Desde una perspectiva simplista, ver con nostalgia el pasado para regresar a él puede parecer conservador, y para las mentes simples seguramente sería reaccionario o “antirrevolucionario”. Pero como la historia es tan compleja, deberíamos saber que no todo lo que se realiza por la voluntad de las mayorías constituye necesariamente un hecho positivo y, por tanto, que rescatar los aspectos razonables del maldecido pasado puede ser tan progresista y liberador como ciertas conquistas sociales que se van dando por primera vez con el paso del tiempo.
En una noticia que publicó Deutsche Welle el 15 de diciembre pasado, el medio alemán tituló: “Bolivia desarrolla atípica elección de jueces”. El adjetivo puede resultar insuficiente, pues la elección no sólo fue atípica (Bolivia es el único país del mundo que elige jueces por voto popular), sino además absurda, ya que elegir jueces por voto directo no puede ser más que un despropósito demagógico que se instituyó premeditadamente con el fin de que las masas sintieran que viven en una democracia de veras, “revolucionaria” o más profunda.
Así, es legítimo preguntarse si el modo de elección de altos jueces de antes no sería al menos un poco menos nefasto que el de ahora.
Más o menos como hizo la maquinaria propagandística del MNR en los años de la Revolución (del 52, N. del E.), la maquinaria propagandística del MAS intentó convencer a millones de personas de que lo novedoso era sinónimo de “revolucionario” o de un cambio positivo, y de que había que barrer con todo resabio del odioso pasado, burgués y explotador. Estar “del lado correcto de la historia” así lo demandaba…
De esta forma, adobando sus discursos con fraseología progresista, suelen interpretar la historia los regímenes autoritarios que se sirven de la democracia para ascender al poder y, una vez en él, tratan de instaurar paraísos terrenales en poco tiempo. Como dijo Vargas Llosa en su artículo “El velo islámico”, publicado en 2003 en el diario madrileño El País, el irracionalismo de ese tipo de regímenes se oculta bajo un discurso de alardes progresistas: “…la Edad Media podría así resucitar e instalar un enclave anacrónico, inhumano y fanático en la sociedad (Francia) que proclamó, la primera en el mundo, los Derechos del Hombre”.
En las últimas décadas, varios politólogos y filósofos advirtieron sobre este tipo de gobiernos que fueron implantando en sus respectivos países democracias plebiscitarias o delegativas. Es decir, democracias que decían ser originales o “revolucionarias” (recuérdese el concepto masista de la Revolución democrática y cultural) o poseer un humus propio de identidad nacional y que, en la práctica, eran relativas y débiles. Eso mismo es lo que ha ido ocurriendo en Bolivia, que hoy por hoy cuenta con instituciones muy precarias.
En realidad, ya hace muchas décadas Ortega y Gasset se ocupó de reflexionar sobre ese tipo de democracias, llamándolas democracias morbosas; a saber, sistemas que, primero, exageran los principios democráticos o sus prácticas (como el acto de dibujar una equis en una papeleta electoral), convirtiéndolos así en una especie de religión o ritual y, segundo, “plebeyizan” la sociedad, valorando exageradamente (santificando casi) la opinión de las mayorías por encima de la razón y la justicia.
Poner de jueza a una mujer por el hecho de ser mujer, a un homosexual en las listas de candidatos a asambleístas por el hecho de ser homosexual, de ministro a un afro por el hecho de ser afro o a un indígena de Defensor del Pueblo por el hecho de ser indígena, no solamente no ha resuelto los problemas de la ciudadanía en general, sino que tampoco resolvió los problemas referidos a aquellos sus grupos (excluidos históricamente, sin duda) a los que decían representar.
Sin embargo, eso generó en los inocentes la idea de que las instituciones por fin se estaban haciendo inclusivas y democráticas y de que un país realmente democrático se estaba instaurando, cuando la verdad era que las mentalidades y los hábitos corruptos, irracionales y autoritarios seguían siendo los mismos.
