger la infancia es proteger nuestro presente y futuro (...) Juntos tenemos que decirle al mundo que lo más sagrado es proteger la dignidad de nuestra niñez”, concluyó Murillo.
En la conferencia, que se lleva a cabo hoy y mañana, participan ministros y representantes de los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ONG internacionales, la sociedad civil, la academia y el sector privado. Es la primera vez que se reúnen tantos países para hablar de este tema.
Los potosinos celebran pasado mañana, domingo 10 de noviembre, la efeméride cívica de su departamento que conmemora en esa fecha la insurrección que hace 214 años protagonizaran sus ancestros contra la corona española para sumarse al movimiento que desde Buenos Aires proclamaba la ruptura de los vínculos que hasta entonces los unían al Virreinato de Lima.
ENRIQUE VELAZCO RECKLING
La primera elección judicial, medida por la calidad del sistema de justicia, fue un rotundo fracaso reconocido en 2017 por el entonces vicepresidente, quien no ahorró adjetivos atribuyendo a ese primer proceso la “pestilencia” de la justicia boliviana. Sabemos ahora que, tan inusual desborde de honestidad, solo buscaba alentar la participación ciudadana en la segunda elección bajo la promesa que se corregirían errores y se nos devolvería una justicia acorde con la Constitución.
La primera elección judicial, medida por la calidad del sistema de justicia, fue un rotundo fracaso reconocido en 2017 por el entonces vicepresidente, quien no ahorró adjetivos atribuyendo a ese primer proceso la “pestilencia” de la justicia boliviana. Sabemos ahora que, tan inusual desborde de honestidad, solo buscaba alentar la participación ciudadana en la segunda elección bajo la promesa que se corregirían errores y se nos devolvería una justicia acorde con la Constitución.
CARLOS HUGO MOLINA
El jueves 27 de abril presentaré la segunda edición de Un cafetal del tamaño de Bolivia, esta vez en Sucre. La publicación tiene como subtítulo y su relación con el turismo y las ciudades intermedias para recordarnos que hemos descuidado la ecuación entre población, territorio y desarrollo, y que el error nos está pasando factura.
El jueves 27 de abril presentaré la segunda edición de Un cafetal del tamaño de Bolivia, esta vez en Sucre. La publicación tiene como subtítulo y su relación con el turismo y las ciudades intermedias para recordarnos que hemos descuidado la ecuación entre población, territorio y desarrollo, y que el error nos está pasando factura.