Las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Brasil avanzan con gran ímpetu, impulsadas por los gobiernos de izquierda de Luis Arce y Lula da Silva. Recientemente, Lula promovió la inclusión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur, y el lunes visitará la ciudad de Santa Cruz con una agenda centrada en temas económicos. Bolivia, que enfrenta dificultades económicas, busca aprovechar el crecimiento de su vecino.
El embajador de Bolivia en Brasil, Horacio Villegas, considera que, si se aprovechan estratégicamente las oportunidades y se fortalecen las relaciones comerciales, el progreso de Brasil puede beneficiar a Bolivia en los sectores de hidrocarburos, fertilizantes, litio, agropecuaria e infraestructura.
—¿Qué opina sobre la aprobación del Senado boliviano para la adhesión al Mercosur? ¿Qué sigue ahora?
—El presidente Luis Arce ha promulgado la ley, lo que nos convierte en miembros plenos del Mercosur, un bloque económico con 330 millones de habitantes y que, en términos de PIB, sería la quinta economía del mundo. Ser miembros plenos nos permitirá tomar decisiones, a diferencia de nuestra condición anterior como asociados, donde no teníamos derecho a voto.
—¿Cuál será el rol de Bolivia frente a países más desarrollados?
—El éxito dependerá de cómo Bolivia pueda aprovechar todas las oportunidades. Necesitamos un equipo de recursos humanos especializado en todo lo relacionado con el Mercosur. No se trata sólo de participar en reuniones, sino de hacer seguimiento y tener iniciativa. Nuestra participación activa y estratégica en el Mercosur puede abrir puertas para el crecimiento y desarrollo de sectores clave en nuestra economía.
—El lunes 8 de julio llega el presidente Lula da Silva a Santa Cruz. ¿La agenda a discutir está más orientada al sector económico?
—La agenda con Brasil es muy amplia: abarca temas energéticos, comerciales, de infraestructura y seguridad. Recibimos la visita de un presidente brasileño después de 15 años; el último fue justamente Lula en 2009. Las posibilidades de consolidar varios sectores en Bolivia se fortalecerán con esta visita. Por ejemplo, en fertilizantes, tenemos plantas de urea y cloruro de potasio, y Brasil consume cantidades enormes de fertilizantes, importando el 95 por ciento de lo que necesita. Ellos ven a Bolivia como una potencia para desarrollar estos productos.
Además, en el ámbito de la energía, Bolivia y Brasil están explorando nuevas formas de colaboración en el sector de hidrocarburos. La infraestructura existente para el transporte de gas entre ambos países podría ser clave para futuros proyectos. También se están evaluando oportunidades en la industria del litio, un recurso natural vital para la producción de baterías y vehículos eléctricos, un sector en rápido crecimiento en Brasil.
—Se mencionaba una segunda planta de urea con inversión brasileña. ¿En qué estado se encuentra este proyecto?
—Aún estamos en negociaciones para la segunda planta de urea, un proyecto de aproximadamente 2 mil millones de dólares. El mercado está ahí: Brasil consume 12 millones de toneladas de urea. Contamos con el gas de Bolivia para este proyecto. Este tema estará en la agenda de la visita. La construcción de esta planta no sólo impulsaría la industria de fertilizantes en Bolivia, sino que también generaría empleo y fortalecería nuestra economía.
—También se hablaba de recibir inversión de Petrobras para explorar yacimientos gasíferos en Bolivia.
—Brasil consume 60 millones de metros cúbicos diarios (m3d) de gas. Por los ductos, podemos enviar hasta 30 millones de m3d, y actualmente estamos entre 15 y 17 millones de m3d. Aunque Argentina, con Vaca Muerta, se volverá autosuficiente, Brasil proyecta aumentar su consumo a 80 o 100 millones de m3d. Estamos hablando de la octava economía del mundo, un país con 220 millones de personas y exportaciones de 300 mil millones de dólares al año (comparado con 13 mil millones de Bolivia). Además, existe la posibilidad de transportar gas de Vaca Muerta a Brasil utilizando la infraestructura boliviana. Brasil, con su capacidad y crecimiento, nos permitirá crecer junto a ellos. Debemos ser estratégicos y aprovechar las oportunidades.
La inversión de Petrobras en Bolivia no sólo fortalecería nuestra industria gasífera, sino que también podría llevar a una mayor integración energética entre ambos países.
—¿Cree que las relaciones diplomáticas se mantendrán más allá del gobierno de Lula?
—Aunque la política influye, no es determinante. En términos de política exterior, debemos construir relaciones comerciales y diplomáticas fuertes, especialmente con Brasil. Potenciar industrias de interés para Brasil, como fertilizantes y gas, crea condiciones para relaciones duraderas. Las relaciones diplomáticas deben estar a la altura de las comerciales, y el diálogo debe ser con todos los gobiernos y a todos los niveles.
Además, es crucial que Bolivia desarrolle una diplomacia económica que trascienda los cambios de gobierno. La continuidad de estas relaciones depende de nuestra capacidad para mantener un diálogo abierto y constructivo con Brasil, identificando y aprovechando oportunidades mutuas en diversos sectores. La estabilidad y el crecimiento económico de Bolivia pueden beneficiarse enormemente de una relación sólida y duradera con Brasil.
—Una delegación de empresarios brasileños también llegará. ¿De qué sectores provienen?
—Llegan de sectores como energético, agropecuario, alimentos, potasio y litio. Brasil, un gran ensamblador de coches, se está consolidando como uno de los mayores productores de vehículos eléctricos e híbridos, y necesitará mucho litio. Aunque no produce baterías, las importa de China, y en su proceso de industrialización, requerirá estas materias primas. Además, Mato Grosso, uno de los mayores productores agropecuarios de Brasil, necesita carreteras para llegar al Pacífico y exportar a Asia más rápido, lo que implica pasar por Bolivia.
La visita de esta delegación de empresarios brasileños representa una gran oportunidad para Bolivia. Estos empresarios están interesados en explorar y establecer asociaciones estratégicas en áreas clave como la energía, la agroindustria y la tecnología. Su interés en el litio boliviano subraya la importancia de este recurso natural en el futuro desarrollo industrial de Brasil, especialmente en el contexto de la transición hacia vehículos eléctricos.
—Además de Lula, ¿qué otros funcionarios públicos brasileños vendrán?
—Vendrán ocho ministros de Brasil: Planificación, Defensa, Minas y Energía, Transporte, Cancillería, la Presidenta de Petrobras, entre otros. Lula llega con su equipo económico más fuerte. La agenda es amplia y, con la octava economía del mundo a nuestro lado, este crecimiento beneficiará a Bolivia.
La llegada de Lula abre posibilidades para concretar estos beneficios. Estamos en un nuevo tiempo en términos de política exterior, y la entrada a los BRICS y al Mercosur abre oportunidades para desarrollarnos en diversos sectores. Necesitamos estar a la altura como país.