Y a la ingenuidad de los más, también debe agregarse, como motivo del auge de ese tipo de democracias, las modas del día, que generan sobre todo en los jóvenes una atracción irresistible. Nadie, pues, quiere ser un “reaccionario”, un anticuado o no estar con la revolución.
Ojo que con “avanzar hacia atrás” no me refiero a borrar la historia, desandando el camino de conquistas razonables que se consiguieron. Me refiero a rescatar (o al menos valorar) las costumbres y prácticas beneficiosas del pasado, que tan mala prensa han ido teniendo en casi todo el mundo en este último tiempo.
En el año 2024, la incertidumbre destacó por la situación internacional y la inestabilidad se intensificó en la economía mundial. Frente a un ambiente externo complejo y severo, en el segundo semestre el Gobierno de China lanza un paquete de políticas incrementales reforzando enormemente la confianza del mercado y estimulando su vitalidad.
En el año 2024, la incertidumbre destacó por la situación internacional y la inestabilidad se intensificó en la economía mundial. Frente a un ambiente externo complejo y severo, en el segundo semestre el Gobierno de China lanza un paquete de políticas incrementales reforzando enormemente la confianza del mercado y estimulando su vitalidad.
A medida que cerramos el año y miramos hacia 2025, la temporada festiva es un momento en el que reflexionamos sobre lo que hemos conseguido y cómo podemos hacer que el año que viene sea mejor: alcanzar nuestros objetivos personales, devolver algo a nuestras comunidades y contribuir a mejorar el mundo.
A medida que cerramos el año y miramos hacia 2025, la temporada festiva es un momento en el que reflexionamos sobre lo que hemos conseguido y cómo podemos hacer que el año que viene sea mejor: alcanzar nuestros objetivos personales, devolver algo a nuestras comunidades y contribuir a mejorar el mundo.
IGNACIO VERA DE RADA
Desde una perspectiva simplista, ver con nostalgia el pasado para regresar a él puede parecer conservador, y para las mentes simples seguramente sería reaccionario o “antirrevolucionario”.
Desde una perspectiva simplista, ver con nostalgia el pasado para regresar a él puede parecer conservador, y para las mentes simples seguramente sería reaccionario o “antirrevolucionario”.
Cuando uno comienza la vida laboral o inicia su propio negocio, es importante conocer de finanzas. Muchos pensarán que estudian algo que no está relacionado con los números justamente para no tener que aprender a utilizarlos. Pero, hoy en día todas las disciplinas tienen que ver con números y para los profesores de colegio o universidad sería bueno implementar las matemáticas en sus materias como una forma de actualizarlas a las necesidades del mundo.
Cuando uno comienza la vida laboral o inicia su propio negocio, es importante conocer de finanzas. Muchos pensarán que estudian algo que no está relacionado con los números justamente para no tener que aprender a utilizarlos. Pero, hoy en día todas las disciplinas tienen que ver con números y para los profesores de colegio o universidad sería bueno implementar las matemáticas en sus materias como una forma de actualizarlas a las necesidades del mundo.
En el corazón de América Latina, donde las fronteras no sólo dividen territorios, sino también sueños, se está escribiendo una historia de resiliencia, esperanza y solidaridad. Miles de personas migran cada año en busca de una vida mejor, huyendo de la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades. Este fenómeno, lejos de ser una novedad, se ha intensificado en las últimas décadas, poniendo en evidencia las profundas desigualdades de nuestra región.
En el corazón de América Latina, donde las fronteras no sólo dividen territorios, sino también sueños, se está escribiendo una historia de resiliencia, esperanza y solidaridad. Miles de personas migran cada año en busca de una vida mejor, huyendo de la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades. Este fenómeno, lejos de ser una novedad, se ha intensificado en las últimas décadas, poniendo en evidencia las profundas desigualdades de nuestra región.
