Alrededor del 44 por ciento de la población y el 54 por ciento de los canales de televisión aún no están preparados para el apagón analógico, que comenzará el 30 de mayo de 2026 y finalizará en 2030, según las proyecciones de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT). Estas cifras explican por qué el apagón, originalmente programado para mayo de este año, fue postergado.
El apagón analógico implica el cese de transmisiones de televisión por señal analógica, lo que dará paso a emisiones por señal digital, una tecnología más eficiente y de mayor calidad. Este cambio permitirá liberar un “superávit” de frecuencias que podrán ser utilizadas por otros operadores o para nuevos servicios.
Saúl Tumuri, analista de la Unidad de Otorgamientos de la ATT, señaló que encuestas realizadas en los municipios del eje central del país (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) revelaron que cerca del 44 por ciento de la población aún no dispone de televisores con capacidad para recibir señal digital.
Por su parte, Hebert Montevilla, jefe de la misma unidad, informó que 15 de los 28 canales que operan desde La Paz (un 54 por ciento) todavía no transmiten en señal digital. Aquellos que ya cuentan con esta tecnología, como Unitel, Bolivia TV y RTP, están emitiendo simultáneamente en ambas señales hasta que se complete el proceso de transición.
Tumuri explicó que, desde la perspectiva del espectador, la principal diferencia entre ambas señales radica en la calidad de la imagen. “La televisión analógica puede presentar interferencias y sombras, mientras que la señal digital elimina estos problemas. Además, permite disfrutar de resoluciones Full HD con una calidad superior de audio y video”, indicó.
Otro beneficio del cambio es la mayor disponibilidad de espectro para otros usos. “El dividendo digital, que resulta de la liberación de frecuencias, puede destinarse a otros servicios, como la telefonía móvil e internet”, añadió.
Marcelo Gutiérrez, director de la carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), resaltó la importancia de la transición a la televisión digital. “Es un cambio necesario, pero requiere que la población tenga acceso a receptores adecuados. No puedo asegurar si se logrará para 2028 o 2030, ya que eso dependerá de estadísticas que reflejen cuántas familias siguen dependiendo del sistema analógico”, afirmó.
El 2 de octubre, el Gobierno emitió un decreto supremo que ajusta los plazos del apagón según tres grupos poblacionales. El primer grupo, que dejará de recibir señal analógica a partir del 30 de mayo de 2025, incluye los municipios de Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Viacha, Vinto, Warnes y El Torno.
El segundo grupo, que se desconectará en mayo de 2028, abarca el resto de las capitales departamentales y las localidades con más de 40 mil habitantes.
Finalmente, el tercer grupo, compuesto por las poblaciones más pequeñas del país, dejará de recibir señal analógica el 30 de mayo de 2030.
Tumuri explicó que el apagón estaba previsto para el 30 de mayo de este año, pero se decidió posponerlo debido al impacto que tendría sobre los usuarios y la falta de preparación de algunos operadores. “Realizamos una encuesta a nivel hogar para evaluar el alcance de la televisión digital”, detalló.
Antes del apagón definitivo para el primer grupo en 2026, se llevarán a cabo simulacros a partir de mayo de 2025 para medir el impacto y la preparación de la población, indicó Montevilla.
Mientras tanto, los usuarios pueden seguir accediendo a la señal analógica. Para adaptarse al cambio, será necesario adquirir un televisor con capacidad para recibir señal digital o, en su defecto, un adaptador que permita a los aparatos antiguos procesar la nueva señal.
Gutiérrez advirtió que la transición será compleja, incluso en países como Estados Unidos, donde aún no se ha alcanzado el 100 por ciento de cobertura digital. El éxito del cambio dependerá del poder adquisitivo de la población y de una adecuada planificación.
Al margen de los desafíos tecnológicos, el proceso de migración hacia la televisión digital también plantea retos sociales y económicos. Según expertos, uno de los principales obstáculos será garantizar que las familias de menores recursos puedan acceder a los nuevos dispositivos o adaptadores necesarios para recibir la señal digital.
La diferencia clave es la calidad
La señal de televisión analógica transmite imágenes y sonido a través de ondas continuas, lo que la hace susceptible a interferencias y pérdida de calidad a largas distancias, provocando imágenes borrosas y sonidos con ruido. En cambio, la señal digital convierte la información en códigos binarios (ceros y unos), lo que garantiza una mejor calidad de imagen y sonido, incluso a mayores distancias. Además, ofrece alta definición y funciones adicionales, como subtítulos y guías de programación.
La principal diferencia es que la señal digital es más estable y clara, mientras que la analógica se degrada fácilmente con las interferencias. Las transmisiones de señales analógicas comenzaron alrededor de 1930, mientras que las señales digitales se introdujeron entre 1980 y 1990.