Cada 7 de julio se celebra el Día Internacional del Cóndor Andino. Esta especie oriunda de Suramérica es de las aves más grandes del mundo y habita en al menos siete países del continente: Bolivia, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Además, fue tomada como símbolo presente en los escudos de armas de muchas de estas naciones. Actualmente es catalogada como una especie vulnerable en la región.
En entrevista con Los Tiempos, el experto Marcelo Antezana afirmó que la situación actual de esta especie (Vultur gryphus) en el continente es crítica. “La población del cóndor es lamentable, bajó mucho su población. No sólo en Bolivia sino en toda la región de Los Andes”, dice.
Antezana inició el proyecto del Parque de Aves Agroflori donde se busca preservar a las aves del país. En sus instalaciones se rehabilitan a muchas especies, incluyendo cóndores. Hasta la fecha, el refugio rehabilitó y reincorporó a la naturaleza a cinco ejemplares del cóndor andino en conjucnión con autoridades gubernamentales.
El procedimiento que se sigue cuando se recibe a un cóndor incluye una evaluación y llenado de dos fichas: una técnica y una sanitaria. La primera requiere datos como la ubicación en donde se encontró al animal, el estado del mismo y si estaba en cautiverio. La ficha sanitaria incluye datos que requieren exámenes médicos para ver si el animal tiene fracturas, parásitos o lesiones en las plumas. Con toda esa información, se puede trazar un plan de cómo rehabilitar al cóndor y evaluar si puede ser reintroducido a la naturaleza.
Hasta la fecha, son cinco los ejemplares que Agroflori liberó a la naturaleza. Todos están siendo monitoreados mediante rastreo por satélite y todos están vivos. Lamentablemente, no todos los cóndores pueden ser liberados. “Hace tiempo tuvimos a un cóndor con un ala fracturada. Debido a su lesión, no pudo ser reinsertado a su hábitat luego de su rehabilitación y fue entregado al Bioparque Municipal Vesty Pakos”, explica Antezana.
Amenazas
Según Antezana, las principales amenazas a las que se enfrenta el cóndor es la destrucción de su hábitat natural y el envenenamiento. Hay especies de perros salvajes y zorros que atacan el ganado de los poblados. Para combatirlos, las personas envenenan a estos depredadores tendiéndoles una trampa con carroña envenenada. Pero en muchos casos no se hace una buena disposición de los cadáveres y, en lugar de quemarlos o enterrarlos, se los deja a la intemperie. “El cóndor, al ser una especie carroñera, ingiere los restos de los animales envenenados y cae enfermo”, explica Antezana. Esta situación alcanzó un punto crítico en 2021 cuando en Tarija se descubrieron los restos de 34 cóndores.
Otra amenaza a la que se enfrenta el cóndor es el choque de su hábitat con la civilización. Muchas de los especímenes recibidos en los centros de rehabilitación para aves tienen heridas de choques con estructuras o cables de tensión.
Finalmente, otro factor que influye en su baja población es su reproducción. Esta especie es monógama, llega a vivir 50 años y, se reproduce de forma muy lenta. El cóndor se reproduce cada dos o tres años. El tiempo de incubación del huevo es el más largo entre las aves rapaces, entre 50 y 56 días. Al eclosionar el huevo, el polluelo llega a pasar hasta un año dependiendo de sus progenitores hasta que adquiere la capacidad de volar y abandona el nido. Todas estas características hacen que el incremento de población del cóndor andino sea muy lento.
Esfuerzos
Antezana explica que los países donde habita el cóndor tienen programas e iniciativas para salvar a la especie. Perú y Argentina tienen avanzados programas de reproducción que incluyen bases de datos genéticos para evitar la endogamia. “Estos son países en donde se está logrando reproducir una muy buena cantidad de cóndores. Digo buena cantidad porque tener una o dos crías es realmente importante”.
Por otra parte, en Bolivia se realizan conteos y monitoreo de la población de cóndores junto con rehabilitaciones a los ejemplares que se hallaron heridos. “Ahora el monitoreo incluye rastreo por satélite para conocer qué rutas siguen o si es que fallecieron”, detalla Antezana. También menciona que se tienen ejemplares emparejados, pero que aún no se tiene conocimiento de programas de reproducción. Aun así, Antezana considera que el monitoreo satelital es un gran primer paso de Bolivia en el camino a la conservación del Cóndor.
Pronóstico
El experto cree que en cinco años la población del cóndor andino en el continente se mantenga igual que ahora, pero con un incremento del 10%. “Este pronóstico se da tomando en cuenta todos los procedimientos de conservación que se están llevando a cabo hasta ahora y siendo muy optimista”. Antezana espera que en este lapso de tiempo se aumente más la población de esta especie. “Creo que se puede ver con las autoridades la posibilidad de construir un centro de reproducción del cóndor”, concluyó el experto.
El cóndor andino puede recorrer hasta 300 km. en un solo día.
Es una de las aves más grandes del mundo llegando a medir 1,3 metros de altura y alcanzando una envergadura de tres metros.