JUAN JOSÉ TORO MONTOYA
El escritor e historiador Raúl Rivero Adriázola ha tenido la gentileza de referirse a uno de mis últimos artículos, el titulado “Ficción y no ficción”, y no puedo hacer menos que aclarar sus dudas respecto a mis afirmaciones.
El escritor e historiador Raúl Rivero Adriázola ha tenido la gentileza de referirse a uno de mis últimos artículos, el titulado “Ficción y no ficción”, y no puedo hacer menos que aclarar sus dudas respecto a mis afirmaciones.
RUDDY ORELLANA V.
Martes, 9 de octubre
(…) “Navegó al Sudoeste. Anduvo cinco leguas; mudóse el viento y corrió al Oeste cuarta al Noroeste, y anduvo cuatro leguas. Después con todas once leguas de día y a la noche veinte leguas y media. Contó a la gente diecisiete leguas. Toda la noche oyeron pasar pájaros”. (…)
Martes, 9 de octubre
(…) “Navegó al Sudoeste. Anduvo cinco leguas; mudóse el viento y corrió al Oeste cuarta al Noroeste, y anduvo cuatro leguas. Después con todas once leguas de día y a la noche veinte leguas y media. Contó a la gente diecisiete leguas. Toda la noche oyeron pasar pájaros”. (…)
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
Seguramente ha oído hablar de “seguridad alimentaria”, pero ¿qué significa eso? La seguridad alimentaria implica que haya una oferta suficiente de alimentos en el mercado, sean éstos nacionales o extranjeros, a un precio accesible, de ahí que es posible tener seguridad alimentaria sin ser autosuficiente. Nuestro país, por ejemplo., cada año gasta millones de dólares importando cientos de miles de toneladas de trigo y harina de trigo, entonces, tenemos seguridad alimentaria con productos extranjeros.
Seguramente ha oído hablar de “seguridad alimentaria”, pero ¿qué significa eso? La seguridad alimentaria implica que haya una oferta suficiente de alimentos en el mercado, sean éstos nacionales o extranjeros, a un precio accesible, de ahí que es posible tener seguridad alimentaria sin ser autosuficiente. Nuestro país, por ejemplo., cada año gasta millones de dólares importando cientos de miles de toneladas de trigo y harina de trigo, entonces, tenemos seguridad alimentaria con productos extranjeros.
La presidencia no es una responsabilidad para aprender en el cargo. Es decir, para conducir un país se requiere de formación y experiencia. Caso contrario corremos el riesgo de improvisar y equivocarnos.
Más aun, los candidatos no deben presentar solo lo que prometen hacer en el futuro, sino lo que han hecho antes: qué formación profesional, qué experiencia de gobierno, qué pruebas de integridad moral, qué apego a la democracia y qué apego a la institucionalidad han defendido.
La presidencia no es una responsabilidad para aprender en el cargo. Es decir, para conducir un país se requiere de formación y experiencia. Caso contrario corremos el riesgo de improvisar y equivocarnos.
Más aun, los candidatos no deben presentar solo lo que prometen hacer en el futuro, sino lo que han hecho antes: qué formación profesional, qué experiencia de gobierno, qué pruebas de integridad moral, qué apego a la democracia y qué apego a la institucionalidad han defendido.
CARLOS DERPIC SALAZAR
El título de esta columna no hace alusión a los hermosos bailecitos del folklore boliviano, sino a la espantosa y demagógica práctica en que el MAS sumió a Bolivia con la engañifa de “democratizar la justicia” que, tuvo, el pasado domingo 15 de diciembre, su tercera versión.
El título de esta columna no hace alusión a los hermosos bailecitos del folklore boliviano, sino a la espantosa y demagógica práctica en que el MAS sumió a Bolivia con la engañifa de “democratizar la justicia” que, tuvo, el pasado domingo 15 de diciembre, su tercera versión.